La presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha decidido retirar el escaño al diputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez. La infamia política que supone este acto antidemocrático demuestra lo lejos que ha llegado el PSOE en su fusión con el aparato del Estado franquista.
Esto no tiene nombre. Los supuestos aliados "progresistas" en el Gobierno de coalición ejecutan las exigencias y presiones de un tribunal trufado de fascistas y retiran el escaño a un dirigente de Podemos acusado falsamente por una supuesta agresión que no cometió, y al que solo se le ha condenado a una multa en la sentencia dictada.
Este paso que ha dado el PSOE deja las cosas más claras. La utilización de UP en el Consejo de Ministros como coartada de izquierda para blanquear sus políticas capitalistas ha colocado a UP en una posición cada día más debilitada. Ni siquiera la campaña propagandística a favor de Yolanda Díaz puede ocultar la realidad de una acción de Gobierno basada en propaganda hueca y que, en los asuntos de fondo, responde a la agenda que marcan el IBEX 35, la banca y la CEOE.
Y estos aliados "progresistas" del Gobierno que perpetran esta agresión no lo hacen solo contra un dirigente y diputado electo de UP, sino contra todos aquellos activistas y militantes de la izquierda que pelean cada día en el movimiento sindical, contra los desahucios, en defensa de la sanidad y educación públicas.
El PSOE, que ha dado una muestra acabada de la barricada en la que se sitúa en los momentos clave, que respaldó la represión policial y judicial contra el pueblo catalán en su lucha por la república, es el mismo partido que no ha derogado la ley Mordaza ni la reforma laboral, que mima a los especuladores financieros y fondos buitre, que capitula ante las eléctricas o permite el encarcelamiento de un rapero por decir las verdades de una monarquía podrida.
Son estos aliados "progresistas" los que pactan con el PP para que todo siga igual en las altas instancias de los tribunales, es decir, lleno de jueces franquistas, y mueven ficha con la ministra de economía Calviño para que la reforma laboral siga intacta. En fin, son como Al Capone.
Cuanto más tiempo siga Unidas Podemos apostando por la política de unidad nacional, por la paz social y la desmovilización, por atarse al carro del PSOE, más se asfaltará el camino para que la derecha avance, se envalentone más de lo que está, y pueda llegar al Gobierno.
Hay que volver a llenar las calles e impulsar la lucha masiva y contundente contra las políticas capitalistas. Lo ocurrido con Alberto Rodríguez es una infamia, pero no es la primera ni será la última.