La magnitud del desastre provocado por la DANA en València, que nos ha conmocionado a todos, ha hecho pasar casi desapercibida la tragedia que numerosas localidades de Castilla-La Mancha sufrieron durante los días 29 y 30 de octubre. No ha sido tan televisado, pero los efectos han sido dramáticos: miles de personas perdieron sus hogares, sus vehículos y pertenencias, daños importantísimos en cultivos y ganaderías, y siete personas fallecidas.
La peor parte se la ha llevado el municipio de Letur, en Albacete, un pueblo de poco más de novecientos habitantes que fue prácticamente arrasado por la riada y donde han muerto seis personas. También ha sido muy dañada la localidad de Mira, con una población similar a Letur y donde otra persona perdió la vida. Pero existen más pueblos que no han saltado a la primera página de los informativos. Según datos del propio Gobierno regional, hay 140 poblaciones afectadas, la mayor parte de ellas en las provincias de Albacete y Cuenca, pero también en Guadalajara.
Y aquí, al igual que en el caso de València, existen responsabilidades que hay que poner encima de la mesa, y hay personas a las que señalar por su gestión en el desastre. En primer lugar, deberíamos hablar del encauzamiento artificial del arroyo de Letur que se produjo en el año 2000 con hormigón y azudes, que tiene mucho que ver con el desborde del río hacia el centro de la localidad. Se debería hablar de las cuatro personas que fallecieron en un balcón esperando una ayuda que no llegó. Deberíamos hablar de los cuatro operarios municipales que estaban trabajando en la vía pública y que fueron arrastrados por la inundación. Nadie les avisó. Era más importante seguir trabajando. Hoy, dos ellos, están muertos por una negligencia extrema.
Hay que decirlo con claridad. El Gobierno de Emiliano García-Page es responsable de lo ocurrido. El presidente autonómico, que tiene carné del PSOE pero que podría ser dirigente del PP sin problema, igual que hizo Mazón, se lavó las manos mintiendo sobre que “no se recibieron avisos” para después contradecirse, y salió a defender la “buena fe” del presidente valenciano en la gestión de la DANA.
¿Por qué no se paralizó la actividad productiva y lectiva? ¿Por qué no se avisó a los vecinos? Porque en este país, quien manda es Juan Roig y la CEOE, y el PSOE no duda en defender los intereses de los empresarios antes que proteger las vidas de la gente normal y corriente.
Cambio climático y especulación urbanística, alianza criminal
Los fenómenos como la reciente DANA se suceden en Castilla-La Mancha de forma casi ininterrumpida al final del verano desde hace casi una década. En septiembre de 2023 una DANA como la actual arrasó la provincia de Toledo, dejando a numerosas localidades enfangadas, destruyendo el abastecimiento de agua corriente de muchas localidades de la comarca de la Sagra y llevándose la vida de tres personas.
Otra tormenta parecida en 2021 causó cuantiosos daños en la ciudad de Toledo, obligando al rescate de muchas personas atrapadas en sus vehículos. El aumento de las temperaturas de los mares y océanos, la alteración de la Corriente del Chorro (Jet Stream) y el calentamiento global hacen que tragedias como la vivida estos días sean cada vez más frecuentes. Es algo de dominio general y no vale aducir la sorpresa: no son fenómenos imprevisibles. Pero prepararse para ellos exige una planificación racional, que huya de la especulación urbanística y de construir en zonas inundables o fácilmente derrumbables porque es más barato. Exige que haya una inversión en obras públicas, un control serio de la urbanización y la construcción de viviendas para evitar las zonas inundables, pero exige sobre todo no poner los beneficios de los empresarios por delante de los trabajadores.
Ahora que se cumple casi un mes de la tragedia, los reyes han visitado la localidad de Letur al mismo tiempo que el Gobierno de Castilla-La Mancha anuncia “fondos y ayudas para la reconstrucción”. Muy probablemente muchos de los empresarios que pusieron en peligro a sus trabajadores, obligándoles a ir a trabajar ese día, se lucrarán con las ayudas. Ahora que todo ha pasado, el Gobierno regional se esfuerza en demostrar cómo se preparó para la DANA y utilizó los recursos disponible durante los días 28 y 29 de octubre. ¿Pero qué recursos? ¡Si lo único que se hizo fue enviar una alerta al móvil! Eso, de por sí, no sirve para nada si no va acompañado de un verdadero plan de actuación que movilice a la población.
Desde Izquierda Revolucionaria nos sumamos a la petición popular que existe: que se investiguen los hechos y se depuren responsabilidades en la gestión de la emergencia en Castilla-La Mancha. Exigimos justicia para las víctimas y sus familiares, y que la reconstrucción de los pueblos afectados esté al servicio de los trabajadores, jóvenes y vecinos.
Vendrán más DANA, eso es evidente. Esta crisis climática es una amenaza para la humanidad. Pero esta crisis no la hemos provocado nosotros, la ha generado el capitalismo, y los Estados al servicio del gran capital son incapaces de luchar contra ella.
La única alternativa que nos queda a los trabajadores y a todas las personas que sufrimos sus efectos, si de verdad queremos proteger nuestros barrios y hogares y salvar nuestro planeta, es luchar por el socialismo.