Al fascismo no se le discute, ¡se le combate!
Esta semana el líder de las escuadras fascistas de Desokupa ha decidido amenazar a Irene Montero ante la presentación de su libro en la taberna Garibaldi de Lavapiés.
Este empresario lumpen y fascista que se hace de oro con su negocio de matones para desahuciar a familias vulnerables, y que cuenta con la protección y el respaldo de policía, jueces y medios de comunicación, que no han dejado de darle coba para que pueda promocionar sus negocios criminales, ha decidido dar un salto en sus amenazas y violencia terrorista.
Desde Izquierda Revolucionaria, Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes queremos sumarnos al llamamiento realizado desde Podemos para defender este acto y mostrar nuestra completa solidaridad con Irene Montero y con la taberna Garibaldi. A pesar de las importantes diferencias políticas que podamos tener, es importante que tengamos claro que el fascismo es una amenaza cada vez más real y peligrosa contra la izquierda que lucha y el sindicalismo combativo, contra el feminismo y la comunidad LGTBI, y contra los movimientos sociales que día sí y día también salimos a la calle en defensa de Palestina, por una vivienda pública y asequible, o por la educación y la sanidad.
Y la forma de combatir esta grave amenaza, cada vez con más similitudes a lo que se vivió en los años 30, es justo mediante la organización y la lucha. Nosotros hemos vivido en nuestras propias carnes muchas de estas amenazas y agresiones y hemos visto también como el aparato del Estado protege con impunidad a estas bandas fascistas.
Este individuo, al frente de Desokupa, ha firmado numerosos convenios con sindicatos policiales y con asociaciones de militares para dar formación paramilitar, y sin duda ideológica, a sus miembros. Un ejemplo nítido de los vínculos cada vez más estrechos entre los fascistas y el aparato del Estado, y del avance en la formación de escuadrones fascistas tanto fuera como dentro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. ¿Y que hace Marlaska o Margarita Robles, ministros del Interior y de Defensa de este flamante Gobierno progresista? ¡Absolutamente nada!
Esta realidad cada vez más amenazante para la izquierda está siendo consentida sin tapujos por el Gobierno del PSOE y de Sumar. Pedro Sánchez, que estos días ha iniciado un nuevo paripé propagandístico con motivo de los 50 años de la muerte de Franco, no solo no está combatiendo esta lacra, sino que permite una situación de completa impunidad respecto a estos elementos, que no hace más que envalentonarlos como volvemos a ver ahora.
Eso sí, luego llora lágrimas de cocodrilo señalando que le preocupa el avance de la extrema derecha en Europa. Pero, ¿acaso no está promocionando dicho avance no derogando la Ley Mordaza? ¿Participando de una Comisión Europea en la que está presente la extrema derecha? ¿Manteniendo las leyes de excepción contra nuestros hermanos inmigrantes y haciendo, en esencia, el mismo discurso de criminalización? ¿Continuando, como si nada, las relaciones y negocios con el genocida Netanyahu y el Estado sionista nazi de Israel? ¿O promoviendo un furibundo militarismo otanista apoyando a otro nazi en Ucrania como Zelensky?
Tal y como ocurrió en los años 30, el fascismo da pasos adelante, y los da fruto de la crisis orgánica que padece el capitalismo. En este contexto, la izquierda combativa tenemos la obligación de impulsar un frente único frente a esta escoria, manteniendo cada uno nuestros planteamientos programáticos, pero golpeando con puño de hierro a este detritus social que viene a por nosotras y nosotros.
Este viernes 10 de enero estaremos, junto a Irene Montero, activistas de Podemos, y muchos otros sectores de la izquierda combativa madrileña en las puertas del Garibaldi para enfrentar a Daniel Esteve y su banda de Desokupa, y demostraremos que somos más y somos más fuertes. Solo mediante la acción directa en las calles, y mediante la movilización más masiva y contundente, podremos frenar esta amenaza de barbarie que se cierne sobre la clase obrera y el conjunto de la sociedad.
¡Ninguna una agresión sin respuesta! ¡No pasarán!