Es necesaria una huelga en el sector del automóvil de todo el Estado  

Es necesaria una huelga en el sector del automóvil de todo el Estado

 

 

A principios de abril, la dirección de Seat y de UGT y CCOO llegaron a un acuerdo por el que se va a recortar la plantilla en 1.600 puestos de trabajo, el 10% del total. A este acuerdo se ha sumado posteriormente CGT. Este es el segundo recorte de plantilla en muy poco tiempo. Tan cerca como finales de 2005, se despidió a 645 trabajadores, tras las más de mil bajas "voluntarias" e "incentivadas", que en conjunto supusieron ya el recorte del 10% de la plantilla de entonces. Ahora el pacto contempla prejubilaciones para los mayores de 58 años, bajas definitivas y excedencias por un máximo de cinco años.
Los dirigentes de UGT y CCOO se han apresurado a asegurar que las medidas son "voluntarias", "no traumáticas", para justificar su apoyo al plan de recorte de plantilla, pero nadie puede ignorar la experiencia reciente del anterior recorte. La aceptación de planes de recorte de empleo mediante prejubilaciones y bajas incentivadas no evitó que la multinacional, en un momento dado, planteara 660 despidos forzosos. Hoy volvemos a oír las mismas palabras de entonces para justificar el apoyo al plan de destrucción de empleo.
Para Erich Schmitt, presidente de Seat, el acuerdo "evita la adopción de medidas más drásticas", mientras que Matías Carnero, presidente del Comité de Empresa (UGT), espera que el acuerdo "sea un punto y aparte y que se abra una nueva etapa" para los que se quedan. Nadie, a estas alturas, puede creer que aceptando el "mal menor" de los recortes "no traumáticos" va a evitar nuevos ataques de la multinacional.
En todo el sector del automóvil, a nivel internacional, se están llevando a cabo ataques y recortes que están teniendo, en muchos casos, una respuesta importante por parte de los trabajadores. Los directivos de Seat-VW presentarán cualquier excusa para plantear "medidas más drásticas". En el 2006, por ejemplo, la planta de Martorell ha producido 408.000 coches, 23.000 más que el año anterior. Este incremento no es suficiente para la multinacional y ha exigido el presente recorte de empleo como condición para traer dos nuevos modelos a Martorell (un todoterreno urbano y una berlina). Es tan sólo cuestión de tiempo que los directivos de Seat, una vez descontados los efectos del presente plan, vuelvan a la carga con nuevos ataques. El chantaje constante de la multinacional, que exige sacrificios y renuncias a cambio de traer la producción de modelos aquí, sólo se puede vencer con una política que se base en la fuerza y en la disposición a la lucha de la clase trabajadora. Por el contrario, la aceptación de los planes de recorte de plantilla por parte de los sindicatos es la antesala de próximos ataques.
Por otro lado, las direcciones de UGT y CCOO han estimado que entre 700 y 800 trabajadores se pueden acoger este mismo año a las prejubilaciones o a las bajas incentivadas. De hecho, hay más de 600 trabajadores que tienen 60 años o más y que podrían prejubilarse ya. Desde luego, no es nada extraño que en las actuales circunstancias, ante la falta de una perspectiva de lucha y con lo que está cayendo, los trabajadores decidan dejar el puesto cuanto antes e irse a casa. Pero no es esto lo que deberían defender los sindicatos. Lo que deberían defender es que para cada prejubilación haya un contrato de relevo, para garantizar la continuidad de cada uno de los puestos de trabajo. A nivel más general, deberían luchar por la jubilación a los 60 años con el 100% del salario y con contrato de relevo en todos los sectores.

La lucha por la readmisión y la ocupación de la fábrica de SAS Abrera

El actual recorte de empleo se da cuando aún sigue la lucha por la readmisión de más de 200 trabajadores del anterior expediente de regulación de empleo. Hay, además, decenas de trabajadores con sentencias de despido nulo a los que Seat no les da trabajo efectivo. Los sindicatos deberían haber puesto como condición previa indispensable para cualquier contacto con la empresa la readmisión inmediata de los despedidos y la aplicación de las sentencias. Del mismo modo, también tendrían que vincular la lucha de los trabajadores de SAS Abrera con la lucha contra el recorte de plantilla en Seat. Al fin y al cabo, SAS Abrera es una empresa proveedora de Seat y el cierre de SAS Abrera es una operación dirigida por el grupo Seat. Los 210 trabajadores de SAS afectados por el cierre mantienen ocupada la fábrica desde el pasado 3 de marzo en defensa de los puestos de trabajo. Una filial de Adecco ha presentado un plan de recolocación que es un auténtico fraude. El plan no especifica en qué actividades ni en qué empresas se prevé emplear a la plantilla. El presidente del comité de empresa, Emiliano Jiménez (CGT), ha denunciado que el plan de recolocación "no garantiza tampoco las mismas condiciones salariales ni sociales".
Mientras tanto, Seat ha traspasado la producción de salpicaderos a otro proveedor, Peguform, donde no se respetan las más mínimas medidas de seguridad y las condiciones laborales son mucho peores. Está claro que el futuro de la plantilla de SAS Abrera depende de la extensión de la lucha al conjunto de trabajadores del grupo Seat. Sólo una movilización masiva y contundente por parte del conjunto de los trabajadores puede lograr darle la vuelta al cierre y mantener los 210 puestos de trabajo. Sólo ante la perspectiva de una lucha generalizada y firme la multinacional se planteará echar marcha atrás en sus planes de ataque.
Los planes del grupo Seat, como los de Delphi, son inaceptables. La convocatoria de una huelga de todo el sector del automóvil a nivel estatal por parte de los sindicatos se hace una tarea imprescindible para frenar los chantajes de las multinacionales y defender todos los puestos de trabajo.

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