Entrevista a José María Gil, presidente del comité de empresa por CCOO

 

Entrevista a José María Gil, presidente del comité de empresa por CCOO

Ante la crisis económica, el comité de empresa de Progalsa propuso una plataforma para la negociación del convenio que ratificó la asamblea de trabajadores y que suponía una subida salarial de dos puntos por encima del IPC. La empresa por su parte decidió pasar a la ofensiva lanzando un ataque a las condiciones de los trabajadores. La consecuencia fue la convocatoria de un calendario de movilizaciones consistente en seis días de huelga en los meses de junio y julio. Las dos primeras jornadas han sido secundadas por el 100% de la plantilla.

El Militante.- ¿Cómo empezó el conflicto? ¿Cuáles son vuestras reivindicaciones?
José Mª Gil.-
El conflicto comenzó con la negociación del convenio colectivo, nosotros hicimos una plataforma donde pedíamos una subida de dos puntos por encima del IPC real, un plus de turnicidad de 30 euros, un plus de 47 euros para aquellos trabajadores que lleven dos años en la empresa y que no cobran ningún plus y luego una reducción de jornada de 6 horas para equipararnos con las dos secciones de la empresa, y como el convenio era para dos años para el año que viene un reducción de cuatro horas.
EM.- ¿Cómo se decide ir a la huelga?
JMG.-
Ante la posición de la empresa que nada más nos daba un convenio para un año y una subida salarial del IPC y alegaba que quería hacer una reestructuración de salarios, con el objetivo de intentar dividir a la gente. El mismo día de la asamblea la empresa repartió una carta a algunos trabajadores anunciándoles una subida salarial. Lo que pasa es que desde el comité queremos que todas las subidas salariales queden contempladas en el convenio y que se apliquen a todo el mundo.
EM.- ¿Cuál ha sido la actitud de la empresa?
JMG.-
La actitud de la empresa ha sido intentar dividir a la plantilla, con algunas mejoras que da individualmente y dependiendo de las secciones de la empresa. Ha sido un poco provocadora porque también planteaban equipararnos con el convenio del metal, donde el tiempo de bocadillo no es tiempo efectivo de trabajo con lo que querían que trabajáramos nueve días y cuatro horas más. Además nos quieren quitar derechos, el año pasado nos quisieron quitar el 100% en caso de la Incapacidad Temporal y este año lo que plantean es suprimir el fondo social que tenemos.
EM.- Convocasteis seis días de huelga y la empresa os impuso servicios mínimos ¿qué hicisteis con los servicios mínimos?
JMG.-
Además de las continuas provocaciones de la empresa, en la mediación el jurado arbitral propuso una subida del 0,5% por encima del IPC y que no retiraran el fondo social. La empresa se negó a aceptarlo aunque nosotros también nos hubiéramos negado. Convocamos entonces seis días de huelga. La empresa  intentó imponernos unos servicios mínimos abusivos que hemos denunciado (el juicio será el 17 de julio), porque va contra el derecho de huelga y contra la libertad sindical. Mientras en otras ocasiones los servicios mínimos consistían en una persona para el mantenimiento del horno, ahora nos pedían además gente para carga y descarga, gente para coger el teléfono, etc. Por lo tanto, no aceptamos los servicios mínimos y únicamente estuvo el responsable del mantenimiento del horno. En la segunda jornada de huelga redujeron los servicios mínimos, pero de nuevo no llegamos a un acuerdo y no los cumplimos.
EM.- ¿Cuáles son los siguientes pasos que vais a dar?
JMG.-
El día 25 hicimos una asamblea en las puertas de la fábrica y decidimos seguir con los días que tenemos convocados de huelga: 1, 3, 8 y 15 de julio. Vimos que la empresa no quiere ceder y decidimos que vamos a seguir con esos días. En la asamblea del 1 de julio decidimos fijar un nuevo calendario de movilizaciones para los días 29 y 30 de julio y otras seis jornadas de huelga en el mes de septiembre, ese mes hay una semana de fiestas y pensamos que ahí podemos hacer daño a la empresa. Ningún trabajador habló de parar la huelga, lo que demuestra el ambiente de la plantilla.
EM.- ¿Cómo se han desarrollado las dos jornadas de huelga?
JMG.-
Las dos jornadas han sido un éxito total, con un seguimiento del 100%. La empresa lo que intenta es romper la plantilla y, si puede, eliminar el comité. A un compañero del comité de empresa le han dado toda una serie de cartas diciéndole que le van a sancionar por bajo rendimiento y porque se ha pasado de horas sindicales. Cuando todo esto es mentira. Lo tenemos también denunciado.
La empresa se quiere cargar a alguien del comité para cargarse la negociación colectiva. Ha utilizado a la gente de las oficinas. El año pasado a algunos les subió el salario por encima del convenio. Al principio parecía que los trabajadores de las oficinas iban a trabajar, pero al final el jefe les dijo que no vinieran a trabajar. La empresa quiere hacer el papel del padrecito bueno, "a ti te lo doy porque te lo mereces y a ti no".
EM.- Esto va en el sentido de la nueva directiva europea de las 65 horas. ¿Qué opinas de ella?
JMG.-
Éste es un tema que siempre han querido los empresarios: tratar de negociar individualmente con los trabajadores, con lo que se anula la fuerza que tienen. La directiva de las 65 horas va en el mismo sentido, se cargaría la negociación colectiva y se cargaría la fuerza de los sindicatos en las empresas. Es una aberración. Los sindicatos deberían iniciar una campaña de información en todos los centros de trabajo para dar una respuesta ante este ataque convocando una huelga general.
EM.- Durante los últimos meses ha habido muchos conflictos en Guadalajara. ¿Cuál crees que debería ser el papel de los dirigentes sindicales en todas estas movilizaciones?
JMG.-
Lo primero es que tendrían que cambiar el modelo sindical. Tendrían que recuperar métodos como las cajas de resistencia. Además tendrían que unificar las luchas y extenderlas a más sectores. Pero el modelo sindical que se plantea desde la dirección del sindicato es separar las federaciones convirtiendo el sindicato en pequeños sindicatos corporativos, sin importarles el resto de los trabajadores. Ante la situación de crisis económica es necesario cada vez más convocar una huelga general. Los empresarios, en nombre de la crisis para mantener su margen de beneficios, intentan chuparnos más la sangre, aunque debido a las condiciones que se viven en los centros de trabajo todos los días, es complicado chuparnos más sangre. Que la crisis la paguen los capitalistas que son los que han obtenido durante la época de boom económico grandes beneficios gracias a exprimir cada vez más a la clase trabajadora.

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