El día 19 de junio a las 19 horas, en la Plaza del Ayuntamiento de Gijón, estuvimos reunidos para reclamar una Sanidad Pública de calidad en Gijón. La razón básica que provocó esta concentración ciudadana convocada por los sindicatos CCOO y CSI, es la situación actual del Hospital de Cabueñes, que se encuentra saturado un día sí y otro también, con unos ratios de plantilla para el número de camas en servicio, insuficientes para garantizar la adecuada atención, muy inferiores a los del resto de hospitales del SESPA en Asturias.
El día 19 de junio a las 19 horas, en la Plaza del Ayuntamiento de Gijón, estuvimos reunidos para reclamar una Sanidad Pública de calidad en Gijón. La razón básica que provocó esta concentración ciudadana convocada por los sindicatos CCOO y CSI, es la situación actual del Hospital de Cabueñes, que se encuentra saturado un día sí y otro también, con unos ratios de plantilla para el número de camas en servicio, insuficientes para garantizar la adecuada atención, muy inferiores a los del resto de hospitales del SESPA en Asturias.
El problema del Hospital de Cabueñes en cuanto a plantilla, comenzó tras las obras de remodelación del año 1996. En esa época fueron cerrados progresivamente servicios, mientras las obras se ejecutaban, siendo trasladado momentáneamente el personal al Hospital Central de Asturias. Aprovecho para comentar del resultado material de aquellas obras: se redujo a la mitad el espacio de reunión del personal de enfermería en cada planta, se suprimió la televisión y el agua corriente en esa sala, que pasó a ser ocupada básicamente por una enorme mesa junto a la que a duras penas caben cuatro sillas, y la pequeña nevera con un microondas. Comento esto, porque la pretensión entonces era claramente que el personal no pudiera estar distendido en momento alguno de su jornada laboral, ni siquiera en el turno de noche, pese a que, en todo trabajo social, los grupos de personas que lo desarrollan necesitan ese espacio de distensión para poder realizar mejor su trabajo, como demuestran todos los estudios sobre trabajo en equipo de cara al público.
De esas obras, otro detalle llamativo fue el cambio de color en las paredes y la supresión de la luz natural en los pasillo. En cuanto a lo primero, recuerdo que en ese mismo año se inauguró el hospital de Arriondas, primer hospital público asturiano creado ya con gestión privada, y en la prensa resaltaron el alegre color de las paredes junto al excelente equipamiento mobiliario. Pues el color a que se referían, era el mismo que tenían antes las del hospital de Cabueñes que, tras la obra mencionada, se cambió a gris oscuro, casi negro en la parte anexa a las cabeceras de las camas. Y en los luminosos pasillos de este Hospital, unas puertas de acero suprimieron la luz natural que entraba por las enormes cristaleras.
Por suerte esto fue cambiado en obras posteriores Pero el personal fue reducido: se suprimió una enfermera y una auxiliar en el turno de la mañana y una enfermera en el de la noche, en todas las unidades de ingreso en el primer caso y en cuatro servicios (Medicina Interna y Cirugía), en el segundo. Y siguieron funcionando lo que se denomina peonadas: el pago de horas extras al personal del servicio de Quirófano para intervenciones en turno de tarde, con la sobrecarga que esto implica para el resto del personal, que no se ve reforzado ni cobra plus alguno, mientras la lista de espera, continúa en cifras preocupantes para los ciudadanos.
Debo añadir que los sindicatos también sufrieron un cambio de ubicación: las salas para ellos, pasaron a estar ubicadas, diminutas, por cierto, lejos de todas las Unidades de trabajo y... al lado del Servicio de Mortuorios, en el sótano 2.
Posteriormente, en el año 2002, las alas impares del hospital fueron ampliadas en 7 camas, pero no así el personal, que siguió siendo el mismo. El aumento de pasillo en estas unidades, fue considerado "impresión psicológica" por parte de la Dirección de Enfermería, que se ha caracterizado por el estilo impositivo, paternalista y ajeno a la opinión que sobre calidad en la atención puede aportar el propio personal sanitario bien formado con que cuenta Cabueñes, que no ha sido consultado en ningún momento en estos años...¡Ni siquiera para prevenir errores, por ejemplo ante la nomenclatura engorrosa asignada a las nuevas camas de las alas impares! Han preferido limitarse a contratar, con dinero público, a una empresa privada de "control de calidad" norteamericana a través de la cual se implantaron normas peregrinas sin duda útiles en una sanidad enfocada al beneficio económico, pero no a la eficiencia real de un servicio que sea considerado derecho público.
De esta dirección de enfermería, resulta particularmente llamativa la gestión de la inicialmente directora de recursos humanos, posteriormente subdirectora y actualmente directora de enfermería, Felicidad Sanfeliz, quien se mantuvo en estos puestos pese a los cambios de legislatura política y pese a las reiteradas quejas del personal por sus arbitrariedades.
Pero basta de que la que esto escribe cuente detalles de funcionamiento del hospital público de Cabueñes, único enteramente dependiente del SESPA (Servicio de Salud del Principado de Asturias) de que dispone esta área sanitaria V que encabeza Gijón (los otros dos, Jove y Cruz Roja, son subcontratados por el SESPA y su gestión es privada, con todo lo que esto implica también para las ratios de calidad y para el sistema de selección de personal, muy diferente).
La Junta de Personal del Hospital de Cabueñes, con mayoría de los sindicatos corporativos SATSE y SAE, se desmarcó de las movilizaciones. Solamente los sindicatos CCOO y CSI, han apostado por seguir difundiendo ante los ciudadanos la realidad de las modificaciones que se están dando en la Sanidad Pública, visibles en el malestar de los trabajadores del Hospital de Cabueñes, que se sienten incapaces de mantener una atención sanitaria digna que permita minimizar errores y reducir lista de espera quirúrgica. ¿La solución?
¡MÁS PLANTILLA=MÁS CALIDAD!