En Pamplona durante la mañana del jueves 19 de abril nos enterábamos de la redada que estaba llevando a cabo la Policía Nacional, con el apoyo de la Policía Municipal, contra trabajadores y jóvenes participantes en la huelga general del 29-M. Les acusan de daños y de ir “contra el derecho al trabajo”. Los detenidos son catorce, siete de ellos menores de edad, y las detenciones se produjeron en sus casas, puestos de trabajo e incluso a un chaval de 14 años lo detuvieron en el instituto. El motivo de la redada es muy claro: tratar de amedrentar a todo el que esté dispuesto a responder a los ataques de la burguesía y su gobierno del PP.
Se reaccionó rápidamente. Los sindicatos LAB, ESK, CGT y distintos colectivos que habían participado activamente en la huelga convocaron una rueda de prensa masiva en la que denunciaron los hechos y exigieron la libertad de los detenidos sin ningún cargo a la vez que se convocaba una manifestación al día siguiente.
Ese mismo día tomaron declaración a los menores y los pusieron en libertad bajo la custodia de los padres, al resto no les tomaron declaración hasta el viernes. En la manifestación, un miembro de LAB comentó que a él y a otra compañera les piden 8.000 euros por la limpieza de una pintada en la sede de la patronal navarra, así que a los detenidos van a intentar cargarles con todo lo que la prensa de la derecha ha estado describiendo como grandes destrozos en los comercios, bancos, etc. Como explicaban en la rueda de prensa los convocantes de la manifestación: “Es un escándalo que los responsables del expolio de millones de euros en la Caja de Ahorros de Navarra, o del cobro indebido de dietas no tengan que dar cuentas en ningún sitio por la pérdida que han causado al patrimonio de Navarra, y mientras la Policía se dedique a detener a menores de edad acusados de daños que, sumados todos juntos, son el chocolate del loro de todo lo que los políticos de PP, UPN y PSN han estafado a Navarra”.
La burguesía ha decidido restituir los máximos beneficios a costa de atacar brutalmente el nivel de vida de los trabajadores y sus familias, pero no nos vamos a amedrentar y seguiremos luchando hasta derrotarles porque, unidos, somos más fuertes que ellos.
¡La lucha sirve! ¡La lucha sigue!