¡Basta de excusas: CCOO y UGT deben convocar ya una huelga general de 48 horas!

Tenemos  fuerza para tumbar al gobierno del PP y su política de recortes

La marcha a Madrid impulsada por CCOO y UGT el pasado 15 de septiembre ha sido un éxito de participación, poniendo en evidencia, una vez más, que existe no sólo una extendida oposición social a la salvaje política de recortes emprendida por el gobierno del PP, sino una gran voluntad de lucha por parte de la clase obrera y de la juventud para hacer frente a ella.

La marcha —que se nutrió de la participación de manifestantes de todas las comunidades autónomas, agrupados en cuatro columnas que partían desde primera hora de la mañana desde diferentes puntos hasta la plaza de Colón— fue tan masiva que muchas de las calles por las que transcurrió la marcha, y las adyacentes (Paseo del Prado desde Atocha, calle Alcalá, Cibeles…) quedaron colapsadas. Se respiraba una clara sensación de fuerza, con una presencia de todos los sectores de la clase obrera y también de muchos jóvenes. La venta masiva de El Militante también fue sintomática de que existe una creciente búsqueda de una alternativa revolucionaria al callejón sin salida que ofrece el sistema capitalista.

Queremos también hacer pública nuestra más enérgica protesta por las injustificadas detenciones de cuatro activistas sociales y sindicalistas realizadas por la policía durante la manifestación por el simple hecho de desplegar una pancarta que promovía la acción Ocupa el Congreso convocada para el próximo 25 de septiembre. Es un atentado contra la libertad de expresión que ninguna organización sindical o política de izquierdas puede tolerar. La misma delegada del gobierno, Cristina Cifuentes, responsable de estas escandalosas detenciones, cifró la asistencia entre 50.000 y 60.000 personas, lo cual es ridículo. En el comunicado de valoración de CCOO se cuantifica la asistencia en “cientos de miles” y es bastante factible que superara ampliamente el medio millón de personas.

Está muy claro que el clima de indignación social contra las medidas del gobierno del PP es cada vez más amplio. El 15-S ha sido la última prueba, pero lo confirmaron las multitudinaria manifestaciones de recibimiento de los mineros, las multitudinarias manifestaciones a lo largo y ancho del Estado contra los recortes el 19 de julio convocadas por CCOO y UGT y otras organizaciones, la grandísima repercusión y participación con que contó la Marcha Obrera impulsada por el SAT en Andalucía, las huelgas del transporte en Barcelona y Madrid, la huelga general en Eukal Herria convocada por la mayoría sindical vasca el 26 de septiembre, etc.

¡Abajo el gobierno del PP! ¡Huelga general de 48 horas!

El 15 de septiembre era una gran oportunidad para lanzar la fecha de una nueva huelga general en todo el Estado contra los recortes del gobierno, esa vez de 48 horas, y dar una perspectiva clara de continuidad de la movilización, un paso hacia adelante en la lucha contra los recortes. Los dirigentes de CCOO y UGT no lo hicieron, y esto es un gran error que deben rectificar con la máxima urgencia.

El gobierno del PP, como representante directo del gran capital financiero e industrial, está profundamente comprometido con los recortes de los gastos sociales y la contrarreforma laboral y educativa. Por supuesto que esta política ahonda aún más en la recesión económica, pero no podemos perder de vista que, en el actual contexto de crisis general del capitalismo, el objetivo central de la burguesía es preservar sus beneficios a costa de destruir todas las conquistas de la clase trabajadora de las últimas cuatro décadas. Desde el punto de vista de la ínfima minoría social más rica de la sociedad, que es quien representa el PP, estas medidas no son un “error” sino una necesidad. Así, lo que es básico y fundamental para la vida de millones de personas, de una inmensa mayoría social, choca con los objetivos y necesidades de esa minoría parásita y privilegiada. Esta minoría social no desempeña ninguna otra función más que la de seguir saqueando el dinero público, incrementar aún más la sobre-explotación de los trabajadores y dilapidar las energías y el conocimiento de millones de personas que se ven condenadas a un paro forzoso y destructivo. Sólo con una respuesta contundente de la clase obrera, mediante una movilización ascendente que empiece por la convocatoria de una nueva huelga general y desemboque en una rebelión social que tumbe al gobierno del PP, se pueden frenar los ataques y evitar la catástrofe social que se está fraguando como consecuencia de la crisis del sistema capitalista y la política emprendida de sus representantes.

Los trabajadores y la juventud tenemos la fuerza para detener los ataques y tumbar al gobierno del PP, pero para poder desplegarla plenamente es necesario un profundo cambio de orientación de los máximos dirigentes de CCOO y UGT. Estos, en vez de preparar de forma conciente el terreno para una lucha decisiva, a un nivel superior, tratan continuamente de evitar o aplazar esa perspectiva. Ignacio Toxo, secretario general de CCOO, dijo en la concentración del 15-S que “la llave de la huelga general la tiene el gobierno del PP”. Después de que el gobierno haya puesto en marcha los ataques más brutales en 40 años, después de haber anunciado a bombo y platillo que estos ataques no han hecho más que empezar (Montoro dijo el mismo día 15 que “no hemos llegado ni a una meta volante” en materia de contrarreformas) esta afirmación es verdaderamente chocante. El PP va a saco y ha anunciado que no se va a detener. Es evidente, además, que con el rescate que se está negociando con la UE va a haber recortes aún más duros. ¿Qué es lo que tiene que hacer el PP, además de lo que ya está haciendo y anunciando, para que los dirigentes de CCOO y UGT se decidan a convocar otra huelga general? Seguir insistiendo en la cuestión del referéndum, cuya convocatoria depende, además, del propio gobierno del PP, es una forma de tratar de encubrir la falta de decisión en dar un paso verdaderamente serio y coherente de lucha contra los ataques de la derecha, lo cual no hace más que envalentonarla.

Cuando hay un sentimiento muy extendido entre los trabajadores y decenas de miles de delegados sindicales que hay que dar ya una respuesta contundente y unificada al PP, porque somos los que sufrimos de forma directa el envalentonamiento de la patronal en las empresas, la brutal contrarrevolución en materia de derechos y condiciones laborales que se está produciendo, y la dificultad de luchar aisladamente, Toxo no se arruga cuando declara en el programa Desayunos de TVE, dos días después del 15-S, que “si no queda otro remedio, habrá una huelga general” aunque “ese no es el objetivo” y que “el sindicato no está para sacar a la gente a la calle ni hacer perder dinero con una huelga”. Sólo le faltó decir que la huelga general era una “putada”, como hizo en vísperas de la huelga general del 29-S. Desde luego que frenar al PP y a la burguesía no es una tarea sencilla, pero este tipo de mensajes no ayudan precisamente a organizar las fuerzas para hacer posible este objetivo. ¿Cómo se puede preparar el terreno para un paso tan importante como la convocatoria de una huelga general de esa manera? Lo que deberían estar diciendo dirigentes sindicales de la responsabilidad de Toxo y Méndez es que sin una movilización contundente y ascendente, empezando por la convocatoria de una huelga general de 48 horas, la clase trabajadora va a perder todas sus conquistas de los últimos 40 años ¡Eso es infinitamente más importante que el dinero de un día y además lo comprende cualquier trabajador mínimamente conciente!

No sólo eso. La lucha debe ir acompañada de una alternativa política al desastre que supone la aceptación de la lógica del capitalismo, de la crisis y la política de austeridad. Sí hay alternativa: Luchar contra la dictadura del capital financiero y por la transformación socialista de la sociedad; por la auténtica democracia de la mayoría, la democracia de los trabajadores, y por un programa de reivindicaciones claras:

• Por la retirada de todos los planes de ajuste aprobados por el PP desde que llegó a La Moncloa. En defensa de la sanidad, la educación y los servicios sociales públicos. En defensa de todos los puestos de trabajo.

• ¡Sí hay dinero, lo tienen los banqueros! ¡Expropiación sin indemnización de la gran banca y el conjunto del sector financiero, bajo control democrático de los trabajadores y sus organizaciones!

• ¡Utilización de los recursos financieros para la puesta en marcha de un plan de inversiones masivas en sanidad, educación, servicios sociales, vivienda e infraestructuras públicas!

• ¡No a la amnistía fiscal a los defraudadores, que son los grandes empresarios y banqueros del país! ¡Aumento drástico de los impuestos a las grandes fortunas! ¡Confiscación del patrimonio de los defraudadores!

• Basta de pérdidas de poder adquisitivo. Por una escala móvil precios-salarios. Jornada laboral de 35 horas sin reducción salarial. Salario mínimo de 1.100 euros al mes.

• Subsidio de desempleo indefinido hasta encontrar un empleo. Expropiación bajo control obrero de las empresas que se declaren en quiebra o en suspensión de pagos.

• Paralización de todos los desahucios. Juicio y encarcelamiento de los banqueros responsables de la quiebra de Bankia y de la estafa de las “preferentes”.

¡Basta ya de excusas! Hay que convocar ya la huelga general, unida a un programa reivindicativo claro, unos métodos participativos y democráticos y con un plan de continuidad. La lucha contra los recortes está ligada también a la necesidad de una profunda reorientación política de los sindicatos. ¡Por un sindicalismo de clase, combativo y democrático!

¡Únete a la corriente marxista El Militante!