¡Sí se puede!
Se pueden mantener los derechos sociales y laborales de las familias trabajadoras y dedicar la mayor parte de los recursos al gasto social
Así es como hemos contestado, en la arena de los hechos comprobables, a las políticas de ajustes y rebajas salariales impuestas por el capital y aplicadas por toda suerte de gobiernos bajo la falsa premisa de que no hay recursos para mantener los derechos sociales y laborales. Villaverde se levanta como una alternativa y un ejemplo de lucha consecuente contra los recortes, vengan de donde vengan.
Las claves para entender cómo hemos defendido estos principios fundamentales del programa de IU, en plena crisis capitalista, se encuentran en el desarrollo de una política revolucionaria basada en la participación consciente de los trabajadores y el conjunto de la población en las tareas y decisiones más importantes de la gestión municipal. Pero no sólo hemos conseguido resistir los recortes presupuestarios. La viabilidad de los métodos de la democracia obrera se ha demostrado también en toda una serie de logros y conquistas en los distintos frentes de la política municipal.
Presupuestos sin recortes
La característica fundamental de los dos presupuestos elaborados y aprobados por el gobierno de IU es que no contienen recorte alguno en los capítulos y partidas dedicadas al gasto público, a las inversiones y a mantener el empleo con todos los derechos conquistados por los trabajadores, tanto para la plantilla municipal como para los trabajadores eventuales que son contratados a través del reparto democrático en asambleas públicas. No ha habido ni un solo despido en este tiempo. Por el contrario, se han convocado nuevas plazas y servicios públicos en vivienda, empleo, educación, dependencia, y operarios de jardinería y limpieza viaria. Y todo esto, afrontando la deuda heredada y sin elevar los impuestos a la población ¡salvo a los bancos, a los propietarios de tierras y a las multinacionales como CEPSA, que sí les hemos metido la pluma! Los datos reales del presupuesto y de la política económica del Ayuntamiento de Villaverde del Río son concluyentes: sí se puede. Se puede destinar la mayor parte de los recursos al gasto social. Se puede luchar contra los recortes del PP y de otras administraciones de la única forma coherente: ¡no aplicándolos!
Luchar contra los recortes significa no aplicarlos
Y esto es precisamente lo que estamos haciendo en el Ayuntamiento de Villaverde ¡no asumimos ninguna de las leyes de ajuste y recorte impuestas por el gobierno central del PP! Así, por ejemplo, hemos declarado nuestra insumisión a los recortes contenidos en el decreto ley 20/2012, abonando la paga extra suprimida por el gobierno y manteniendo todos los derechos reconocidos en el convenio municipal respecto a días de asuntos propios, horas sindicales, bajas laborales, etc. La jornada laboral de 35 horas semanales sigue siendo un derecho vigente en Villaverde, a pesar de que el citado decreto exigía el aumento de la jornada a 37 horas y media. Por cierto, el gobierno de la Junta ha aceptado estos chantajes y ataques a los derechos sociales y laborales en lugar de combatirlos con la movilización de los colectivos afectados. Y para colmo, esta flagrante contradicción del programa de IU se justifica “por imperativo legal”. En Villaverde también hemos recibido las amenazas por parte del Ministerio de Hacienda de intervenir el Ayuntamiento y sancionar al alcalde si no se cumplen sus disposiciones antiobreras. Nuestra contundente respuesta ha sido aplicar el programa de IU de lucha contra los recortes capitalistas.
La democracia asamblearia
El programa político con el que nos presentamos a las elecciones planteaba expresamente la incorporación de los métodos de la democracia asamblearia y participativa en todos los órdenes de la actividad municipal. A través de la organización de asambleas, y comités vecinales y obreros, convocadas con un orden del día, los vecinos y los trabajadores pueden debatir ordenadamente sobre los temas que más les afectan y decidir sobre la política a seguir en el Ayuntamiento, unas decisiones vinculantes para el gobierno de IU que actúa, nunca mejor dicho, en calidad de representantes del pueblo.
Desde que asumimos la alcaldía de Villaverde no hay tema de la vida local que no hayamos abordado con estos métodos de democracia directa. Así, las obras y proyectos públicos, los servicios municipales, el derecho a la vivienda, etc. Pero sin duda, donde la política asamblearia está alcanzando una mayor profundidad y extensión es en el tema del empleo.
El reparto democrático del empleo
Hasta trece bolsas de trabajo están funcionando en el Ayuntamiento con estos métodos. La dotación económica para sufragar la contratación en las distintas bolsas y programas de empleo, supera el millón y medio de euros, una cuarta parte del presupuesto municipal, lo que nos está permitiendo hacer centenares de contratos temporales repartidos entre los desempleados. Como en otros aspectos de la política municipal, el clientelismo ha sido sustituido por la democracia obrera. Las bases que han de regir la selección y el orden de los trabajadores en la bolsa de trabajo se plantean, se discuten y son finalmente aprobadas en asambleas públicas donde se eligen comités de trabajadores que realizan las labores de valoración y puntuación de solicitudes y lleva el control de las contrataciones.
Los escépticos y los reformistas incurables replicarán que estos métodos son incompatibles e irrealizables con las leyes actuales. La clave para superar estos prejuicios burgueses reside en entender que la democracia formal, la legalidad vigente ni siquiera desaparece por la acción de una política revolucionaria, sino que se subordina a la verdadera democracia, la democracia obrera, donde la participación organizada de los trabajadores es la única garantía de transparencia e igualdad.
Participación consciente y control obrero
Sin ninguna duda, sería imposible hablar de la estabilidad presupuestaria necesaria para el mantenimiento del empleo, los servicios públicos, las inversiones y los derechos laborales y salariales sin haber conseguido un aumento de la productividad del trabajo. La fuerza de trabajo es la gran creadora de riqueza. Suprimido el látigo del empresario, la administración pública tiene que conseguir un rendimiento adecuado de la mano de obra a través de la incorporación de profesionales cualificados, de una mejor organización del trabajo y sobre todo, la motivación y la concienciación de los trabajadores públicos. ¿Y qué mejor estímulo que garantizar sus derechos laborales y salariales, abonarles la paga extra y mantener la jornada laboral en 35 horas? De igual manera, la participación de los propios trabajadores en el control y reparto de las contrataciones, actúa como un poderoso incentivo para alcanzar los objetivos previstos. Las obras del PER, que se han finalizado satisfactoriamente con un importante ahorro económico son el resultado del desarrollo de un programa obrero y asambleario: la defensa de los derechos de los trabajadores y la participación de los trabajadores en gestión municipal.
Rescate de las trabajadoras y del servicio de Dependencia
El ejemplo de las trabajadoras de atención a la Ley de la Dependencia representa un paso más en la democracia obrera que defendemos. La municipalización del servicio ha supuesto para las trabajadoras estabilidad laboral, derechos y cobrar todos los meses puntualmente. Después de pagar a las trabajadoras y los gastos del servicio, aún ha quedado un fondo, de más de 50.000 euros, que en otro tiempo eran los beneficios empresariales, y que las cuarenta y dos trabajadoras decidieron en asamblea incluírselos en sus nóminas. En plena ofensiva del gobierno para privar a los trabajadores públicos de sus derechos salariales, nosotros pagamos una paga extra que complementa la nómina obrera (en un momento de dificultades y aumento de los precios para los productos y servicios básicos de las familias trabajadoras). Estos son estímulos muy claros y contundentes para la comprensión de los trabajadores de las ventajas de la iniciativa pública y de la política asamblearia.
En este escenario, y conscientes de la necesidad de mantener la calidad del servicio y la viabilidad económica del mismo, las trabajadoras han constituido comités de formación y de calidad, para impedir la relajación de la plantilla en el desempeño de su trabajo y un comité económico y presupuestario para llevar el control de lo que se ingresa y lo que se gasta. Estos son los principios del control obrero, aceptados y desarrollados con la mayor naturalidad por las trabajadoras, demostrando en la práctica la validez de unas políticas perfectamente aplicables al control y dirección de una fábrica por los propios trabajadores o incluso del sistema financiero, de la banca, en manos de los trabajadores para satisfacer las necesidades sociales, y no para especular, engañar y desahuciar a las familias trabajadoras.