Sorprende la cantidad de trabajadores jóvenes, hasta que nos dan la clave “no quieren gente mayor, aunque aquí han pedido trabajo profesionales impresionantes, porque se “plantan”. Los jóvenes estamos más pillados, un paisano de 50 o 60 años ya lo tiene todo pagado y aguanta menos este trato”.
La atmósfera en el astillero es tan opresiva, que nadie quiere dar su nombre por temor a represalias. Un ex trabajador de Montajes Nervión despedido hace un mes, tras romperse una pierna trabajando, nos habla de una práctica habitual. “Antes de entrar en Armón estaba de oficial de 2ª. Allí me metieron de peón especialista con el tema de que nunca había trabajado en barcos, pero luego me pusieron a hacer el trabajo de oficial… cobrando 980 € todo incluido, y no pagan pluses, ni tóxicos, nada. Y como yo estarán por lo menos otros 25 chavales”.
Impresionante testimonio de los trabajadores
Las condiciones de trabajo son totalmente salvajes: “la cosa es tirar palante como sea, en los dobles fondos, que tendrían que entrar dos al agujero y uno fuera, siempre hay uno sólo...”. Así se encontraba Agustín, aunque tras su muerte, la empresa intentó ocultar los hechos llegando a decir que había salido del tanque por su propio pie, y que ya se encontraba mal antes de comenzar la jornada. Y por supuesto, manipulando la escena del accidente para eludir su responsabilidad criminal.
Sobre esto nos comenta otro trabajador: “la muerte del compañero te llena de indignación por como manipularon luego todo. El barco donde murió ahora está remodelado entero, pero entonces no había ni luz donde él estaba. Los que lo sacaron lo pasaron muy mal porque el sitio era muy pequeño y sin ventilación, se la jugaron también”. Otro añade: “todavía estaban los compañeros sacando el cuerpo y ya un equipo entraba a instalar la iluminación”. “Nunca trabajamos con ventilación, y muchas veces si la pides te dicen –venga hombre si es para un momento, no vamos a perder media hora para ponerla”.
El total desprecio por la vida de los trabajadores es la culminación de un trato totalmente vejatorio en el día a día, que comienza por no suministrarles ni tan siquiera los EPI “la mayoría de las cosas las traemos nosotros de casa: cristales para soldar, filtros para la mascarilla… Los filtros que ellos nos dan son de polvo, no de gas. Ahora estamos soldando con material que es super incandescente y saca un humo tóxico impresionante y ese humo te lo estás tragando todo… la funda también la traemos de casa y si se nos jode no nos la cambian. Te dan solo una cada seis meses que además parece de papel”, “pides una mascarilla y te dicen que te tiene que durar un año, nos cambian los filtros cada dos semanas, cuando tendría que ser cada dos días”, “y si protestas, te dicen que hay gente esperando fuera para entrar”.
En el astillero se trabaja con tensión, sometidos a la estricta vigilancia de los encargados. Los despidos arbitrarios y constantes contribuyen al clima de terror dentro del astillero: “A un compañero que estaba apoyado en una barandilla esperando por una tarea le vio Miguel (el encargado general de Armón) e inmediatamente llamó a su encargado para que le echaran. Otro al que le mandaron subir a un andamio y dijo que aquello no era seguro, esa misma tarde a la puta calle…”
“Solo puedes ir al baño dos veces por la mañana y dos por la tarde. Antes incluso era impensable hablar con alguien en un trayecto de un sitio a otro, ahora igual te paras a hablar pero siempre vigilando que no te vean los encargados. Aquí nunca ves una alegría, nada…”
Las consecuencias de la privatización
Nunca hasta ahora habíamos escuchado, en boca de obreros industriales, unas condiciones como las que florecen tras las puertas de Armón. El contraste es aún mayor cuando se tiene en cuenta que el actual propietario, José Ramón Fernández García, se hizo con las instalaciones a un precio irrisorio tras la privatización de Juliana, un astillero público que fue un referente de calidad, seguridad y buenas condiciones laborales.
Los propios trabajadores no dan crédito: “es inconcebible que se venda algo así. La maquinaria está impoluta, la tecnología puntera, máquinas de soldar nuevas, naves móviles… todo se lo han regalado a este para hacer barcos pesqueros de 40 metros de eslora, cuando en Juliana se hacían barcos impresionantes, algunos de hasta 200 metros. Le tocó la lotería, porque en Navia tiene otro astillero pero que es una chatarrería”
Una lotería para el empresario y una condena para los trabajadores: este es el balance de la privatización de Juliana cinco años después. En Armón intentan recuperar con la lucha la dignidad y los derechos que les han arrebatado. “Ahora estamos todos unidos, ya la gente no quiere aguantar más. Prácticamente nos da igual que nos echen, tenemos un sueldo ridículo, mucho que pagar, familia que mantener. Ahora queremos reivindicar todo y dejar atrás esta pesadilla que estamos viviendo. Ahora a luchar, no queda otra”.
Los trabajadores se han movilizado a diario desde que comenzó el paro y sus manifestaciones reflejan todo el potencial y las ganas de luchar de una plantilla que ha dicho ¡Basta! y que ahora que se ha puesto en marcha, está dispuesta a ir a por todas: “Tiene que haber un plan de seguridad, enfermera y médico mientras se trabaja, comité de empresa, eso es esencial, salarios dignos, trato digno…”.
Para lograrlo necesitarán el apoyo del conjunto de la clase trabajadora y la máxima extensión de este conflicto cuyo origen (la falta de seguridad en el trabajo, derivada de la precariedad laboral) es común a miles de empresas en este país.
ULTIMA HORA: LOS TRABAJADORES DE ARMON CONSIGUEN DOBLEGAR A LA EMPRESA
Tras una semana de paro, la empresa ha aceptado en la reunión de hoy, viernes 30 de mayo, las principales demandas de los trabajadores y se ha comprometido a establecer un plan de seguridad integral en el astillero. Para ello contratará una empresa de seguridad que, junto con el comité de trabajadores elegido durante la lucha revisará a partir del lunes todas las instalaciones para decidir los cambios y mejoras a hacer.
Además le han arrancado el compromiso de readmitir a todos los trabajadores despedidos y a no tomar ningún tipo de represalias. La empresa también acepta reconocer al comité de trabajadores como representante de los mismos e interlocutor a todos los efectos.
Esta victoria arrolladora se produce un día después de la manifestación de solidaridad con Armón convocada por las Asambleas de trabajadores en lucha, que reunió a más de tres mil personas, sindicalistas, trabajadores y organizaciones de izquierdas al grito de “Agustín somos todos” y “Obreros unidos jamás serán vencidos”
Indudablemente, la solidaridad que han despertado, en estos cinco días de intensa movilización ha sido determinante para doblegar a una empresa que, hasta hoy, podía vanagloriarse de haber implantado el terror entre los trabajadores.
Ahora, no solamente acepta todas las reivindicaciones sobre seguridad, sino que ha comenzado ya a tomar medidas en el otro astillero que Armón tiene en Navia, donde les han distribuido los medidores individuales. En Navia, la lucha de sus compañeros en Gijón, ha tenido un tremendo impacto, y ya estaban preparando un paro de solidaridad para el próximo lunes. También en Navantia-Ferrol, los compañeros del sector crítico de CCOO propusieron al comité de empresa acciones de solidaridad en todas las factorías del grupo.
De esta forma, una de las consignas que también se cantaba en la manifestación de este viernes “En el Naval, Huelga General” amenazaba con convertirse en realidad más pronto que tarde, generando un auténtico terremoto en el sector, en un momento donde las direcciones sindicales, lejos de promover este tipo de luchas continuan parcelando y aislando los conflictos.
Todos estos factores son los que han dado la victoria a los trabajadores de Armón. Ahora, como nos comentaban, toca estar vigilantes para que todos los acuerdos se cumplan escrupulosamente y por fin puedan “dejar atrás esa pesadilla que estamos viviendo”
ÚLTIMA HORA: Los trabajadores de Armón consiguen doblegar a la empresa
Tras una semana de paro, el 30 de mayo la empresa aceptó las principales demandas de los trabajadores y se ha comprometido a establecer un plan de seguridad integral en el astillero. Para ello contratará una empresa de seguridad que, junto con el comité de trabajadores elegido durante la lucha revisará a partir del lunes todas las instalaciones para decidir los cambios y mejoras a hacer.
Además, los trabajadores han arrancado el compromiso de readmitir a todos los trabajadores despedidos y a no tomar ningún tipo de represalias. La empresa también acepta reconocer al comité de trabajadores como representante de los mismos e interlocutor a todos los efectos.
Esta victoria arrolladora se produce un día después de la manifestación de solidaridad con Armón convocada por las Asambleas de Trabajadores en Lucha, que reunió a más de tres mil personas, sindicalistas, trabajadores y organizaciones de izquierdas al grito de “Agustín somos todos” y “Obreros unidos jamás serán vencidos”. Indudablemente, la solidaridad que han despertado en estos cinco días de intensa movilización ha sido determinante para doblegar a una empresa que, hasta hoy, podía vanagloriarse de haber implantado el terror entre los trabajadores.
Ahora, no solamente acepta todas las reivindicaciones sobre seguridad, sino que ha comenzado ya a tomar medidas en el otro astillero que Armón tiene en Navia, donde les han distribuido los medidores individuales. En Navia, la lucha de sus compañeros en Gijón, ha tenido un tremendo impacto, y ya estaban preparando un paro de solidaridad para el lunes 2 de junio. También en Navantia-Ferrol, los compañeros del sector crítico de CCOO propusieron al comité de empresa acciones de solidaridad en todas las factorías del grupo.
De esta forma, una de las consignas que también se cantaba en la manifestación de este viernes: “En el Naval, huelga general”, amenazaba con convertirse en realidad más pronto que tarde, generando un auténtico terremoto en el sector, en un momento donde las direcciones sindicales, lejos de promover este tipo de luchas continúan parcelando y aislando los conflictos. Todos estos factores son los que han dado la victoria a los trabajadores de Armón. Ahora, como nos comentaban, toca estar vigilantes para que todos los acuerdos se cumplan escrupulosamente y por fin puedan “dejar atrás esa pesadilla que estamos viviendo”.