El Militante.— Explicarnos cuándo surge el Foro por la Memoria, por qué y quiénes animáis esta iniciativa.
Andrés Rebolledo y Juan Moriche.— Nuestra asociación nació en diciembre de 2005, pero en aquella fecha lo que hicimos fue legalizar o dar forma oficial al trabajo que un grupo de hombres y mujeres venían realizando desde algunos años antes. El germen que dio lugar al nacimiento de nuestra asociación fueron realmente las jornadas sobre la guerrilla antifascista celebradas en Algeciras en abril de 2002, en las que destacó el trabajo realizado por uno de los fundadores y primer presidente del foro, Luis García Bravo. En 2008 Luis dimite como presidente y se crea una gestora. El foro resurge en 2009 a raíz de unas jornadas sobre memoria histórica que organizamos en Jimena de la Frontera, en las que participaron historiadores e investigadores de toda Andalucía y mucha gente del pueblo. Allí nos planteamos ya la necesidad de trabajar más en la investigación histórica, hacer exhumaciones y eliminar los símbolos franquistas, todo bajo los objetivos básicos del foro que no son otros que verdad, justicia y reparación. Un grupo de hijos y nietos de represaliados por el franquismo tomamos entonces la iniciativa, sobre todo movidos por la injusticia que sufrieron nuestros mayores y por la impunidad de que gozaban y gozan los asesinos y los responsables de tantos crímenes. Amparados en la interpretación que la mayoría de los jueces y los sucesivos gobiernos hacen de la Ley de Amnistía de 1977, los verdugos y los torturadores gozan no sólo de impunidad sino también de privilegios y prestigio social y político, lo que hace más grande la injusticia y el dolor de las víctimas y sus familiares.
EM.— El documental La Sauceda, de la Utopía al horror, y la tarea de exhumación de las fosas del Marrufo han sido, sin duda alguna, una de las grandes contribuciones a la lucha contra el olvido y la impunidad de la represión franquista. ¿Cómo fue el trabajo de campo, la colaboración y relación con los familiares, y qué lecciones nos podéis trasladar de esta tremenda experiencia?
AR y JM.— Sin duda es nuestro proyecto estrella y el que más nos ha dado a conocer a la sociedad en Andalucía, España e incluso algunos puntos del extranjero. Aunque no hay que olvidar otros proyectos en los que hemos estado inmersos, como el de investigación histórica de la República, la guerra y la posguerra en el Campo de Gibraltar, donde no hubo episodios bélicos importantes porque el golpe de Estado triunfó rápidamente y las tropas franquistas empezaron a fusilar gente el 19 de julio y no pararon hasta años después de acabada la contienda. Calculamos que en esta comarca, compuesta entonces por siete pequeños municipios que se asoman al estrecho de Gibraltar y miran a África, murieron fusiladas unas mil personas y tenemos documentación con los nombres, apellidos, el lugar y la fecha de fusilamiento de más de 600. A ellas habría que añadir las personas que fueron fusiladas en los primeros meses tras el golpe, cuando las tropas franquistas y sus aliados mataban a la gente por doquier sin juicio previo y sin dejar constancia de ningún tipo.
En relación a la exhumación del cortijo del Marrufo, en el valle de La Sauceda, ha sido un proyecto arduo pero en el que hemos trabajado con muy buena organización para conseguir los objetivos que nos habíamos marcado. Partíamos de cero, sólo había algunas investigaciones dispersas de historiadores e investigadores de la provincia y algunos pocos testimonios de familiares y supervivientes que hablaban de la existencia de una supuesta fosa en el cortijo citado. A partir de ahí contactamos con estos historiadores, con otras asociaciones de la provincia y con más familiares y supervivientes. Comenzamos entonces un periplo de reuniones, localización de familiares, recopilación de documentación existente y relacionada, etc. En 2011 recibimos una subvención del Ministerio de la Presidencia que nos permitió hacer catas arqueológicas con el resultado de la localización de los primeros cuatro cuerpos. Esto nos dio un buen impulso para continuar y conseguir la exhumación. Con el apoyo económico de un empresario que tiene a su abuelo y a su bisabuela fusilados en La Sauceda comenzamos con la exhumación en 2012 hasta conseguir rescatar 28 cuerpos, siete de ellos de mujeres. El trabajo de campo requirió de una logística y una organización sin precedentes, con un campamento de campaña para atender a 30 personas, y proporcionarles comida, cama, aseo, etc. Todo esto en medio del monte, con el pueblo más cercano a 25 kilómetros. Con nosotros colaboraron historiadores, arqueólogos, antropólogos, topógrafos, voluntarios y familiares durante cuatro meses hasta finalizar la exhumación. Nuestro trabajo incluyó la rehabilitación del antiguo y abandonado cementerio de La Sauceda, donde fueron depositados dignamente los restos de las 28 víctimas de aquella atrocidad cometida por las tropas franquistas.
La relación de todos los familiares fue muy estrecha y satisfactoria. Tras el hallazgo de los restos, los resultados de la comparación de los ADN permitieron la identificación de 13 de los 28 cuerpos. Esto ha sido una gran recompensa a tanto esfuerzo y espera. Como familiares nos sentimos reconfortados, sobre todo por haber devuelto la memoria y la dignidad a unas personas cuyas vidas fueron arrebatadas a base de fusil. Seguimos  con el sinsabor de sentir la injusticia y la impunidad con que el Estado deja a los verdugos. En julio de 2012 registramos una denuncia en el juzgado de Jerez y luego en la Audiencia Provincial para que se investiguen los crímenes del Marrufo y La Sauceda. La pretenden archivar, pero no-sotros recurriremos hasta llegar a donde haga falta. De la misma denuncia hemos dado copia, con un dossier completo, al grupo de trabajo sobre desapariciones forzadas y al relator especial de Naciones Unidas. También nos hemos adherido a la querella argentina que investiga la jueza María Servini. Pero nos sigue indignando la dejación de funciones que hace el Estado español respecto a los crímenes del franquismo y su irresponsabilidad para con las víctimas, sus familiares y con la sociedad en su conjunto, pues un pueblo que no conoce su historia y no hace justicia no puede afrontar el futuro con dignidad. La principal lección aprendida y que trasladamos allá donde podemos es que la constancia, la coherencia de ideales y la lucha permanente consiguen objetivos aunque parezcan inalcanzables y si además repercute de manera positiva en el conjunto de la sociedad la satisfacción es doble.
EM.— ¿Qué opinión os merece la actitud del PP y de las diferentes administraciones respecto a las asociaciones memorialistas y a su trabajo, y la negativa a esclarecer la represión franquista y reparar a sus víctimas?
AR y JM.— Simplemente no nos sorprende pues consideramos que son herederos material, familiar e ideológicamente del franquismo y tienen sus ideas claras con respecto a nuestras reivindicaciones: no hay que levantar viejas heridas, hubo abusos por las dos partes, etc. Lo triste e indignante en este país es que la supuesta izquierda que ha gobernado durante más tiempo que la derecha no hizo justicia, no hizo lo que debía, habiendo tenido una gran oportunidad para esclarecer la verdad, sacar de las cunetas a más de 125.000 personas cuyo paradero aún se desconoce y reparar a las víctimas y sus familiares. Es que ni siquiera se han terminado de eliminar los símbolos franquistas, ni los nombres fascistas de tantas calles e incluso pueblos de toda España, ni se han abierto muchos archivos, que siguen cerrados a cal y canto. No lo hicieron y eso es imperdonable. Nosotros decimos que superar esta situación de injusticia e impunidad es buena para los que queremos y para los que no quieren también. Y hay experiencias en otros países donde podernos reflejar. Quizás fue tan grande la atrocidad que ocurrió en este país que no se tiene el valor suficiente para afrontarlo, incluso para parte de la izquierda.
EM.— La situación política se ha visto sacudida por una gran rebelión que se ha manifestado en cientos de movilizaciones masivas, y también por la quiebra de bipartidismo. ¿Cómo consideráis que un futuro gobierno de izquierdas debería plantearse la lucha contra la impunidad de la represión franquista y la defensa de las víctimas?
AR y JM.— Debería planteársela como una de las principales prioridades, porque entendemos que ningún pueblo, país o sociedad puede avanzar y lograr sus objetivos generales de bienestar y justicia sin superar asignaturas pendientes como las que ocasionó el franquismo: 40 años de dictadura, fusilamientos de cientos de miles de personas, violaciones, torturas, encarcelamientos, robo de niños, exilio, robo de propiedades, trabajos forzados de prisioneros, falta de libertades, política de terror contra los familiares de los asesinados, etc. No podemos olvidar que aún viven cientos de miles de hijos y nietos directos que exigen saber la verdad y piden justicia. Y no estamos hablando de un pasado lejano del que ya nadie reclama. Si ese futuro gobierno tiene esa voluntad nos tendrán con él y aportaremos nuestro apoyo y conocimientos a esta tarea, que será ardua, pero que es muy necesaria para la sociedad. Nosotros queremos que nuestros hijos y nietos sepan cuánto sufrieron nuestros padres y abuelas por culpa del fascismo. Los jóvenes actuales y los del futuro deben crecer en libertad y deben luchar por la igualdad, por un mundo más justo, y para eso tenemos que estar siempre alerta contra el fascismo, que no ha muerto, que sigue ahí agazapado, que es el arma que las oligarquías, los poderosos, sacan cuando ven amenazados sus privilegios en los momentos en que el pueblo avanza. Esa lección deben conocerla nuestros hijos. Es imprescindible.
Finalmente quisiera apuntar que Europa y los aliados tienen también una gran deuda, una asignatura pendiente con este país. Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial y habiendo acabado con el fascismo de Hitler y Mussolini, los aliados dejaron a Franco en su puesto, se aliaron con el fascismo y lo mantuvieron durante casi 40 años más oprimiendo a la sociedad de este país.

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