Después de 25 años de gobiernos de la derecha, la situación de la escuela pública en la Comunidad de Madrid es desastrosa. Ya el curso pasado, el gobierno del trifachito en la CAM recortó más de 350.000 euros en gastos de funcionamiento, que afectó a más de 400 centros en la región. En el último cuarto de siglo, la política educativa de la derecha ha sido muy clara: desmantelar la escuela pública, condenando a decenas de miles de estudiantes a estudiar en condiciones miserables y sin los medios necesarios.
Sin embargo, ha habido quienes sí se han beneficiado, y mucho, de esta política de ataques a la pública: los grandes empresarios de la educación privada y concertada, así como la Iglesia Católica. Han hecho de nuestra educación un gran negocio muy lucrativo, en el que hemos visto desfalcos de todo tipo: cesión de parcelas para la construcción de centros privados a costos ínfimos, e incluso de forma gratuita, subvenciones millonarias a la patronal de la escuela privada, etc… En tan sólo dos décadas, el gasto en la escuela concertada se ha multiplicado por 6 en Madrid, mientras que la CAM se encuentra en el primer puesto por la cola en lo que se refiere a la inversión en educación pública por estudiante. El porcentaje de inversión respecto al PIB en la educación es más de dos puntos menor a una media estatal ya de por sí insuficiente (2,25 % en la CAM por 4,27 % a nivel estatal).
Las consecuencias de esto las conocemos muy bien los estudiantes de la pública: clases masificadas, falta alarmante de profesores, nulas medidas anticovid y, literalmente, centros que se caen a pedazos por falta de inversión en su mantenimiento. Según un estudio reciente de Save the Children, solamente Turquía segrega más a su alumnado que la Comunidad de Madrid, dentro de los países de la OCDE. Esta es la política educativa de la derecha más reaccionaria: precariedad para la juventud de los barrios obreros y una alfombra roja a los cayetanos de los barrios acomodados.
La ‘libertad’ de Ayuso pasa por privatizar aún más la enseñanza pública
Tras estas dos décadas y media de destrucción de la escuela pública, Díaz Ayuso ha presentado una nueva ley educativa llamada Ley Maestra de Libertad de Elección Educativa. Bajo una defensa a ultranza de la “libertad”, el PP lanza esta nueva normativa educativa para convertir Madrid en la punta de lanza contra la LOMLOE y así dar una nueva vuelta de tuerca a los ataques a la escuela pública y blindar la financiación a la privada-concertada.
La entrada en vigor de la nueva ley educativa autonómica acabará también con los refuerzos Covid del curso 2020/2021, eliminando un total de 4.755 aulas, de las cuales 4.432 eran refuerzos Covid. Eso sí, la patronal de la privada y la concertada no tienen de qué preocuparse: las ayudas a los centros privados, incluso a los que segregan por sexo –esta nueva ley recoge que segregar no es discriminación– se mantienen y amplían hasta los 10 años. La CAM además podrá convocar concursos públicos para la construcción y gestión de centros concertados sobre suelo público dotacional.
Por supuesto, el nacionalismo españolista es otro de los sellos del texto de Ayuso. La ley dedica un espacio a resaltar que la lengua vehicular en la escuela madrileña será… ¡el castellano! Parece una broma, pero no lo es. En la nueva ley también se incorpora “contenido obligatorio de Constitución y Democracia” en la ESO para “resaltar los valores democráticos”. ¡Hay que ser sinvergüenza! Un partido que fue fundado por ministros de la dictadura, que se niega a condenar los crímenes de la dictadura y quienes afirman que si eres fascista estás en el lado bueno de la historia, se atreve a hablar de democracia. Siguen el mismo camino que han emprendido ya en Murcia, dónde PP, Cs y Vox han votado a favor de cantar el himno nacional en las escuelas.
En definitiva, Ayuso ha plasmado en esta nueva ley lo que desde hace años es una realidad bajo los gobiernos del PP para lanzar un mensaje de tranquilidad a todos los empresarios de la educación. De hecho este texto no menciona aspectos clave del sistema educativo, sino que está pensado para confrontar abiertamente con la escuela pública y, eso sí, las menciones a su “libertad”, se cuentan por decenas.
Derrotar los planes de la reacción con la lucha y la organización
La derecha en la CAM está envalentonada. Sólo hay que leer las declaraciones de Ayuso, Monasterio o los planes que están presentando. El nuevo gobierno será de nuevo una pesadilla para los trabajadores y la juventud, quienes seremos golpeados por los recortes, las privatizaciones y la austeridad.
Pero tenemos que ser muy claros. Si Díaz Ayuso hoy puede presentar esta ley educativa es porque el Ministerio de Educación y la Ley Celáa no han tocado el gran negocio que supone la educación concertada y siguen regalando millones de euros a estos empresarios (incluso a los centros que segregan por sexo). No podremos frenar los planes de Ayuso apelando a que “España es un estado de derecho”, como ha dicho Isabel Celáa. Las políticas continuistas del gobierno de coalición en el terreno educativo allanan el camino a la derecha.
Todo lo que hemos conquistado ha sido gracias a la lucha. Desde el Sindicato de Estudiantes defendemos una educación 100% pública para acabar con el negocio millonario que se hace con nuestra educación. Esta es la única forma de conseguir una educación de calidad, las mejores condiciones laborales para nuestros profesores y profesoras y desterrar la ideología y la opresión de la Iglesia, el machismo, la homofobia y el racismo que defienden el PP y Vox. Para ello es necesario integrar en la red pública todos los centros privados y a los y las trabajadoras –con las condiciones laborales de la pública- y destinar todos los recursos públicos que cada año se regalan a manos llenas a la privada. No podemos retroceder ni un milímetro. El fascismo se derrota en las calles y mediante la organización en cada centro de estudios. Este es el camino mediante el cual derrotamos sus reválidas franquistas y el que debemos seguir. ¡Únete al Sindicato de Estudiantes!