El viernes 11 de abril celebramos en  Xixón el acto antifascista “Trump nos declara la guerra” convocado por Izquierda Revolucionaria y el Sindicato de Estudiantes. Un acto donde pudimos discutir a fondo sobre cuáles son las causas del ascenso global de la ultraderecha y el fascismo y reflexionar sobre qué programa y qué métodos son realmente eficaces para combatirlo. 

Un debate muy oportuno tras la victoria de Trump en EEUU o mientras se sigue perpetrando el genocidio sionista contra el pueblo palestino con la complicidad y apoyo del imperialismo estadounidense y europeo.

Durante las semanas previas, nuestras compañeras y compañeros han hecho un esfuerzo militante pegando carteles y repartiendo hojas en centros de estudio, universidades, estaciones de tren y autobús y en barrios obreros.

Toda esta difusión nos ha permitido constatar el fuerte interés que suscita este tema entre la juventud, y también entre trabajadores, que vemos y sufrimos los ataques brutales y cada vez menos disimulados a los derechos democráticos, a las mujeres y la comunidad LGTBI, a nuestros hermanos de clase inmigrantes, a sindicalistas y militantes de la izquierda combativa.

El avance de la extrema derecha, refleja la descomposición de esta democracia controlada y dirigida por los ricos, y no se va a detener con buenas palabras o cordones sanitarios en el Parlamento. La demagogia fascista busca dividir a los explotados desviando la atención del auténtico enemigo: los capitalistas y su sistema. Son sus perros de presa. 

Y claro, a estos nazis no les gusta que hagamos esto. Así, antes del inicio del acto sufrimos una provocación cuando tres fascistas miembros de Núcleo Nacional (que no es la primera vez que amenazan y agreden a nuestros compañeros) vinieron a acosarnos y de forma violenta intentar acceder al local identificados con camisetas de Núcleo Nacional y simbología fascista. Pero lo que encontraron fue la respuesta organizada y decidida por parte de las y los jóvenes antifascistas que allí estábamos.

Hemos repelido y denunciado este ataque, que no es el primero y que refleja que estos energúmenos tienen protectores y patrocinadores en el aparto judicial y policial que les amparan para sus actuaciones.

Desde Izquierda Revolucionaria, el Sindicato de Estudiantes y Libres y Combativas no dudaremos en seguir defendiéndonos de estos ataques como siempre ha hecho la clase obrera. La conclusión es clara: la organización y la movilización masiva es la mejor respuesta, porque si algo demuestra la historia es que nosotras somos más y mucho más fuertes. Frente al fascismo no valen los gestos vacíos, ni defender un capitalismo de rostro humano, sino construir una alternativa revolucionaria que defienda sin complejo alguno el socialismo y el internacionalismo.

Al finalizar el acto se respiraba muchísima combatividad y confianza, porque si algo quedó claro es que ¡al fascismo no se le discute, se le combate!

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