Una nueva vuelta de tuerca hacia la elitización de la enseñanza
Esperanza Aguirre ha soltado su última ocurrencia electoralista en el ámbito educativo: crear un centro de elite para cien elegidos (dos cursos de bachillerato) para aquellos que alcancen la “excelencia educativa”. Como siempre hemos explicado desde el Sindicato de Estudiantes, la elitización de la educación pública es la otra cara de su deterioro.
La Comunidad de Madrid es la segunda que menos recursos destina a la educación pública, y la que más financia la concertada1. Esto se traduce en masificación en las aulas, degradación de las infraestructuras, falta de profesorado y de plazas... El fracaso escolar que esta situación inevitablemente genera, es justificado por la derecha diciendo que no todos valen para estudiar, que hay alumnos “tontos” y hay alumnos “listos”. Es una muestra más de la ideología reaccionaria que forma parte del código genético de la derecha: a los primeros hay que sacarles lo antes posible del sistema educativo para que sean mano de obra barata, a los segundos hay que sacarles los cuartos en forma de tasas universitarias.
Para llevar esto a cabo qué mejor que crear un doble sistema educativo. Por un lado, los centros sin medios y masificados para los hijos de los trabajadores; por el otro, los centros de primera para unos pocos privilegiados. Doble red no sólo para los estudiantes, también para el profesorado, ya que se ha anunciado que los profesores de este centro cobrarían un complemento económico. Aunque la falta de medios en los centros públicos, en especial en localidades y barrios obreros sea escandalosa, no nos cabe la menor duda de que se destinarán ingentes cantidades de dinero para poder presumir de los institutos elitistas.
La LOE: de aquellos polvos vienen estos lodos
Cuando en 2006 el gobierno del PSOE aprobó la LOE se ponían las bases, en lo fundamental, para llegar a la situación que existe ahora. Así lo denunciamos en su momento desde el Sindicato de Estudiantes, explicando cómo se estaba cediendo ante las presiones de la derecha y la patronal educativa, y cómo a través de las vías encubiertas para estudiantes con más o menos dificultades y con los agrupamientos flexibles, entre otras muchas cosas, se estaba sentando la base legal para crear estas dos redes. También denunciamos las “pruebas de diagnóstico” que, nos repetían, no tendrían consecuencia en el currículum del alumno y que eran solamente para detectar los problemas educativos e invertir más recursos donde hubiese que mejorar. A día de hoy, con 1.800 millones de euros menos para educación este año2, las pruebas de diagnóstico de 3º de la ESO son parte de los criterios para acceder a este nuevo centro (piden más de un 7 en esa prueba), junto con la nota media de 4º de la ESO (más de un 8). Este es un paso fundamental a efectos de convertir esta prueba en una preselectividad, ya que acabará determinado en qué centro puedes estudiar el bachillerato. De hecho, lo que veremos será una carrera de los centros privados y concertados por hinchar las notas de la ESO para intentar meter allí a sus alumnos.
Pero eso no es todo, desde un punto de vista pedagógico este centro “de excelencia” es una auténtica aberración. Para la derecha al sistema educativo es una fábrica donde se inculcan los conocimientos (tanto técnicos como ideológicos) para formar la mano de obra que necesitan. Pero la educación que nosotros defendemos, además de pública, es algo más, debe permitir desarrollarnos como personas plenas y críticas con la realidad que nos ha tocado vivir. Extraer a los mejores alumnos de su entorno social, de sus amigos y relaciones para llevarlos a un instituto en el centro de Madrid, donde se van a ver sometidos a una presión brutal para continuar siendo “excelentes”, a costa del equilibrio entre aprendizaje y desarrollo individual y social que debería primar en la escuela pública es algo inaceptable. Además, es importante recordar cómo la escuela pública también cumple una función social integradora muy importante. Fortalecer la escuela pública es una herramienta con la que acabar con las desigualdades con las que convivimos en nuestro entorno. Lograr que todo aquel estudiante que lo desee pueda acceder a la educación superior debería ser un derecho incuestionable, que además empujaría al conjunto de la sociedad a un futuro más próspero y menos injusto.
La iniciativa del PP en la Comunidad de Madrid no es más que un anticipo de los planes que tienen para la educación pública si llegan al gobierno. Frente a esto la comunidad educativa tiene que ser inflexible en la defensa de una educación pública de calidad, democrática, integradora, que cuente con los recursos económicos y humanos para dar una educación excelente, no a unos pocos, sino a todos.
1. Diagnóstico. Diez años de transferencias educativas a la Comunidad de Madrid. Federación de Educación de CCOO (www.feccoo-madrid.org/comunes/temp/recursos/15708/669612.pdf).
2. El País, www.elpais.com/articulo/sociedad/educacion/espanola/tendra/1800/millones/2011/elpepisoc/20110112elpepisoc_2/Tes.