Mediante las instrucciones de comienzo de curso el gobierno de Esperanza Aguirre ha decidido dar un paso más para atacar a la educación pública madrileña. Como consecuencia 3.000 profesores interinos van a ser despedidos, un auténtico ERE en la administración pública. La degradación y la pérdida de calidad en la enseñanza pública son las consecuencias de recortes y ataques tan salvajes y que, como es habitual, pagaremos las familias trabajadoras con nuestro derecho a obtener una educación pública, gratuita y de calidad.
Sí hay dinero... para privatizar y para la Iglesia
A la vez que se justifican estos recortes por la crisis económica exigiendo “mayores esfuerzos” al profesorado, el gobierno de la CAM anuncia desgravaciones fiscales para aquellos padres que escolaricen a sus hijos en colegios privados, pasando de 500 a 900 euros por alumno, y beneficiándose familias cuyas rentas anuales sean inferiores a 30.000 euros por cada miembro de la unidad familiar, incluidos menores, pudiendo acogerse una familia de 4 miembros con ingresos inferiores a 120.000 euros. Esta medida responde a las aspiraciones de la patronal de la enseñanza privada, ACADE, que venía solicitando desgravaciones de hasta 1.000 euros para rentas inferiores a los 40.000 euros por cada miembro de la unidad familiar. Al mismo tiempo se mantienen los privilegios fiscales y millonarias ayudas a la jerarquía de la Iglesia Católica potenciando la red privada-concertada al servicio de esta reaccionaria institución.
Esto demuestra que el problema fundamental nada tiene que ver con la escasez de recursos, sino con un modelo educativo donde la enseñanza pública queda progresivamente relegada a un sistema subsidiario y asistencial para aquellos que no puedan permitirse pagar una educación de calidad para sus hijos en la red privada y privada-concertada.
Los profesores imponen tres días de huelga. ¡Hay fuerza e indignación!
El 31 de agosto cientos de profesores acudían a una asamblea multitudinaria para decidir un calendario de movilizaciones frente a los recortes. En un ambiente electrizante de indignación y combatividad, se proponía mayoritariamente por parte de los profesores la convocatoria de 3 días seguidos de huelga, frente a la propuesta de un solo día planteada por los dirigentes sindicales. Finalmente dicha decisión se pospuso a una nueva asamblea que se celebraría el 8 de septiembre, planteándose la necesidad de realizar asambleas por zonas y centros de estudio para determinar el sentir mayoritario entre el profesorado. Una vez celebradas las mismas, los resultados no dejaron lugar a dudas, pronunciándose el 60% de los profesores en favor de la propuesta de 3 días seguidos de huelga. Finalmente los profesores irán a la huelga en Madrid 20, 21 y 22 de septiembre, habiéndose impuesto esta decisión frente a la tibieza manifestada por las direcciones sindicales.
En este proceso los profesores dejaron muy clara su disposición de llegar hasta el final, y la exigencia de un plan de lucha serio, contundente y continuado en el tiempo para frenar los recortes. Frente a esta situación los dirigentes sindicales, basándose en la idea incorrecta del consenso, dilataron la toma de una decisión definitiva generándose malestar entre el profesorado. Los sindicatos de clase, que finalmente sí han escuchado el clamor del profesorado asumiendo el calendario defendido mayoritariamente desde el 31 de agosto, deben, basándose en la enorme disposición a luchar que existe, y a través de la participación democrática, algo enormemente positivo y que ha dado fuerza al conflicto, asumir su papel de dirección, orientando la lucha y haciéndose eco de las propuestas defendidas mayoritariamente por los sectores más avanzados, conscientes y activos del profesorado.
Por otro lado, para dar esta batalla es esencial la implicación del conjunto de la comunidad educativa, tanto de padres como de estudiantes. El hecho de que Esperanza Aguirre haya tenido que rectificar hasta en dos ocasiones sus provocadoras declaraciones, demuestra la enorme fuerza que ha adquirido el movimiento. Las multitudinarias manifestaciones del 7 y 14 de septiembre, con 15.000 y 70.000 personas respectivamente y con miles de padres, madres y estudiantes participando de forma activa, demuestran el masivo apoyo de la opinión pública a las reivindicaciones de la comunidad educativa. Desde el Sindicato de Estudiantes estamos convocando conjuntamente con el profesorado todas las jornadas de huelga que lleven adelante, y convocamos huelga general de estudiantes en todo el Estado el 6 octubre que unifique el movimiento y avance en extensión y fuerza.