Acude a la concentración el miércoles 16 de septiembre a las 10h frente a los Juzgados de Gijón 

PINCHA AQUÍ y firma la resolución por el DESPIDO NULO

El pasado 2 de diciembre,Taida Trujillo, trabajadora de la sección de frutería del Alimerka de  la calle Los Moros de Gijón, fue despedida fulminantemente. A continuación entrevistamos a la compañera, que afrontará el juicio por su despido el próximo 16 de septiembre. 

Pregunta.-  El próximo 16 de septiembre se celebra el juicio por tu despido. Ha pasado más de medio año desde el mismo, recuérdanos cómo se produjo y en qué contexto.

Taida.- Cuando me despidieron yo llevaba ocho meses y medio cubriendo una baja. En el último periodo había manifestado a mi encargada mi descontento con, por ejemplo,  el estado de las taquillas de los vestuarios,  la mía estaba incluso rota y no podía cerrarla, y otras cuestiones relativas a las condiciones  y los derechos de los y las trabajadoras.  Pero el detonante de mi despido fue, con toda claridad,  la convocatoria de la  huelga  en supermercados el  pasado 1 de diciembre.  La huelga  era inminente y yo había dicho  abiertamente que la iba a secundar, es más, una de las  encargadas me preguntó directamente, y yo la animé a hacerla a ella y a mis compañeras para mejorar nuestras condiciones laborales. Evidentemente lo que la empresa quería era saber quiénes íbamos a hacer la huelga y utilizó a las encargadas para ello.  No fue ninguna casualidad que la carta de despido se me entregara cuando no habían pasado ni 24 horas desde que la huelga había quedado oficialmente votada y convocada en asamblea de trabajadoras.

De un día para otro se me cita en las oficinas y  el  2 de diciembre me entregan  la carta de despido, firmada ese mismo día, en la que alegan supuestas infracciones laborales de carácter grave.Estas  acusaciones contradicen mi experiencia laboralen la empresa; nunca se me hizo ningún apercibimiento ni comentario negativo sobre mi trabajo, al contrario, obtuve  las mejores notas en todas las evaluaciones realizadas por Alimerka y  también  por las agencias externas, como los conocidos como Mistery Shopping, personas que se hace pasar por compradores sin que nosotras sepamos que nos están evaluando, y  en las que saqué  el 100%.  Fue  todo un montaje patronal para quitarme de en medio antes de que empezase la huelga. La empresa no quiere trabajadoras que reivindiquen sus derechos, menos en un contexto de movilizaciones,  quiere gente sumisa, que no proteste  y obedezca a todo, y yo estaba haciendo todo lo contrario, reivindicar nuestros derechos y animar a la movilización.

P.- Desde tu despido han pasado  muchas cosas en tu empresa y en el sector; la desconvocatoria de la huelga por parte de los sindicatos,  el acuerdo al que posteriormente llegaron con la patronal, la situación dramática de las trabajadoras de supermercados frente al COVID  y hace escasos días la muerte en accidente laboral de un  trabajador en el centro logístico de Alimerka en Llanera¿qué valoración haces de todo esto?

Taida.- La noticia del accidente mortal hace días es desgarradora,  un  chico joven, que sólo llevaba unos días trabajando, contratado a través de ETT y que deja su vida  aplastado por un palé de una tonelada al intentar arreglar maquinaria pesada estropeada. Las direcciones  de UGT y CCOO se han limitado a mostrar su solidaridad y a pedir que se investiguen las causas en las que se produjo el accidente para determinar las responsabilidades. No han convocado un solo paro. Sean las que sean las circunstancias exactas de un  accidentelaboral , cuando los y las trabajadoras mueren en sus puestos de trabajo es porque las condiciones laborales que hay en las empresas lo permiten, y esas condiciones no las elige el trabajador, sino que las impone la empresa, y es muy difícil, por no decir imposible, que un trabajador a título individual pueda evitarlas. Necesita un respaldo sindical en la empresa, es responsabilidad de los sindicatos denunciarla subcontratación, la  temporalidad y la  precariedad.No hay más vuelta de hoja. Todo lo demás es dejar a los y las trabajadoras en la más absoluta indefensión. El terrorismo patronal no se frena con declaraciones de solidaridad, es necesario un sindicalismo combativo que organice a las plantillas, las movilice y  defienda en el día a día la seguridad en el empleo. Con buenas palabras y declaraciones no se consigue nada. La empresa se ríe de nosotros, les importan bien poco nuestras vidas.

Con el COVID  más de lo mismo,  es una  auténtica vergüenza que se hable de “super cajeras” o incluso “heroínas”  mientras las condiciones laborales que han vivido mis compañeras del sector son penosas. Esta campaña de halagos vacíos, mientras la patronal se estaba forrando con la pandemia,  tiene como único objetivo ocultar esa realidad de precariedad y explotación y  vuelve a poner  de manifiesto que los  motivos que llevaron a la  huelga  en diciembre siguen completamente vigentes. Pero también muestraque el  sindicalismo del “pacto” sin movilización está completamente fracasado. Lo vimos cuando los sindicatos, CCOO, UGT y USO, desconvocaron la huelga en el punto álgido, sin haber conseguido las reivindicaciones centrales, en plenas navidades  y sin consultar a la plantilla. La patronal aprovechó esa debilidad  para imponernos su acuerdo, con muy pocos avances, que no se correspondía con la fuerza de movilización.

A pesar de esa lamentable actitud por parte de las direcciones sindicales, y de que aún sigo  esperando para reunirme con  ellos y que  me apoyen frente al despido, lo que sí he tenido es el  total apoyo de muchos de sus afiliados y afiliadas. Eso es bastante indicativo de lo alejados que están del sentir de las plantillas y de que necesitamos otro modelo sindical,  recuperar las tradiciones del sindicalismo de combate y democrático,  que se apoye en la fuerza de la plantilla  con una actitud de no ceder ante la patronal. Salvando todas las distancias, eso es lo que hemos hecho con la campaña contra mi despido, basarnos en la denuncia pública y en la solidaridad obrera para  que sepan que no estoy sola y obligar  a la empresa a retroceder.

P.- La campaña por tu readmisión tuvo un importante eco.  Cuéntanos en qué consistió, qué respuesta  hubo tanto por parte de la empresa como del movimiento contra tu despido y cómo afrontas el juicio del próximo 16 de septiembre.

Taida.- Nada más conocer  mi despido, junto a mis compañeras y compañeros de Izquierda Revolucionaria y Libres y Combativas lanzamos la campaña  por mi readmisión  y contra la represión en Alimerka. En  unos días recogimos cientos  de resoluciones firmadas por activistas, afiliados y afiliadas a sindicatos, compañeras del sector, gente de Asturias, y de otras zonas del Estado  y se las enviamos a Alimerka a modo de protesta  para que diesen marcha atrás en el ataque. Gracias a este respaldo conseguimos que en el acto de conciliación la empresa  me ofreciese el improcedente. Pretendían dar carpetazo a la campaña de denuncia pública que estábamos haciendo pero se llevaron una buena sorpresa cuando no acepté el improcedente. Para mí no se trata de una cuestión económica, sino de dignidad obrera. Mi despido no debe ser improcedente sino nulo, y eso es lo que voy a pelear hasta el final. Cientos de personas están firmando nuevamente la resolución dirigida al juez por la nulidad de mi despido. No estoy sola.

Afronto el juiciocon  la confianza de haber  hecho todo lo que estaba en mis manos para evitar que un atropello como este quedase impune. Voy con la verdad por delante, con un gran apoyo de mis compañeros y compañeras y no tengo nada que perder. El 16 de septiembre os invito a todos y todas a acudir a la concentración de protesta que haremos frente a los juzgados de Gijón a las 10 de la mañana. Aunque  hayan pasado  muchos meses mi despido sigue siendo igual de injusto. La batalla continúa y  vamos a ella con fuerzas renovadas.

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