A continuación publicamos el artículo de Anahí López, militante de Izquierda Revolucionaria en Nortes. Leelo completo aquí
Tras más de un mes de huelga enfrentando las presiones de la patronal y los intentos de las direcciones sindicales de desactivar la lucha, las trabajadoras del SAD en Asturies se mantienen firmes y decididas.
Las numerosas acciones organizadas como concentraciones frente a las empresas, manifestaciones, asambleas, acampadas… han conseguido un amplio apoyo popular y desbaratar las diferentes maniobras orquestadas durante estas últimas semanas, con las que la patronal y los dirigentes sindicales de CCOO y UGT, en connivencia con las diferentes administraciones públicas, pretendían dar carpetazo a la movilización.
Las trabajadoras no solo exigen un convenio digno, sino la remunicipalización total del servicio. Los Ayuntamientos tienen que convertir sus palabras de apoyo en hechos y rescindir de inmediato las concesiones a todas las empresas que incumplen los pliegos y asumir la gestión directa del servicio.Ya que no existe ninguna razón social, que explique o justifique que un servicio que es fundamental y esencial esté en manos privadas. Para la patronal lo único importante es seguir llenándose los bolsillos, y esto lo hacen a costa de aplastar las condiciones laborales y de vida de la clase trabajadora, especialmente de las mujeres más explotadas y de restar recursos que deberían ir dedicados a garantizar un servicio de calidad, para dedicarlos a incrementar sus beneficios. En esta lucha, las trabajadoras también están teniendo que soportar unos servicios mínimos totalmente abusivos que impiden en la práctica el pleno ejercicio del derecho de huelga. Como las trabajadoras mantienen su fortaleza y su decisión para conseguir sus justas reivindicaciones, las empresas han dado un paso más y han recurrido a las sanciones arbitrarias. El ejemplo más escandaloso, es la empresa Senior (filial del archimillonario Florentino Pérez) que ha sancionado a siete trabajadoras un mes sin empleo y sueldo. La excusa utilizada es que no cumplieron con los servicios mínimos, ¡qué vergüenza! Por supuesto, la intención es clara, intentan debilitar la lucha, y ¡no lo van a conseguir!
Estas sanciones son un argumento más para que los Ayuntamientos rescindan todas las concesiones a estas empresas piratas y municipalicen el servicio. Que este sea 100% público es el punto de partida para que la atención a las y los usuarios sea de calidad y se respeten los derechos laborales de las profesionales que desempeñan esta tarea.
La huelga está siendo un completo éxito y por eso la patronal quiere acabar con ella, sin importarle los medios que tengan que usar. Y desgraciadamente, los dirigentes de CCOO y UGT, con su actuación y defendiendo unas propuestas empresariales absolutamente insuficientes, están allanando el terreno para que la patronal tenga más facilidades para conseguir sus objetivos.
Pero, para sorpresa y estupefacción de estos dirigentes sindicales, las trabajadoras les están dando una verdadera lección de sindicalismo de clase, combativo, democrático y asambleario. La propuesta patronal fue rechazada mayoritariamente a pesar del gran esfuerzo de los dirigentes sindicales para que esta fuera aceptada.
Y, si las empresas siguen ofreciendo un convenio de miseria ¡tendrán la respuesta que merecen! Las trabajadoras lo tienen claro, tienen la fuerte voluntad de mantener la lucha hasta conseguir un convenio justo, e insisten “no podemos esperar otros treinta años”.
Un paso importante para la clase trabajadora de todo el Estado
El que las trabajadoras del SAD hayan rechazado esta ridícula oferta patronal y desactivado la firma de un convenio con el que se iban a seguir manteniendo las lamentables condiciones laborales contra las que están luchando, no solo es importante para ellas. En los últimos meses cientos de miles de trabajadoras y trabajadores de todos los sectores y de todos los territorios del Estado han visto gravemente lesionadas sus condiciones salariales y laborales por culpa de los convenios miserables y a la baja firmados por CCOO y UGT.
En ocasiones, como ocurrió en el Metal de Cádiz, esas firmas se hicieron con nocturnidad y alevosía y bajo el amparo de las tanquetas de las fuerzas represivas del Estado. En otras, como en el Metal de Cantabria, los dos grandes sindicatos hicieron un frente común con la patronal para presentar un ultimátum a los trabajadores y trabajadoras: o aceptáis este convenio, u os quedáis como estáis y sin subida salarial quién sabe por cuántos años.
Pero la lucha del SAD es la primera en la que no solo se echa atrás las propuestas indignas de la patronal, CCOO y UGT, sino que las propias trabajadoras, agrupadas en torno a la Plataforma de Auxiliares del SAD y el Colectivo de Trabajadoras SAD, han tomado inmediatamente en sus propias manos las riendas de la lucha y las acciones reivindicativas más relevantes.
El Servicio de Ayuda a domicilio es un derecho del que deberían poder beneficiarse todas aquellas personas que lo necesiten, independientemente de su capacidad económica. Los servicios públicos tienen que estar en manos públicas, esa es la única forma de hacer frente a la ofensiva de las empresas privadas que encuentran en la negación de los derechos laborales un nicho de mercado y una fuente de beneficios privados inagotables pasando como una apisonadora sobre las condiciones laborales de las trabajadoras y la calidad del servicio que prestan.
Las organizaciones de izquierda hablan continuamente de la defensa de los derechos de las mujeres y de la defensa de la igualdad. Pero las palabras se las lleva el viento y si no van acompañadas de hechos solo sirven como cortina de humo para intentar ocultar que todo sigue igual. Hacer políticas de clase y feministas de verdad empieza por tomar medidas concretas. Las diferentes administraciones deben actuar ya y reconocer los derechos laborales de las trabajadoras, municipalizar el servicio y expulsar a las empresas privadas que mercadean con los derechos de la clase obrera para su lucro personal y privado.
Las trabajadoras del SAD son continuamente maltratadas por las empresas con la connivencia de las administraciones públicas. Este maltrato es profundamente capitalista y machista, ya que significa mantener en la completa precariedad e indefensión laboral y económica a un sector completamente feminizado y puesto en bandeja para que las empresas saquen provecho explotándolas impunemente.
Para las y los militantes del Sindicato de Estudiantes, Libres y Combativas e Izquierda Revolucionaria estas compañeras son un gran ejemplo. Consideramos que este debe ser el camino que toda la clase trabajadora debemos seguir para hacer frente a la ofensiva desatada por la patronal contra nuestras condiciones de vida. Ellas han demostrado en los hechos lo que tantas veces hemos gritado en las calles y en las plazas: ¡Sí se puede!