El Banc de Sang i Teixits (BST) es actualmente la empresa que domina el monopolio del negocio de la sangre en Cataluña. Fruto de una política de fusión de pequeños bancos de sangre, muchos de ellos públicos, a finales de los noventa y principios del dos mil, se creó en Cataluña dicha empresa, de carácter concertado, y financiada principalmente con fondos públicos por la Generalitat.
Los precedentes en el BST
El Banc de Sang i Teixits (BST) es actualmente la empresa que domina el monopolio del negocio de la sangre en Cataluña. Fruto de una política de fusión de pequeños bancos de sangre, muchos de ellos públicos, a finales de los noventa y principios del dos mil, se creó en Cataluña dicha empresa, de carácter concertado, y financiada principalmente con fondos públicos por la Generalitat.
Como muchas privatizaciones, la excusa que se planteó en su momento fue la necesidad de tener una mejor gestión. Nada más lejos de la realidad. La política del BST desde un primer momento fue ahorrar gastos a costa de explotar más a los trabajadores con el único objetivo de obtener mayores beneficios y nunca con el de dar el mejor servicio posible a los pacientes.
Una de las primeras medidas que se llevó a cabo fue substituir en los laboratorios a las enfermeras por técnicos, buscando mano de obra menos cualificada. Y la política desde entonces ha sido en la medida de lo posible tener el menor número de técnicos de laboratorio y substituirlos por ayudantes sanitarios, puesto que no requiere ningún tipo de formación sanitaria y que se remunera peor. A la vez, se destina a estos trabajadores a tareas para las que no están cualificados (tareas que deberían hacer técnicos o enfermeras) existiendo el peligro de que pacientes sean perjudicados y a la vez de que ellos mismos pierdan su puesto de trabajo por cometer errores.
A la vez que ha existido una clara política de ataques a los trabajadores, en todo lo que es la cúpula de la empresa no se ha parado de engrosar la lista de cargos y más cargos administrativos ocupando posiciones de dirección que lo único que hacen es aprovecharse, mediante desorbitados sueldos y primas, del jugoso negocio en el que se ha convertido la sangre en Cataluña. Y es que realmente se trata de un negocio de lo más rentable. El BST obtiene las donaciones de sangre de manera altruista por parte de los ciudadanos, sin embargo, vende los componentes sanguíneos a los hospitales. Eso no es todo, un volumen importante del plasma conseguido (uno de los componentes resultantes de fraccionar la sangre), es vendido a la Farmacéutica Grifols (la cual cotiza en la bolsa internacional y obtuvo el último semestre un beneficio neto de 81'7 millones de dólares[1].), que lo utiliza para fabricar productos de belleza. Hay trabajadores que explican como para tener un x volumen de plasma desechable se presionaba a las enfermeras del departamento de donación para que hiciesen circuitos abiertos para que así esta sangre no se pudiese transfundir y se vendiese directamente a la farmacéutica.
En un contexto de crisis los ataques se agudizan
El último ataque perpetrado por la empresa es la ya inminente reducción de plantilla en el laboratorio de fraccionamiento. Este cuenta con unos 40 o 50 trabajadores (cifra que oscila dependiendo del momento ya que la empresa recurre mucho a los contratos temporales) de los cuales se va a echar a 5 y se va a reubicar en otros servicios a 5 más. Dicho ataque ha sido aceptado sin ninguna oposición por parte del comité, el cual ha jugado un papel exclusivamente de correa de transmisión de las decisiones de la empresa.
En la práctica, esta medida, supone la perdida de 10 puestos de trabajo. La razón argumentada para llevarla a cabo es la introducción de nueva maquinaria que en teoría hará que sea necesaria menos mano de obra. Estas medidas, acompañadas de una reducción de plantilla, a la hora de la verdad, todos sabemos que lo que acaba conllevando son unas jornadas laborales mucho más agotadoras donde el trabajador se ve obligado a faenar a destajo siguiendo el ritmo de la máquina.
Por parte del gobierno central y por el tripartit, lejos de luchar por los intereses de la clase obrera, se están encargando de promover estas medidas. El BST recibirá cuantiosas subvenciones por parte de la Generalitat por el concepto de introducir tecnología innovadora y por tanto invertir en I+D.
No obstante, ante lo que puede parecer un interés por invertir en nuevas tecnologías, se esconde una política de apoyo a los empresarios y ataque a la clase trabajadora. Los últimos días han salido a la luz los preocupantes datos sobre la inversión que el Ministerio de Ciencia e Innovación va a destinar a I+D en los presupuestos para el nuevo curso. "El escenario de inversión que se maneja cae de los 1.580 millones de euros de este año a unos 1.000 millones el que viene"[2]. En palabras de Luis Sanz, presidente del Comité de política Científica y Tecnológica de la OCDE, la reducción de esos casi 600 millones de euros (un 37%) "supondría, en la práctica, la suspensión de las convocatorias de becas, contratos y proyectos de I+D". Sin embargo, a la vez que se rebajan drásticamente las inversiones en aquellos proyectos que tienen como objetivo mayoritario encontrar curas a enfermedades, "sube la partida de créditos destinados esencialmente a las empresas, que experimentaría un aumento del 3%". Este apartado supone actualmente más de la mitad del presupuesto general del Ministerio.
Como podemos apreciar, el gobierno, no solo no invierte en I+D, pese al tan cacareado cambio del sistema productivo que quiere llevar a cabo, sino que lo poco que invierte sirve para generar paro entre la clase obrera, la misma que paga las subvenciones a las empresas.
¿Cuál es nuestra alternativa?
Ante la situación existente en el BST, los marxistas creemos que los sindicatos deberían de organizar una asamblea de todos los trabajadores donde se proponga y se discuta democráticamente las reivindicaciones de la plantilla y un plan de lucha serio para defender los puestos de trabajo. Nosotros defendemos que la empresa pase a ser pública, eso sí, controlada por los trabajadores de la misma, que son los que mejor la conocen y los que garantizan su funcionamiento. Esto nos permitiría mejorar las condiciones laborales de todos los trabajadores, eliminar los gastos en compra de sangre por parte de los hospitales y substituirlos por la inversión necesaria para cubrir la producción (cifra que debería cubrir la Generalitat igual que ahora paga por la compra de la sangre mediante los hospitales, pero saldría mucho más barato, ya que no existiría ningún intermediario que se beneficiase). Son los trabajadores del BST los que realmente sacan la producción día tras día.
Para ganarnos la simpatía de la población, se debería iniciar una campaña de explicación para los propios donantes y los trabajadores y jóvenes, en lo barrios obreros, en fábricas, mercados, centros de estudio, etc. de cual es la situación en el BST y cuáles son las reivindicaciones de los trabajadores a la vez que al implicar a la población en nuestra lucha se hiciese un exhaustivo trabajo de difusión del acto de la hemodonación. Se conseguiría a la vez un apoyo a la lucha masivo por parte de los trabajadores así como un incremento de las donaciones de sangre.
Como es lógico, tampoco estamos en contra la introducción de nueva y más moderna tecnología, la cuestión es bajo que lógica se aplique. En una economía capitalista, la introducción de nueva maquinaria comporta inevitablemente la extensión del paro y el incremento de la explotación de los trabajadores que no son despedidos. Sin embargo, en una economía que no se basase en la búsqueda del máximo beneficio privado, sino en cubrir las necesidades sociales de la mayoría de la población, la tecnología permitiría una reducción de la jornada laboral manteniendo los salarios, permitiendo mayor tiempo de descanso y una elevación del nivel cultural y de la participación en política por parte de los trabajadores.
[1] http://www.negocios.com/grifols-aumenta-un-314-su-beneficio-hasta-los-817-millones/13503.html
[2] http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Alarma/comunidad/cientifica/recortes/investigacion/elpepusoc/ 20090910elpepisoc_2/Tes