Tras dos años de movilizaciones y huelgas en TMB, el comité de convenio
(antes comité de descansos, compuesto por los sindicatos ACTUB y CGT)
llegó a un preacuerdo a primeros de enero para la firma de un convenio
en el que viene recogida su reivindicación fundamental: los dos días de
descanso semanal sin merma salarial.
Tras dos años de movilizaciones y huelgas en TMB, el comité de convenio (antes comité de descansos, compuesto por los sindicatos ACTUB y CGT) llegó a un preacuerdo a primeros de enero para la firma de un convenio en el que viene recogida su reivindicación fundamental: los dos días de descanso semanal sin merma salarial.
Asamblea del 19 de enero: la plantilla decide
Los dirigentes de las secciones sindicales de CCOO y UGT no firmaron el preacuerdo, y durante la semana previa a la asamblea desataron una campaña de mentiras y falsedades contra el nuevo convenio, con la intención de confundir y sembrar dudas para tratar de dividir a la plantilla y evitar su aprobación.
Las asambleas de trabajadores del 19 de enero, donde se discutía la cuestión del convenio, fueron una nueva muestra de la seriedad y unidad de la plantilla. Algunos provocadores, haciéndole el juego a la empresa, trataron de reventar la asamblea, aunque la determinación de la plantilla impidió que esta vil maniobra surtiera efecto, y las asambleas se desarrollaron con un debate democrático, con discrepancia de opiniones dado que algunos compañeros del comité de convenio defendieron el No o la abstención por considerarlo insuficiente. Tras la discusión se sometió a votación a mano alzada, con un resultado abrumador a favor del convenio. De los 1.300 trabajadores que participaron en las dos asambleas, hubo más de mil votos a favor del convenio, frente a menos de un centenar de votos en contra y otras tantas abstenciones.
Dos años de lucha en TMB
La lucha por los dos días de descanso finaliza de esta forma con una victoria de los trabajadores. En noviembre de 2007 se inició un proceso de movilizaciones de los conductores para conseguir los dos días. Tras varios meses de lucha, con 18 jornadas de huelga, consiguieron arrancar un acuerdo que establecía que los dos días vendrían contemplados en el convenio. Esta victoria inicial fue fruto de la movilización masiva de la plantilla y de la simpatía de amplios sectores de la clase obrera y la población en general. Ni la brutal campaña mediática ni la represión policial (con varios detenidos) consiguieron detener la determinación de la plantilla y la solidaridad.
La empresa tuvo que ceder en abril de 2008, pero no tenían la más mínima intención de volver a hacerlo en el convenio. Cambiaron de táctica y pasaron a boicotear la negociación del convenio, bloqueando cualquier aspecto, mientras sacudían a la plantilla y especialmente al comité de convenio con una riada de sanciones y provocaciones. La intención de la empresa era clara: prolongar la firma del convenio para que cundiera el desánimo y provocar al comité para tratar de dividir a la plantilla.
Durante este período los trabajadores y el comité de convenio no han caído en las provocaciones de la empresa. Tras meses de negociación infructuosa, en julio de 2009 la empresa impuso su propio convenio (que significaba un retroceso en las condiciones salariales y laborales muy importante) por "ingobernabilidad en la empresa a causa de las actividades sindicales", con la mira puesta en las elecciones sindicales de marzo de 2010, buscando llegar a esta fecha sin convenio y con la plantilla desmoralizada y dividida.
El comité de convenio denunció esta imposición, el 7 de octubre celebró una asamblea masiva de trabajadores de TMB, que fue una nueva demostración de fuerza y unidad, donde se decidió que si la empresa imponía su convenio se convocaría huelga a partir del 10 de enero. Tras el éxito de la asamblea, los jueces echaron para atrás esta imposición.
Balance del conflicto
Los trabajadores de TMB en este proceso han demostrado un alto nivel de conciencia y organización, dotándose de un comité de lucha escogido por la asamblea, el comité de descansos/convenio.
Sin embargo, la diferencia entre esta lucha, que acaba en victoria, y la mayoría de conflictos sindicales recientes, no reside en que los conductores de TMB sean especiales, sino en primer lugar que los trabajadores y el comité de convenio correctamente han confiado en la capacidad de lucha de la plantilla. Y en segundo lugar, en los métodos de lucha que se han llevado acabo, recuperando las mejores tradiciones democráticas de la clase obrera.
Durante el conflicto los dirigentes de CCOO y UGT, en vez de posicionarse con los trabajadores, sabotearon las movilizaciones. A pesar de eso, la empresa no consiguió dividir a la plantilla. Esta conquista es el resultado de las asambleas de trabajadores masivas, decisorias y democráticas, donde las diferentes opiniones y propuestas se someten a votación a mano alzada. Cabe mencionar los llamamientos explícitos y amistosos hacia los afiliados de CCOO y UGT en las asambleas, para unir a la plantilla. Responder a las maniobras de la burocracia sindical con estridencias sectarias o responsabilizando a los trabajadores afiliados a los sindicatos de la actuación de sus dirigentes, hubiera sido una receta acabada para sembrar la discordia en la plantilla y salir derrotados.
Otro aspecto clave para la victoria ha sido la solidaridad que han cosechado los conductores de TMB. Y lo cierto es que no es para menos. En medio de una crisis económica que está empujando al desempleo a centenares de miles de trabajadores, con la patronal exigiendo nuevos y drásticos recortes sociales y el gobierno regalando miles de millones a la banca y cada vez más apuntando hacia recortes laborales y en el gasto social, y con los dirigentes sindicales de CCOO y UGT que en lugar de unificar los diferentes conflictos, están optando por mantener la paz social a costa de aceptar congelaciones salariales, EREs y despidos masivos; en este contexto la lucha de los trabajadores de TMB es un ejemplo de que la lucha sirve. Por eso finalmente el Ayuntamiento y la empresa han cedido, porque en caso contrario tenían otra vez a los conductores de TMB paralizando la ciudad de Barcelona.
Éstas creemos que son las lecciones fundamentales del conflicto en TMB: la masividad y participación de la plantilla, las asambleas democráticas y decisorias, y la extensión del conflicto fuera de la empresa para conquistar la solidaridad del conjunto de los trabajadores. Este sindicalismo, combativo, democrático y de clase, es el que debemos defender en el movimiento obrero y en los sindicatos de clase.
Por último, los compañeros de la Corriente Marxista El Militante y el Sindicat d'Estudiants queremos felicitar a los trabajadores por esta victoria magnífica, que no es sólo de la plantilla de TMB sino del conjunto de la clase obrera.
Asamblea del 19 de enero: la plantilla decide
Los dirigentes de las secciones sindicales de CCOO y UGT no firmaron el preacuerdo, y durante la semana previa a la asamblea desataron una campaña de mentiras y falsedades contra el nuevo convenio, con la intención de confundir y sembrar dudas para tratar de dividir a la plantilla y evitar su aprobación.
Las asambleas de trabajadores del 19 de enero, donde se discutía la cuestión del convenio, fueron una nueva muestra de la seriedad y unidad de la plantilla. Algunos provocadores, haciéndole el juego a la empresa, trataron de reventar la asamblea, aunque la determinación de la plantilla impidió que esta vil maniobra surtiera efecto, y las asambleas se desarrollaron con un debate democrático, con discrepancia de opiniones dado que algunos compañeros del comité de convenio defendieron el No o la abstención por considerarlo insuficiente. Tras la discusión se sometió a votación a mano alzada, con un resultado abrumador a favor del convenio. De los 1.300 trabajadores que participaron en las dos asambleas, hubo más de mil votos a favor del convenio, frente a menos de un centenar de votos en contra y otras tantas abstenciones.
Dos años de lucha en TMB
La lucha por los dos días de descanso finaliza de esta forma con una victoria de los trabajadores. En noviembre de 2007 se inició un proceso de movilizaciones de los conductores para conseguir los dos días. Tras varios meses de lucha, con 18 jornadas de huelga, consiguieron arrancar un acuerdo que establecía que los dos días vendrían contemplados en el convenio. Esta victoria inicial fue fruto de la movilización masiva de la plantilla y de la simpatía de amplios sectores de la clase obrera y la población en general. Ni la brutal campaña mediática ni la represión policial (con varios detenidos) consiguieron detener la determinación de la plantilla y la solidaridad.
La empresa tuvo que ceder en abril de 2008, pero no tenían la más mínima intención de volver a hacerlo en el convenio. Cambiaron de táctica y pasaron a boicotear la negociación del convenio, bloqueando cualquier aspecto, mientras sacudían a la plantilla y especialmente al comité de convenio con una riada de sanciones y provocaciones. La intención de la empresa era clara: prolongar la firma del convenio para que cundiera el desánimo y provocar al comité para tratar de dividir a la plantilla.
Durante este período los trabajadores y el comité de convenio no han caído en las provocaciones de la empresa. Tras meses de negociación infructuosa, en julio de 2009 la empresa impuso su propio convenio (que significaba un retroceso en las condiciones salariales y laborales muy importante) por "ingobernabilidad en la empresa a causa de las actividades sindicales", con la mira puesta en las elecciones sindicales de marzo de 2010, buscando llegar a esta fecha sin convenio y con la plantilla desmoralizada y dividida.
El comité de convenio denunció esta imposición, el 7 de octubre celebró una asamblea masiva de trabajadores de TMB, que fue una nueva demostración de fuerza y unidad, donde se decidió que si la empresa imponía su convenio se convocaría huelga a partir del 10 de enero. Tras el éxito de la asamblea, los jueces echaron para atrás esta imposición.
Balance del conflicto
Los trabajadores de TMB en este proceso han demostrado un alto nivel de conciencia y organización, dotándose de un comité de lucha escogido por la asamblea, el comité de descansos/convenio.
Sin embargo, la diferencia entre esta lucha, que acaba en victoria, y la mayoría de conflictos sindicales recientes, no reside en que los conductores de TMB sean especiales, sino en primer lugar que los trabajadores y el comité de convenio correctamente han confiado en la capacidad de lucha de la plantilla. Y en segundo lugar, en los métodos de lucha que se han llevado acabo, recuperando las mejores tradiciones democráticas de la clase obrera.
Durante el conflicto los dirigentes de CCOO y UGT, en vez de posicionarse con los trabajadores, sabotearon las movilizaciones. A pesar de eso, la empresa no consiguió dividir a la plantilla. Esta conquista es el resultado de las asambleas de trabajadores masivas, decisorias y democráticas, donde las diferentes opiniones y propuestas se someten a votación a mano alzada. Cabe mencionar los llamamientos explícitos y amistosos hacia los afiliados de CCOO y UGT en las asambleas, para unir a la plantilla. Responder a las maniobras de la burocracia sindical con estridencias sectarias o responsabilizando a los trabajadores afiliados a los sindicatos de la actuación de sus dirigentes, hubiera sido una receta acabada para sembrar la discordia en la plantilla y salir derrotados.
Otro aspecto clave para la victoria ha sido la solidaridad que han cosechado los conductores de TMB. Y lo cierto es que no es para menos. En medio de una crisis económica que está empujando al desempleo a centenares de miles de trabajadores, con la patronal exigiendo nuevos y drásticos recortes sociales y el gobierno regalando miles de millones a la banca y cada vez más apuntando hacia recortes laborales y en el gasto social, y con los dirigentes sindicales de CCOO y UGT que en lugar de unificar los diferentes conflictos, están optando por mantener la paz social a costa de aceptar congelaciones salariales, EREs y despidos masivos; en este contexto la lucha de los trabajadores de TMB es un ejemplo de que la lucha sirve. Por eso finalmente el Ayuntamiento y la empresa han cedido, porque en caso contrario tenían otra vez a los conductores de TMB paralizando la ciudad de Barcelona.
Éstas creemos que son las lecciones fundamentales del conflicto en TMB: la masividad y participación de la plantilla, las asambleas democráticas y decisorias, y la extensión del conflicto fuera de la empresa para conquistar la solidaridad del conjunto de los trabajadores. Este sindicalismo, combativo, democrático y de clase, es el que debemos defender en el movimiento obrero y en los sindicatos de clase.
Por último, los compañeros de la Corriente Marxista El Militante y el Sindicat d'Estudiants queremos felicitar a los trabajadores por esta victoria magnífica, que no es sólo de la plantilla de TMB sino del conjunto de la clase obrera.