Entrevista a Xose M. López. Trabajador de mantenimiento del Hospital Xeral de Vigo y ex delegado sindical de CCOO
25 de marzo, nueva manifestación
Entrevista a Xose M. López. Trabajador de mantenimiento del Hospital Xeral de Vigo y ex delegado sindical de CCOO
l Militante.- El intento del PP de privatizar el nuevo hospital de Vigo ha provocado una fuerte respuesta social, ¿cómo se inició el conflicto?
Xose M. López.- Hace años que se viene proyectando el nuevo hospital de Vigo, una infraestructura a estas alturas imprescindible dadas las carencias de las instalaciones existentes. El anterior gobierno bipartito (PSOE-BNG) elaboró un proyecto sobre el papel realmente magnífico, un hospital ultramoderno, con 1.400 camas y toda una serie de instalaciones que lo convertiría en uno de los mayores y mejores de Europa. Desgraciadamente, durante los tres años que estuvieron en el gobierno no supieron hacer nada más que eso, un proyecto, siendo incapaces de ponerlo en marcha.
Con la victoria electoral del PP en las últimas autonómicas pasó lo que era de esperar y lógico que pasara, teniendo en cuenta qué intereses representa. El Servicio Galego de Saúde (Sergas), como ya antes habían hecho los servicios de salud valenciano y madrileño, anuncia la puesta en marcha de la "Iniciativa de Financiación Privada" para la sanidad pública gallega, que como primera medida decreta la privatización de la construcción del nuevo hospital, la reducción del número de camas y servicios, así como la concesión durante veinte años a la constructora, de la explotación y gestión de todos los servicios estrictamente no sanitarios del hospital (lavandería, mantenimiento, limpieza, seguridad, cocina, reprografía, etc.). El Sergas se compromete a pagar un canon a la concesionaria (se habla de 50 millones de euros anuales) que convertiría el coste inicial presupuestado para el hospital -350 millones de euros- en un gasto cercano a los mil millones de euros al final de la concesión. El nuevo hospital privatizado costará el triple de lo que estaba previsto para el hospital público. Por supuesto no hay ninguna garantía de que pasados esos veinte años la concesión no se renueve por otros veinte años más. Y para colmo, según el propio Sergas, esos 50 millones anuales saldrían de la partida de "gasto corriente", es decir de la partida con la que, entre otras cosas, se paga al personal, por lo que no hace falta ser un genio en matemáticas para darse cuenta de que en la práctica se reducirá el gasto en sanidad.
Tendremos un nuevo hospital, menor que el proyectado, con menos servicios, con menos personal y muchísimo más caro. Un servicio público fundamental se convierte en un inmenso negocio para cuatro especuladores, pero lo más grave es que esto no es más que el principio de la privatización de la sanidad en Galicia. En Pontevedra ya dejaron caer que harán lo mismo con su nuevo hospital y sin duda, si no los paramos harán lo mismo con todo lo que toquen. Pretenden hacerse ricos, más ricos, a costa de nuestra salud.
El anuncio de esta privatización provocó una reacción espectacular entre los trabajadores: asambleas multitudinarias, hospitales empapelados, las mayores concentraciones de protesta que recuerdo en los quince años que llevo trabajando aquí, pero sobre todo, la convicción de que si no nos movemos, la sanidad pública no tiene futuro.
EM.- ¿Cómo afecta la privatización a los trabajadores del hospital?
XML.- El personal de mantenimiento, cocina y lavandería (unas 300 personas) que hoy somos personal estatutario, no sabemos qué va a pasar con nosotros. Alguien ha dicho que nos recolocarán o trasladarán, a los fijos, claro, porque los interinos y contratados se irán directamente a la calle. Nadie tiene dudas de que en el mejor de los casos, seremos presionados para trabajar al servicio de las concesionarias privadas o trasladados a saber dónde. Mucho peor lo tienen los trabajadores de las contratas actuales de limpieza o seguridad, equiparados en condiciones laborales al personal del Sergas tras años de luchas, que sin duda se verán sustituidos por personal más joven, con peor salario y sin derechos adquiridos. En total, en mayor o menor medida, unos 1.500 trabajadores tenemos directamente amenazados nuestros puestos de trabajo. Y esto sólo es el principio, porque cuando veas las barbas de tu vecino cortar...
EM.- En octubre 15.000 personas se manifestaron contra la privatización. El 25 de marzo hay otra manifestación. En Pontevedra ha surgido una plataforma contraria a la privatización de su hospital. El ambiente es propicio para que los dirigentes sindicales y políticos de la izquierda lancen una campaña contra la Xunta del PP, enmarcando este ataque dentro de su política general. ¿Qué opinas de esto?
XML.- Estoy de acuerdo. Esto no es un ataque puntual, esto es un ataque contra todos los derechos que los trabajadores han conseguido con años y años de luchas. El PP representa los intereses del gran capital, esto no es ninguna novedad, y actúan en consecuencia, nadie se puede sorprender por esto, recortan nuestros derechos y atacan nuestras condiciones de vida porque esa es su función: aumentar sus beneficios a nuestra costa. Lo que sí es sorprendente es la escasa respuesta por parte de las organizaciones de la izquierda cuyos dirigentes parece que estén a veces a años luz de los intereses de los trabajadores. El PSOE no diferencia sustancialmente su política económica de la del PP, los sindicatos mayoritarios parece que tengan como único objetivo en la vida negociar el "mal menor", y los trabajadores sufrimos los ataques de unos y la ineficacia de otros. A los trabajadores nadie nos ha regalado nada, ninguna mejora importante en nuestras condiciones de vida y de trabajo ha sido fruto de la negociación sin lucha.
En nuestro caso concreto tuvimos muy claro desde el principio que si no nos movemos no vamos a conseguir nada. Hemos hecho concentraciones, manifestaciones, tenemos prevista una huelga de jornada completa y dos huelgas parciales, y con la Plataforma de Defensa da Sanidade Pública estamos preparando una manifestación para el 25 de marzo. No sabemos si esta lucha la vamos a ganar pero tenemos muy claro que si no hay lucha perdemos.
Estamos sufriendo ataques a la sanidad, a la educación, a las pensiones, a los salarios, a los derechos democráticos... como decimos estos días: "o nos movemos o estamos jodidos".