Hace años que las políticas privatizadoras de la Unión Europea (UE) están desmantelando los sistemas públicos de los diferentes estados nacionales. Servicios públicos que tantos años de lucha ha costado conseguir a la clase trabajadora y que debido a los ataques de la burguesía están pasando a ser un lucrativo negocio para las empresas privadas.

¡No a la privatizadora Directiva Postal Europea!
¡Por un convenio digno!
¡Por un empleo público de calidad! 
 
Hace años que las políticas privatizadoras de la Unión Europea (UE) están desmantelando los sistemas públicos de los diferentes estados nacionales. Servicios públicos que tantos años de lucha ha costado conseguir a la clase trabajadora y que debido a los ataques de la burguesía están pasando a ser un lucrativo negocio para las empresas privadas.
Se nos vende el cuento de que lo privado es más barato, mejor y más eficaz que lo público, cuando para los trabajadores el verdadero significado de los procesos privatizadores es menos empleo, peor remunerado, menos derechos laborales y servicios peores y más caros. Sólo hace falta mirar hacia atrás y observar los cambios producidos en empresas como Iberia, Renfe, Telefónica, Tabacalera: despidos, externalizaciones, subcontratación, etc.
Correos, la empresa más antigua y con mayor plantilla del Estado español, no iba a ser una excepción. Las leyes postales liberalizadoras también la están introduciendo en la senda de la competitividad y el lucrativo beneficio empresarial.

Hacia la privatización

El proceso privatizador en Correos arranca en los años 90 con la privatización de Caja Postal y la aprobación de la Ley Postal de 1998. En el 2001 se procede a la separación de Correos de la administración pública, convirtiendo a la empresa en una Sociedad Anónima Estatal.
En 2006 se aprueba un decreto ley que ¡¡permite el uso de las infraestructuras de Correos a otros operadores postales privados!! Sin exigirles los mismos requisitos de calidad y periodicidad. El objetivo no es otro que beneficiar a la empresa privada a costa de lo que es de todos, algo parecido a los conciertos en la Sanidad.
Los efectos de la privatización ya se dejan sentir entre los trabajadores. El Estatuto Básico del Empleado Público de 2007 no fue aplicado a la plantilla de Correos, desvinculándola así de la administración pública y convirtiendo al funcionario de Correos en el funcionario peor pagado. Hace años que se incentiva la "huida" del funcionario de Correos a otros ministerios; pasando de 34.158 en junio de 2006 a 21.397 en diciembre de 2009.
Uno de los mayores ataques al colectivo fue la pérdida de la condición jurídica; hoy en día el trabajador que entra en la empresa ya no es funcionario sino personal  laboral (34.919 a 31/12/09), con la consiguiente pérdida de derechos. Así, para disfrute de la dirección, convivimos cuatro "tipos" de trabajadores: el funcionario, el laboral fijo, el fijo discontinuo y el eventual. Al fijo discontinuo se le condena a trabajar sólo cubriendo vacaciones; el eventual  no disfruta ni vacaciones ni días de asuntos propios y por no darles no se les da ni uniforme.
Situación especialmente sangrante es la del colectivo de carteros rurales. Son ellos mismos los que tienen que aportar su vehículo y realizar por su cuenta el mantenimiento de éste, pagar el seguro y el combustible; todo ello por una indemnización de 22 céntimos/km. En ocasiones los carteros rurales tienen que aportar un local que hace las funciones de oficina postal; este servicio es remunerado mensualmente por la empresa con la cantidad de ¡¡20 euros!! Parece una broma pero no lo es.
Es en estas zonas rurales, con una población dispersa, donde adquiere aún mayor sentido la necesidad de servicio público; desde el punto de vista del beneficio empresarial estas zonas nunca serán rentables. La postura de la empresa es el continuo cierre de oficinas rurales y eliminación de puestos de trabajo.

Convenio bloqueado y liberalización del sector

Los trabajadores de Correos tenemos la negociación del convenio bloqueada desde el 3 de noviembre de 2008 que se constituyó la mesa negociadora del III Convenio Colectivo. Hasta el día de hoy las propuestas que ha hecho la empresa siguen en la misma línea de profundizar aún más los ataques contra las condiciones y derechos laborales que ya recoge el anterior: sueldos miserables (gran parte de la plantilla no llega a mil euros), carecemos de cláusula de revisión salarial, el Complemento de Producción y Asistencia nos penaliza económicamente si nos ponemos enfermos, aumento de la flexibilidad laboral, etc.
En 2011 entra en vigor la III Directiva Postal Europea que viene a liberalizar totalmente el sector. Esto significará que Correos va a tener que competir con otras empresas privadas que, sin lugar a dudas, ofrecerán unas tarifas más baratas basadas en la explotación  de su plantilla (bajos salarios, subcontratación, desregulación). Condiciones laborales que inevitablemente nuestra empresa intentará igualar; esa es la dinámica de la ley capitalista de la competencia: ahorrar costes sobreexplotando la mano de obra.
El nuevo anteproyecto de Ley Postal del Ministro de Fomento profundiza en las medidas de privatización de la Ley Postal de 1998 y presenta unas cuantas promesas sobre el futuro liderazgo de Correos en el sector que nadie se cree. La cruda realidad es el drástico recorte en los Presupuestos Generales de la partida destinada a Correos (un recorte en 2010 de casi el 50% en las inversiones), los 5.000 puestos de trabajo perdidos en los últimos dos años y la subida de las tarifas postales por encima del IPC cada año.

Movilización de la plantilla

Hemos sido llamados por nuestros sindicatos a una campaña de movilizaciones con paros y manifestaciones por todo el país, culminando con una huelga general el 10 de junio.
Aplaudimos la unidad sindical de acción (CCOO, CSIF, SL, CGT, ESK, STAS), con la excepción de UGT. Es necesaria para luchar por un buen convenio. Hay reivindicaciones positivas como la despenalización de las bajas médicas, la cláusula de revisión salarial; pero faltan otras como las 35 horas semanales de lunes a viernes, la recuperación del poder adquisitivo perdido, la equiparación con la administración pública y ante todo es necesario llevar a referéndum ante la asamblea de trabajadores la firma del convenio, así nos evitaremos firmar otra chapuza como el anterior.
Pero donde esta lucha nace totalmente equivocada es en la reivindicación de la moratoria de la Directiva Postal. ¿Qué conseguimos alargando el proceso liberalizador? Las directivas de la UE no son leyes "divinas" contra las que nada se puede hacer. Nuestros sindicatos de clase deben coordinarse a nivel europeo para frenar estos ataques de la burguesía.
Lo que no podemos hacer es sentarnos a negociar ni la liberalización del sector ni la privatización de la empresa; esa batalla la tenemos perdida de antemano. Sólo con la movilización decidida  de los trabajadores estos procesos se pueden revertir.

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