Desde estas páginas nos hemos hecho eco de innumerables casos de represión sindical, de abusos empresariales, y de ataques salvajes a nuestros derechos en los centros de trabajo. Y hemos constatado que pese a todo, los trabajadores jóvenes continúan organizándose, presentándose como delegados o formando comités de empresa que casi desde antes de nacer se encuentran ya en el punto de mira de la patronal. Y lo hacen enfrentándose al patrón de una forma durísima, con poca o ninguna experiencia sindical todavía, y en muchos casos sin ningún apoyo ni asesoramiento útil por parte de la dirección del sindicato por el que se juegan el puesto de trabajo.

Desde estas páginas nos hemos hecho eco de innumerables casos de represión sindical, de abusos empresariales, y de ataques salvajes a nuestros derechos en los centros de trabajo. Y hemos constatado que pese a todo, los trabajadores jóvenes continúan organizándose, presentándose como delegados o formando comités de empresa que casi desde antes de nacer se encuentran ya en el punto de mira de la patronal. Y lo hacen enfrentándose al patrón de una forma durísima, con poca o ninguna experiencia sindical todavía, y en muchos casos sin ningún apoyo ni asesoramiento útil por parte de la dirección del sindicato por el que se juegan el puesto de trabajo.

En el nº de marzo publicábamos una carta escrita por dos jóvenes delegados de CCOO en una empresa dedicada al montaje industrial en Gijón: Cosermo. La carta era una denuncia del acoso brutal al que estaban sometidos muchos de los trabajadores de la empresa desde el año 2009, cuando deciden organizarse sindicalmente y formar un comité de empresa: "desde que nos apuntamos a la lista de candidatos por CCOO se desató una auténtica caza de brujas (...) comenzaron las presiones y las represalias (...) empezaron los primeros despidos, reconocidos como improcedentes, a miembros de la lista negra, empezando así una campaña de miedo (...) obligar a realizar obras en lugares remotos, sancionar a trabajadores ejemplares por bajo rendimiento..." (Puedes leer la carta completa en www.elmilitante.net). Estos trabajadores representan fielmente la realidad sindical a la que se enfrentan miles de trabajadores en todo el país.

Y, pese a todo, estaban firmemente decididos a resistir y combatir los ataques de la empresa, aunque eran conscientes de que no lo conseguirían solos: "...En el congreso de Jóvenes Sindicalistas de CCOO pudimos exponer nuestro caso. Maximino García, secretario general de la Federación de Industria, se mostró decidido a darnos su apoyo. Pero el tiempo avanza muy rápido y va en nuestra contra. Cada vez somos menos los que resistimos y necesitamos con urgencia un órgano mediador que aporte soluciones, que se moje por nosotros y por el cumplimiento de la ley. Por eso pedimos a CCOO que nos ayude en firme, que nos oriente para salir de una situación insostenible. No tenemos tiempo para palabras, necesitamos acciones y las necesitamos ya."

Desde luego, el llamamiento de estos compañeros no puede ser más claro. Es imposible en este caso plantear que se desconocía esta situación, al menos en la Federación de Industria de CCOO, sobre todo cuando esta misma carta se publica en el nº de diciembre de la revista de la Federación (aunque sin este último párrafo, y con algún otro corte). Así las cosas nos preguntamos por qué no hubo una respuesta sindical firme a esta llamada, prácticamente desesperada, de los trabajadores de Cosermo.

Si nos detenemos en esta cuestión no es por un capricho, ni por un afán de criticar gratuitamente a la dirección del sindicato, sino porque el desenlace final del conflicto de Cosermo ha dependido, en buena medida, de la ausencia del apoyo que solicitaban. Al menos en nuestra opinión. Por lo que sabemos, los despidos han continuado sobre los trabajadores de la "lista negra", algunos ya han abandonado la empresa, otros lo harán próximamente. Frente a esto, que independientemente de cómo quiera encubrirlo la empresa, todos sabemos que es un caso de represión sindical ¿qué respuesta pública, que tipo de movilización, que alternativa de lucha se ha ofrecido desde CCOO? Nos tememos que absolutamente ninguno.

Suponemos que el sindicato, que tantos esfuerzos costó introducir dentro de la empresa, está totalmente desmantelado, y muchos trabajadores se sentirán defraudados y desmoralizados. Y sin embargo, probablemente nos toque escuchar, como tantas otras veces que "los trabajadores no quieren luchar", "sólo miran sus intereses individuales", "están ataaados a la hipoteca y a la teeele de plasma". O peor aún, que los despidos son legales y contra eso no se puede hacer nada. Todos sabemos a qué intereses sirve la justicia y cómo los empresarios la utilizan para burlarse de los trabajadores, a menos que, mediante la presión de la movilización, les obliguemos a cambiar sus actuaciones.

Por este motivo queremos nuevamente romper una lanza por los trabajadores de Cosermo y por tantos otros que están siendo represaliados en las empresas en una auténtica "masacre silenciosa". Porque estamos seguros que si la dirección de CCOO hubiera movilizado una pequeña parte del inmenso aparato sindical que se ha construido a lo largo de décadas con el sacrificio de la clase trabajadora para apoyar a sus representantes en Cosermo, éstos no estarían despedidos. Es más, estamos convencidos de que frenar los ataques de la empresa y obligarles a respetar los derechos sindicales hubiera sido en este caso relativamente sencillo. Como muy bien decían los compañeros en su carta se trata solamente de que "respeten la ley".

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