¡No a la reforma laboral, no al plan de ajuste del gobierno, la CEOE y los banqueros! ¡Por la unidad de acción sindical!

La mayoría sindical vasca, ELA, LAB, ESK, STEE, EHNE han convocado hu-elga general para el martes 29 de junio como respuesta a la Reforma laboral aprobada por el Gobierno de Zapatero. También CCOO se ha sumado a la movilización, un hecho muy positivo, después de anunciar la convocatoria de la huelga general para el 29 de septiembre. Lamentablemente, la dirección de UGT de Euskadi no lo ha hecho, lo que no impedirá que muchos delegados sindicales ugetistas,  militantes y afiliados, salgan a la huelga general ese día, desoyendo las posturas de sus dirigentes como ya sucedió el 21 de mayo de 2009.

¡No a la reforma laboral, no al plan de ajuste del gobierno, la CEOE y los banqueros!

¡Por la unidad de acción sindical!

La mayoría sindical vasca, ELA, LAB, ESK, STEE, EHNE han convocado huelga general para el martes 29 de junio como respuesta a la Reforma laboral aprobada por el Gobierno de Zapatero. También CCOO se ha sumado a la movilización, un hecho muy positivo, después de anunciar la convocatoria de la huelga general para el 29 de septiembre. Lamentablemente, la dirección de UGT de Euskadi no lo ha hecho, lo que no impedirá que muchos delegados sindicales ugetistas,  militantes y afiliados, salgan a la huelga general ese día, desoyendo las posturas de sus dirigentes como ya sucedió el 21 de mayo de 2009.

La huelga general del 29 de junio debe ser un paso adelante en una lucha que debe continuar con la huelga general del 29 de septiembre. La experiencia está dejando claro, que la unidad de acción sindical en la lucha, como ocurre en muchas empresas y convenios donde los sindicatos van juntos, sin divisiones, ni sectarismos, es el mejor camino para hacer frente a un ataque sin precedentes contra los derechos y las conquistas históricas del movimiento obrero, no sólo de Euskal Herria, sino del conjunto del Estado español y de Europa. Sólo con las movilizaciones más contundentes, masivas y unitarias del conjunto de la clase trabajadora y sus organizaciones, se podrán derrotar los ataques de la patronal y el gobierno. Una ofensiva que debe servir para elevar el nivel de conciencia y de organización de los trabajadores y particularmente de la juventud, que tiene que jugar un papel decisivo en un proceso de cambio profundo en la sociedad.

Una declaración de guerra en toda regla de la burguesía al movimiento obrero.

El Gobierno del PSOE que dijo que no abarataría el despido ni permitiría que la clase trabajadora fuera la pagana de la crisis, ha cedido frente a los "mercados"  -eufemismo tras el que se esconde el gran capital- principalmente los bancos, que fueron salvados con más de 150.000 millones de euros de dinero público provocando una deuda estatal desorbitada que pretenden que paguemos la mayoría de la población.  Ha cedido a las presiones del Fondo Monetario Internacional, la UE, la Banca y la patronal que están aprovechando la crisis, de la que ellos son los responsables, para destruir las conquistas históricas obtenidas en años de lucha: desregulación de la negociación colectiva, abaratamiento del despido, más flexibilidad a costa de los trabajadores, privatización del sector público etc.

La reforma laboral aprobada por el gobierno del PSOE es una auténtica declaración de guerra a los trabajadores, especialmente a la juventud obrera. Con el decretazo aprobado, se abarata el despido, generalizando la indemnización de 33 días y 24 mensualidades como tope frente a los 45 días y 42 mensualidades actuales. Además se facilita el despido objetivo con el sólo hecho de que los empresarios aleguen una mala situación económica pudiendo indemnizar por 20 días y 12 mensualidades.  El Fogasa además pagará 8 días de indemnización para hacer más fácil todavía la destrucción de miles de puestos de trabajo.

Con la reforma aprobada se  permite que las empresas tengan cláusulas de descuelgue de los convenios colectivos sectoriales o provinciales firmados. Quieren la negociación empresa por empresa y trabajador por trabajador. También se amplia el campo de actuación de las ETTs que podrán entrar en los sectores peligrosos como la minería y también en la administración pública. Y a esto le llaman acabar con la precariedad.

Este ataque se produce pocos días después de aprobarse en el parlamento el plan de ajuste del gobierno y el recorte salarial a los funcionarios. Pero parece que la burguesía y el gobierno no tienen suficiente: ya están anunciando nuevos tijeretazos a las pensiones, a la educación y la sanidad pública introduciendo el co-pago, etc, medidas que no representan en absoluto una solución a los graves problemas que la mayoría de la población soportamos por la crisis del capitalismo más importante desde los años treinta. Estas medidas retraerán el consumo y la actividad productiva, como de hecho los mismos responsables del gobierno reconocen al revisar a la baja las expectativas de crecimiento económico y al alza las cifras del paro. 

Para lo que sí sirve esta reforma laboral y el conjunto de los ataques que se están llevando a cabo es para aumentar la tasa de beneficios de los grandes capitalistas y la banca. Las mayores empresas españolas, las que forman parte del índice bursátil Ibex-35, han tenido en el primer trimestre de 2010 un incremento de beneficios del 32%. El Banco Santander, por ejemplo, acaba de presentar nuevamente beneficios por encima de los 8.000 millones de euros en 2009. Estas cifras desmienten la patraña de que los sacrificios se reparten entre todos. Los sacrificios son sólo para los asalariados, para los parados, para los jubilados, mientras que para los banqueros y grandes empresarios la crisis es la oportunidad de oro de hacer aún más grandes sus enormes fortunas, hacer más poderosos sus bancos y empresas, y degradar aún más las condiciones laborales de sus trabajadores.

Además, está absolutamente demostrado que estos beneficios están  inflando la burbuja del capital especulativo, que atacan el Euro y presionan a Grecia, el Estado español y los demás países para que apliquen duras reformas bajo la amenaza de subir los tipos de interés y hundir aún más sus economías.  Para qué van a invertir en la industria productiva si sobran productos que no se venden en todos los sectores. Aumentar los beneficios aumenta la especulación y el capital parasitario. Contra esto es también la huelga general.

Recuperar los sindicatos como herramientas de lucha

Las direcciones de UGT y CCOO han perdido un tiempo precioso cayendo en la estrategia dilatoria del Gobierno y la patronal. Ya desde el estallido de la crisis era evidente cómo la burguesía estaba aprovechándola para llenar sus cuentas de resultados a costa de la clase obrera. Los EREs, los despidos masivos que han disparado el desempleo a cifras históricas, los recortes sociales exigían una respuesta contundente. Con la huelga general del 21 de mayo del 2009 en Euskal Herria, tuvieron una oportunidad de apoyarla, como ahora hace CCOO y darle continuidad con una huelga general en todo el Estado; pero las direcciones de UGT y CCOO, erróneamente, apostaron por el diálogo social con la patronal, continuando con una política de pacto social que sólo ha beneficiado a los empresarios.

No han sido los únicos en cometer errores. La dirección de ELA ha abandonado los convenios provinciales y sectoriales y ha firmado el acuerdo de la función pública vasca con Patxi López que resultó igualmente lesivo para los trabajadores. Pero a pesar de todo, los sindicatos son una herramienta imprescindible para la clase trabajadora, exactamente igual que lo es la unidad de acción. No es casualidad que la burguesía utilice todos los medios a su alcance ahora que se han convocado las huelgas generales del 29 J y 29S, para tratar de desprestigiarlos y destruirlos. Pero la mejor manera de impedirlo y lograr que los sindicatos se conviertan en la herramienta de lucha que necesita la clase obrera, es defendiendo en su seno un sindicalismo de clase, democrático y combativo, que ligue las luchas cotidianas a un programa anticapitalista y socialista, por una alternativa que acabe con este sistema injusto y reaccionario. Al capitalismo enfermo hay que oponerle una sociedad socialista, liberada del peso muerto de los grandes bancos, de las grandes multinacionales y especuladores, de la propiedad privada de los medios de producción, donde la clase trabajadora planifique democráticamente las tremendas riquezas que existen en beneficio de la gran mayoría de la sociedad.

No a los planes de ajuste contra la clase obrera. Que la crisis la paguen los culpables: los capitalistas

¡Únete a la corriente Marxista El Militante para luchar por esta alternativa!