LUVATA no es una excepción en la situación de los trabajadores de la provincia. Cuando en el año 2000 Carrier intentó cerrar, tras una lucha que duró ocho meses conseguimos que no lo hiciera en su totalidad y que ECO Refrigeración Ibérica se hiciera cargo de la misma. Finalmente, conseguimos conservar 256 puestos de trabajo, llegando en ciertos momentos a una centena más. Así, hemos trabajado hasta hace apenas poco más de dos años, cuando la multinacional LUVATA compró el grupo Eco.
LUVATA no es una excepción en la situación de los trabajadores de la provincia. Cuando en el año 2000 Carrier intentó cerrar, tras una lucha que duró ocho meses conseguimos que no lo hiciera en su totalidad y que ECO Refrigeración Ibérica se hiciera cargo de la misma. Finalmente, conseguimos conservar 256 puestos de trabajo, llegando en ciertos momentos a una centena más. Así, hemos trabajado hasta hace apenas poco más de dos años, cuando la multinacional LUVATA compró el grupo Eco.
Nuestra empresa siempre ha contado con un comité reivindicativo, por eso la empresa comenzó su ataque intentando mermar el número de miembros del comité. Unos días antes de las elecciones sindicales a finales del 2008 fueron despedidos bastantes fijos discontinuos, amparándose en la baja carga de trabajo ante el inicio de la crisis. Con esta maniobra la empresa reducía los miembros del comité y acortaba considerablemente las horas sindicales para el resto, lo que restaba fuerza a los trabajadores. Por suerte la jugada no salió como deseaba la empresa, los tribunales nos dieron la razón y el comité se mantuvo igual que en la anterior legislatura. A medida que pasaron los meses, la crisis se fue acentuando, y ante esta situación no quedó más remedio que entrar a negociar ERE tras ERE temporal. Creo que somos de las pocas empresas que en la negociación conseguimos que la dirección, a pesar de estar en expediente de regulación de empleo, nos abone el 100% del salario.
La crisis le ha puesto en bandeja la idea de tener una plantilla más reducida, y aunque de momento no se ha atrevido a despedir a los trabajadores fijos, sí ha optado por prejubilar a los compañeros más mayores, decisión que la mayoría han aceptado al conseguirse unas condiciones bastante aceptables. Desde mi punto de vista, las multinacionales siempre han tenido muy fácil el crear espejismos de ausencia  de trabajo, pues no tienen más que mover a su gusto las cargas de trabajo de una empresa del grupo a otra, para conseguir la apariencia de tener trabajo o no. Con estos métodos más la crisis, es mucho más fácil justificar los EREs, y crear la sensación de inestabilidad en los trabajadores, haciéndoles aceptar situaciones sin presentar el mismo grado de batalla que en otras condiciones. La empresa ha conseguido reducir la plantilla hasta 178 trabajadores fijos y unos 17 fijos discontinuos. Pero los empresarios son insaciables y nunca tienen bastante.

La empresa pasa a la ofensiva

Ahora el ataque que los trabajadores de LUVATA tenemos encima de la mesa es brutal. La empresa, fortalecida con la contrarreforma laboral que ha aprobado el gobierno, ha decidido pasar a la ofensiva de una forma salvaje. En primer lugar, han decidido no pagarnos el segundo quinquenio de la antigüedad, algo que ya hemos denunciado ante los tribunales. Además como ahora tenemos carga de trabajo, la dirección ha decidido saltarse una vez más la legalidad y en vez de llamar a los fijos discontinuos que quedan han contratado a trabajadores eventuales. Por si todo esto fuera poco, nos han propuesto una plataforma para la negociación del convenio colectivo totalmente injusta y desproporcionada, donde plantean una reducción del salario base de hasta el 11,1% para los trabajadores que menos cobran. También quieren reducir todos los complementos alrededor de un 5%, quitar el plus de transporte, reducir la antigüedad a un solo quinquenio (cuando toda la plantilla acaba de cumplir el segundo), aumentar la jornada en tres días anuales y un largo etcétera. Quieren que ganemos menos y trabajemos más para aumentar sus beneficios. ¡Es alucinante! ¿Acaso cuando ellos han tenido beneficios a manos llenas se han acordado y repartido con nosotros?
Después de diez años, ganamos lo mismo que ganábamos en Carrier en 1999. Ya hemos puesto mucho de nuestra parte y los trabajadores de LUVATA sí tenemos una cosa clara: con nuestro salario no se juega. No nos quitarán ni un solo céntimo, estamos dispuestos a luchar y lo haremos. Ante la ofensiva de la patronal es la única manera de hacer valer nuestros derechos y nuestra dignidad.

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