marcha-minera.jpgPor el cobro inmediato de las nóminas, por el futuro de las comarcas mineras

Desde principios del mes de septiembre, en las comarcas mineras de Castilla y León, Asturias y Aragón se han sucedido todo tipo de movilizaciones, encierros y cortes de carreteras exigiendo el pago de las nóminas pendientes de más de 2.500 trabajadores de Vitorino Alonso y Lamelas Viloria. También reclaman la firma del Real Decreto que regula el consumo de carbón nacional por parte de las empresas eléctricas y el cumplimiento de las inversiones contempladas en el Plan del Carbón, afectado duramente por los recortes presupuestarios de los últimos meses.

 

Por el cobro inmediato de las nóminas, por el futuro de las comarcas mineras

 

minerosparaweb.jpgDesde principios del mes de septiembre, en las comarcas mineras de Castilla y León, Asturias y Aragón se han sucedido todo tipo de movilizaciones, encierros y cortes de carreteras exigiendo el pago de las nóminas pendientes de más de 2.500 trabajadores de Vitorino Alonso y Lamelas Viloria. También reclaman la firma del Real Decreto que regula el consumo de carbón nacional por parte de las empresas eléctricas y el cumplimiento de las inversiones contempladas en el Plan del Carbón, afectado duramente por los recortes presupuestarios de los últimos meses.

Las reivindicaciones de los mineros pretenden, en definitiva, clarificar una vez más un horizonte que se presenta incierto desde que se iniciaran las sucesivas reconversiones mineras en los años 80. Desde entonces el sector ha ido perdiendo puestos de trabajo, desde los más de 50.000 que llegó a tener hasta los actuales 8.000. Esa auténtica sangría de puestos de trabajo no fue en ningún momento contrarrestada por la creación de ocupaciones alternativas que pudieran absorber tal destrucción de empleo, y la historia reciente de las comarcas mineras combina el fracaso de los diferentes planes de reindustrialización y el languidecimiento social con los periódicos brotes de conflictividad ante los sucesivos ataques que ha sufrido la minería, fundamentalmente la empresa pública.

Ahora, el bloqueo al Real Decreto en el Parlamento Europeo ha dado la voz de alarma sobre la continuidad de la minería en el corto plazo. Hay que decir que una vez más se utiliza la "excusa" de la Unión Europea para, en la práctica, recortar derechos o desmantelar tejido industrial. ¿Por qué el Parlamento Europeo nunca legisla contra los beneficios empresariales, o contra el cierre de empresas, o contra el recorte de nuestros derechos laborales y sociales por parte del gobierno de turno? El gobierno del PSOE debe garantizar la continuidad del sector puesto que décadas de reconversión no han servido para poner en marcha alternativas industriales al mismo.

En esta ocasión, a las demandas generales de garantías de futuro se unen, como comentábamos, las protestas contra el impago salarial en dos minas privadas, pertenecientes a Vitorino Alonso y Lamelas Viloria. Mientras continúan sin abonar el salario a los trabajadores, estos individuos pretenden aparecer como "víctimas" ellos mismos. Las declaraciones de Manuel Lamelas Viloria planteando que "la solución no está en nuestras manos" y que "puede que detrás de los mineros tengamos que encerrarnos también nosotros, los empresarios" son un insulto y una provocación hacia los trabajadores, y más después de haber recibido millones de euros de ayudas públicas, cuyo destino final no se conoce. Tanto este personaje, como Vitorino Alonso son el mejor ejemplo del papel que juega la empresa privada en la minería.

Empresarios de la minería privada, unos parásitos

Desde las páginas de El Militante recordamos, por ejemplo, el conflicto surgido hace unos años en Coto Minero Narcea, propiedad de Vitorino Alonso, cuando despidió a 14 trabajadores por secundar una huelga reclamando medidas adecuadas de seguridad o la lucha de Antracitas de Gillón, propiedad de García-Munté, donde la precariedad era total y la mayoría de la plantilla estaba subcontratada en condiciones penosas. Estos no son casos puntuales, sino el pan de cada día para los trabajadores de la minería privada. Hechos como estos nos reafirman en el carácter parasitario de los empresarios del carbón, que en nada contribuyen al progreso económico, mientras consumen recursos públicos en su propio beneficio. Ahora pretenden utilizar las movilizaciones mineras para conseguir más recursos del estado, con el discurso de que todos "estamos en el mismo barco".

Pero no es así. De ninguna manera. La exigencia de que se firme el Real Decreto que obliga a consumir el carbón nacional es, por supuesto favorable para estos empresarios porque les garantiza un mercado interno seguro. Por su lado, las eléctricas prefieren consumir el carbón de Europa del Este, mucho más barato entre otras cosas por la precariedad de las condiciones de trabajo. Pero ambos sectores no son más que dos tiburones luchando por el mejor bocado, pidiendo cuando les conviene la intervención del estado por un lado, y cuando no defendiendo las bondades de "la iniciativa privada". De hecho, hasta hace poco Hunosa compraba la producción de la minería privada y la almacenaba hasta que pueda venderla a las eléctricas, de este modo los empresarios privados no asumían ningún riesgo. Y aún así, esto no ha impedido todo tipo de fraudes y hay bastantes indicios de la compra de carbón extranjero por parte de empresarios como Vitorino Alonso que luego se revendía a Hunosa a precio de carbón nacional.

Por la expropiación de las minas

Para acabar con esta situación, dar realmente estabilidad al sector y garantizar el empleo pensamos que sería necesario luchar la expropiación de estas minas, sin indemnización, y por su incorporación a una gran empresa pública, en la que los trabajadores participen de forma directa del control y gestión de la misma, rompiendo con la tendencia de las últimas décadas de fragmentar cada vez más el sector, subrogando a sus trabajadores y unificando las condiciones laborales y salariales. Cada vez es más complicado aplicar parches temporales que palien una u otra situación concreta. Ahora, con la crudeza de la actual crisis económica atenazando a los trabajadores, o el movimiento obrero avanza de una forma decidida o no seremos capaces de mantener tan siquiera la situación actual. Si no logramos hacer retroceder al gobierno y a la patronal, inevitablemente retrocederemos nosotros.

Los mineros de nuevo están dando un ejemplo de fuerza y combatividad, y queremos reiterar una vez más nuestra solidaridad y apoyo a esta lucha, así como a los cuatro días de huelga convocados por CCOO y UGT para la minería tanto pública como privada. Pero muy especialmente queremos trasladar un saludo y todo el ánimo a los cuatro trabajadores de Coto Minero Cantábrico e Hijos de Baldomero García, que llevan ya más de una semana en huelga de hambre. También para los 50 mineros encerrados en durísimas condiciones en el pozo Las Cuevas de Velilla, en Palencia y los 12 encerrados en el pozo Casares en León. Para los 200 trabajadores que han iniciado la marcha de Villablino a León, y para la marcha de los mineros asturianos desde las comarcas del Occidente, el Caudal y el Nalón, y en general para todo el colectivo de mineros que, una vez más han tenido que salir a la calle para, en última instancia, defender la continuidad de los puestos de trabajo y el futuro de las comarcas mineras.

¡Ánimo compañeros! ¡Vuestra lucha es nuestra lucha!

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El jueves 23 de septiembre los mineros del sector público y privado llegaron ayer a Oviedo después de protagonizar varias marchas desde las distintas comarcas mineras. Más de 5000 personas secundaron la manifestación reclamando soluciones para el sector. En la foto, los mineros de las explotaciones privadas, protagonistas de las marchas más duras, arropados por sus familias a su llegada a Oviedo. Los compañeros de El Militante estuvimos repartiendo una hoja de solidaridad.

 

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