sevilla2.jpgLa respuesta de la clase obrera en la ciudad de Sevilla fue contundente. La industria quedó paralizada y los transportes funcionaron al mínimo. Las aulas estaban desiertas, secundando prácticamente todos los jóvenes la convocatoria del Sindicato de Estudiantes, hecha a base de muchas asambleas, cartelería y piquetes informativos los días anteriores. También entre los trabajadores de Lipasam (limpieza) el paro fue masivo. En Canal Sur se paralizaron las emisiones y el seguimiento en las zonas rurales fue también muy importante, quedando paralizados todos los pueblos en donde la organización sindical tiene tradición y militancia. En general, la clase obrera secundó la huelga en la provincia de Sevilla.

 

sevilla2.jpgLa respuesta de la clase obrera en la ciudad de Sevilla fue contundente. La industria quedó paralizada y los transportes funcionaron al mínimo. Las aulas estaban desiertas, secundando prácticamente todos los jóvenes la convocatoria del Sindicato de Estudiantes, hecha a base de muchas asambleas, cartelería y piquetes informativos los días anteriores. También entre los trabajadores de Lipasam (limpieza) el paro fue masivo. En Canal Sur se paralizaron las emisiones y el seguimiento en las zonas rurales fue también muy importante, quedando paralizados todos los pueblos en donde la organización sindical tiene tradición y militancia. En general, la clase obrera secundó la huelga en la provincia de Sevilla.

La manifestación masiva contó con decenas de miles de personas y se realizaba por la mañana en horario laborable, fue un ejemplo más del alcance que la huelga tuvo. Es una movilización cuyo tamaño es comparable con las manifestaciones contra la guerra de Irak en 2003. Los trabajadores y jóvenes que el día 29 llenaron las calles de Sevilla y la determinación que era palpable en el ambiente indican que la situación es favorable para continuar con la lucha para que el Gobierno del PSOE rectifique su política y escuche y aplique las demandas de los trabajadores.

Desarrollo de los piquetes

A pesar de que la prensa burguesa ha insistido una y otra vez en la violencia de los piquetes, en todo el Estado y en concreto en Sevilla sólo hemos presenciado ataques a los huelguistas, como por ejemplo, demuestra la carga que se produjo en el Rectorado de la Universidad de Sevilla. La policía entró en el edificio cargando violentamente para disolver el piquete, apaleando en el acto a varios estudiantes y llevándose detenido a uno de ellos.

El deliberado ataque contra los piquetes a través de la prensa, y después con la carga de la policía, tiene el objetivo de intentar debilitar y tratar de disipar los piquetes. Sin la existencia de los piquetes las empresas podrían haber amenazado con impunidad a los trabajadores en el caso de que tuvieran idea de secundar la huelga, obligándoles a ir a trabajar bajo pena de despido. De hecho así lo han hecho en empresas como la Fnac o el Corte Inglés en las que cualquier actividad sindical se persigue y se reprime con contundencia.

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