Marcelino estuvo en primera línea de la batalla contra la derechización y la despolitización del sindicato, y en 1995 fue uno de los fundadores del Sector Crítico, que aglutinó a todos aquellos que seguíamos defendiendo las señas de identidad históricas de Comisiones Obreras. Esta implicación en el Sector
Crítico le costó a Marcelino el ser destituido de la presidencia del sindicato por los Gutiérrez y Fidalgo, en el marco de un proceso generalizado de exclusión de los discrepantes que recorrió CCOO. Como tantos otros, Marcelino continuó su militancia desde la base, siempre comprometido con la lucha y el sindicalismo de clase, siempre con una fe inquebrantable en el futuro socialista de la humanidad.