En los años 60, las beatas aristócratas crearon Nuevo Futuro amparándose en sus repulsivos preceptos morales de capillitas. A día de hoy, esta supuesta ONG, con Pilar de Borbón como presidenta de honor, sigue formando parte del esperpento nacional, con sus rastrillos benéficos donde las fuerzas vivas del franquismo se mezclan con los faranduleros más cutres y casposos.
Pero lo importante es que esta empresa forma parte del negocio que significan los servicios sociales privatizados. Gestionan numerosos centros de acogida de menores, centros terapéuticos (donde los niños son encerrados en celdas de aislamiento y drogados con psicofármacos), e incluso han empezado a meter el hocico en la atención a mujeres maltratadas. Pero gracias a la valentía y el compromiso personal de muchos de sus trabajadores, la solidaridad y la justicia social van ganando terreno a la lucrativa caridad.
En Murcia, ante las irregularidades de todo tipo que sufren tanto los menores acogidos como los trabajadores de los centros, y ante la falta de respuesta tanto de la empresa como de las autoridades competentes tras las numerosas quejas presentadas, CGT inició un proceso de movilizaciones y finalmente interpuso una denuncia ante la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia contra Nuevo Futuro y contra la Consejería de Política Social de la Región de Murcia. Acto seguido, la empresa despidió al educador que dio la voz de alarma, miembro de CGT. Lejos de amedrentarse, el sindicato redobló sus esfuerzos, y en espera de que los tribunales resuelvan las denuncias interpuestas, de momento ya han conseguido el despido nulo, reincorporándose el compañero a su puesto de trabajo tras una sentencia que deja clara su gran profesionalidad. Y tras este triunfo, desde CGT han dejado claro que su intención es seguir luchando por la mejora de las condiciones en las que realizan su trabajo los educadores en los pisos; y por una atención adecuada y respetuosa para con los menores de edad que viven en esos pisos.
Y esta no es la única buena noticia relacionada con Nuevo Futuro. En Donosti, la cabeza de lista por el sindicato ELA fue despedida justo al día siguiente de presentar la candidatura para las elecciones sindicales, con el fin de amedrentar a la plantilla y tratar de parar la lucha contra la mala praxis que esta empresa está llevando a cabo. Finalmente, la solidaridad obrera derrotó a la arrogancia de esta panda de parásitos, y tras una impresionante respuesta de los trabajadores del centro, que incluyó una huelga indefinida que duró casi dos meses, la empresa se vio obligada a readmitir a la compañera el pasado mes de mayo. Por otro lado, en Sevilla CNT mantiene abierto otro conflicto laboral con Nuevo Futuro tras el despido de una educadora afiliada a este sindicato por negarse a seguir realizando horas extra sin remunerar.
Como demuestra el ejemplo de esta empresa, la lucha sindical poco a poco se está abriendo paso en un sector marcado por la precariedad y una represión muy fuerte, como es el de la Intervención Social. Es necesario tender hacia la unidad sindical para luchar por nuestros derechos y los de los usuarios, buscando la coordinación entre los trabajadores de las distintas empresas y así poder impulsar la lucha por unos servicios sociales públicos, democráticos y de calidad.

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