No en nuestro nombre
Los firmantes, afiliados a CCOO en el sector de la Administración de Justicia, no podemos callar ni transigir ante la concertación por los dirigentes del sindicato de un pacto para la reforma del sistema público de pensiones que, sin duda, ha de ocupar un lugar prominente en el escalafón de las muchas tropelías que en estos tiempos se están perpetrando contra los más elementales derechos e intereses de la clase trabajadora y conjunto de la ciudadanía.
Lo vendan como lo vendan, lo camuflen como lo camuflen, y en ello andan desplegando los medios de persuasión más poderosos, este ignominioso acuerdo va a cercenar con alevosía conquistas sociales tan arraigadas y básicas como el establecimiento de la edad de jubilación a los 65 años con derecho a percibir la pensión íntegra si se han completado 35 de cotización.
Avances sociales fruto de las luchas y afanes de las generaciones que nos precedieron y cuya consecución tantos esfuerzos y sacrificios exigió están siendo abolidas con la intolerable complicidad de la cúpula dirigente del sindicato. El pacto nos aboca a ver como personas seniles deben continuar trabajando mientras la juventud rumia su frustración en las colas del Inem y las ETTS; sin duda le va a resultar más difícil acceder a un puesto de trabajo digno por la importante demora que va a sufrir el relevo generacional.
La ampliación del periodo de cálculo a 25 años junto con los inalcanzables -en muchísimos casos- 38,5 de cotización para acceder a la pensión íntegra y los recortes retributivos que estamos padeciendo el conjunto de asalariados lejos de garantizar una jubilación plácida y confortable hará que proliferen las pensiones de miseria, hambruna y privaciones. Nos hallamos ante la más cruel aplicación de la receta del señor Díaz Ferrán: trabajar más (años) para cobrar menos (pensión).
Por supuesto que no se ha consultado a la afiliación para pergeñar tan infamante pacto sabedores de que el rechazo hubiera sido frontal y rotundo: ningún trabajador, mal que les pese a nuestros dirigentes, está por avalar medidas regresivas que les perjudican de manera tan grave. Quienes se presten a rubricarlo no lo harán atendiendo la voluntad de los trabajadores que dicen representar sino mucho recelamos estarán sometiéndose a las brutales exigencias de aquellos que, siendo los causantes de la crisis, y contando con el beneplácito de unos poderes públicos postrados a sus designios e intereses están empecinados en la destrucción de los sistemas de protección social que todavía subsisten en nuestro país.
Salvador Muerza y 43 firmas más