Los trabajadores de Panda Security, con una plantilla de 380 trabajadores en Bilbao, ya han realizado dos concentraciones de protesta ante el despido de 62 personas que desde el 1 de enero, viene realizando la empresa entre las plantillas de Bilbao y Madrid. Al parecer ésta es una práctica habitual en esta empresa desde hace 21 años que se creó. Además, siempre que los trabajadores han intentado organizar una candidatura para elegir un Comité de Empresa que defienda los derechos de los trabajadores se han encontrado con represalias y despidos.

Además el mobbing y las prácticas humillantes son algo habitual. Hay gente a la que insultan. Hay dos responsables que hicieron mobbing a trabajadoras y no han sido sancionadas, aun habiendo sido probado judicialmente... los trabajadores que tienen que coger la baja de tres semanas en adelante van automáticamente a la calle con despido improcedente. Se ha echado a trabajadoras que estaban de baja por maternidad. A una trabajadora embarazada le echaron y cuando lo denunció, le llamaron de la empresa para que se reincorporase el día anterior al juicio.

Otra muestra de estas prácticas tiránicas en la empresa es que a principios de año se hace una "especie" de "negociación salarial" en las que se reúne individualmente al trabajador con los máximos responsables de área, sin testigo alguno que atestigüe la valoración que en ese momento se hace de tu trabajo y rendimiento positivos, llegando a decirnos que somos trabajadores excelentes (¡!). Sin embargo, en el momento en que se pide esa valoración por escrito, lo que hacen es dar una valoración pésima para justificar tu despido, llegado el caso, por bajo rendimiento...

Organizándonos en la empresa

Cuando entré a trabajar en la empresa fui testigo del despido de 43 trabajadores, y de cómo en departamentos como comerciales se insultaba a los trabajadores. Es por eso que en noviembre tomé la iniciativa junto a otros trabajadores de montar una candidatura para defender los derechos de los trabajadores, y tener para ello un Comité de Empresa. Inmediatamente fui despedido por este motivo y acudí a los tribunales, donde finalmente se dictó un despido nulo. Durante ese tiempo la empresa decidió que me quedase en casa, pagándome el salario, para evitar que tuviese contacto con los trabajadores. Aún así los trabajadores teníamos contacto, convencidos de que la única manera de parar estos ataques era organizándonos poco a poco, y silenciosamente al principio, dentro de la empresa.

Así, pacientemente pero sin descanso se ha logrado durante estos dos años montar una candidatura de LAB. Ante lo inminente del comité de empresa, la empresa ha aprovechado para echar a 62 trabajadores utilizando la excusa de la crisis; sin embargo, la realidad es que Panda no tiene pérdidas. Según los datos que aporta el sector, cerró 2006 con una facturación de 37 millones, pero la elevó a 106 millones en 2007, justo en el momento que cambió de manos. En 2008 facturó 109 millones y en 2009, otros 125 millones (Gara).

Tras los despidos fulminantes los/as que se quedan tienen que asumir cargas de trabajo inasumibles, repercutiendo en los productos, calidad y ventas, además de la propia salud del trabajador. El pasado día 4 de febrero se han constituido las mesas, y para marzo se votará en las primeras elecciones sindicales en 20 años promovidas por LAB. Desde LAB se está estudiando si es factible meter una denuncia de ERE encubierto.

Los miembros de la candidatura, nos hemos visto respaldados por el resto de los trabajadores que valoran este trabajo y desde nuestra experiencia animamos a todos los trabajadores a luchar en sus empresas, en primer lugar a los compañeros de Panda Madrid, donde han sido despedidos 27 trabajadores, un tercio de la plantilla (¡!) y tampoco tienen Comité de Empresa. Desde aquí les animamos a denunciar el despido y a organizarse sindicalmente para elegir un Comité de Empresa y luchar por sus derechos.

La reforma laboral es una encrucijada para los trabajadores. El despido les sale realmente barato y las empresas están aprovechando la coyuntura para cambiar los contratos y explotar más a los que aún trabajamos. El estado no nos va a ayudar porque está en manos de la Banca y las grandes multinacionales. La única salida es la unidad de las empresas en lucha y de todos los trabajadores desde abajo frente a lo que han firmado las direcciones de UGT y CCOO. Ha llegado un momento límite donde los trabajadores no estamos dispuestos a resignarnos. Hay que plantar cara a estas injusticias.

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