Actualmente, Mercadona es vista por la sociedad como una empresa modelo, en plena expansión, con un ritmo de crecimiento vertiginoso, creando empleo con contratos indefinidos desde el primer día, una empresa gigantesca capaz de tratar humanamente a sus empleados dándoles unos sueldos muy por encima de los del sector y un montón de ventajas sociales: guarderías, bajas retribuidas 100% desde el primer día, generosas primas por objetivos que no aparecen en el convenio pero que de cualquier modo comparten con el trabajador porque Mercadona aprecia realmente a sus empleados… y muchas otras cosas maravillosas y estupendas que Mercadona hace por sus trabajadores, por sus clientes y por la sociedad. Todo esto te lo puedes creer sólo si eres muy ingenuo, pero también despertarás de tu ingenuidad si tienes la “suerte” de entrar a formar parte de la gran familia Mercadona como empleado, o mejor dicho si eres capaz de pasar a pertenecer en cuerpo y mente a la empresa.
Vamos a poner algunos puntos en claro sobre esta empresa tan “especial”: he formado parte de ese nuevo imperio, pudiendo comprobar que los cuentos son para los niños. Mercadona es un monstruo peligroso para los derechos de los trabajadores porque no sólo quiere controlar sus cuerpos en forma de fuerza de trabajo, sino que ha llegado más allá queriendo también controlar sus mentes hasta anularlos como individuos, creando unos novedosos métodos de lavado cerebral en forma de cursos llamados “calidad total”. Otro de los métodos utilizados, éste ya menos novedoso, consiste en maltratar verbalmente a los trabajadores y dar un trato vejatorio a todo aquel empleado que no avanza al ritmo adecuado hacia la abducción total. Aquellos que deciden conservar su salud mental son acosados hasta que deciden irse o coger una baja por depresión; si no pueden controlarte, buscan el mejor medio de deshacerse de ti y te despiden. Entre otras cosas porque coger la baja en Mercadona es pecado mortal, demuestra que no se está suficientemente comprometido con la empresa que le da de comer. Para este año, Mercadona se ha marcado oficialmente el objetivo de un 1% de bajas laborales. Esto significa a todos los efectos que enfermarse en esta empresa no estará prohibido, pero darse de baja sí. La imagen de un trabajador escayolado sentado en una silla en su puesto de trabajo es “normal” en Mercadona. Y cuando alguien tiene por ejemplo una gripe, se le dice que se quede en su casa, pero que de ningún modo tramite la baja por enfermedad, lo que deja al trabajador desprotegido y permite al médico de empresa presionarte con más efectividad. Además, habría que estudiar en qué se beneficia la empresa cuando la baja no se tramita, pues Mercadona tiene firmado un acuerdo con la Seguridad Social para gestionar ella misma las bajas de los trabajadores y es más que posible que conseguir ese 1% de bajas sea un excelente negocio para la empresa modelo.

‘Contrato emocional’

Me gustaría dejar como muestra de todo esto una de las “cosas” que hasta hace un tiempo se hacía aprender a los trabajadores: “Contrato emocional: Cumplir las necesidades de mi coordinador, respetando los métodos, cumpliendo mis compromisos y estando de acuerdo con mucha pasión. Cumplir todo ello me llevará al éxito y garantizará mi puesto de trabajo”. Esta frasecita es tan sólo una de las que debían memorizar hombres y mujeres adultas que trabajaban en Mercadona para sacar adelante a sus familias.
Me he dejado en el tintero el acoso sindical, y el hecho que de que la prima por objetivos no es tal, sino una zanahoria que se le pone al burro para que ande y sólo se le da si obedece al amo, no protesta y le cae bien al jefecillo de turno. Estos son algunos de los métodos novedosos de la empresa de moda que tantas otras empresas tratan de imitar. ¿Da miedo, no? Sólo con la lucha obrera y la unión de la clase trabajadora podremos acabar con estas políticas.

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