Una nueva huelga alteró el pasado 18 de mayo el funcionamiento de las Haurreskolak (guarderías). Con éste, son ya cuatro los paros y varias las concentraciones que se han sucedido este curso escolar y muy probablemente habrá más si continúa la misma postura indiferente ante las demandas de las/los trabajadoras/es, por parte del Consorcio y del Departamento de Educación.

Son muchos los motivos que nos han llevado a movilizarnos. Partimos de que el convenio está caducado desde diciembre de 2009 y por lo tanto se debería estar ya trabajando hace tiempo para conseguir firmar uno nuevo y más adecuado. Sin embargo, se está luchando para que no mutilen las condiciones de ese convenio caduco (en vigor a falta de otro), que afectan a la calidad de este servicio y al sueldo de los educadores.
Por parte del Consorcio y de la Consejería de Educación se reconoce la gran importancia de esta etapa de educación infantil (0-3 años) que según ellos permite, por un lado, “dar respuesta educativa a los niños y niñas de 0 a 2 años” y, por otro, a “las nuevas necesidades de las familias vascas”. Pero parece bastante hipócrita decir eso cuando, por ejemplo, no se ve necesario sustituir a un trabajador de baja por enfermedad repercutiendo negativamente en la calidad del servicio que reciben los pequeños, mientras las familias están pagando cuotas muy altas por un servicio que debería pertenecer a la red pública y, por tanto, ser gratuito y de calidad.
Esta falta de personal que hace que el ratio de educadores por niño sea superior al europeo, y que se agrava al límite si surgen bajas, significa una carga añadida de trabajo, que nos lleva a tener que prescindir de las horas de preparación, lo cual nuevamente repercute en la calidad.
Por otro lado, mientras a los trabajadores de las Haurreskolak no se nos considera profesionales educativos dignos de pertenecer a la red pública, sí parece que lo somos para recortarnos los salarios.
Según el Consorcio se busca optimizar los recursos y para hacerlo su estrategia se basa en pasar por encima del convenio colectivo, de los trabajadores y de la calidad del servicio. Y ya, por si todo esto no fuera suficiente, se nos criminaliza por defender con paros unas Haurreskolak de calidad, con cartas disuasorias a los familiares, con el fin de debilitarnos.
Estos recortes no pueden quedar sin respuesta, es por eso que las medidas sindicales se van consensuando en reuniones en los tres herrialdes cada 15 días aproximadamente. Y en estas reuniones se está manifestando el enorme descontento y el malestar, que es la base para que las huelgas estén siendo seguidas por un 95%. Ahora, además, se barajan varias cosas, entre ellas recavar apoyos en diferentes entes del ámbito educativo y social y también entre las familias, entre otras cosas.
¡Por una educación de calidad,
pública, universal y gratuita!

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