El lunes 3 de octubre tuvo lugar en Avilés (Asturias) una asamblea de delegados donde el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, desa-rrolló las dos ideas centrales que ya planteara en el mitin de Vista Alegre (Madrid) del pasado 24 de septiembre: la creación de una plataforma ciudadana para defender los servicios públicos y un pacto por el empleo. Algo, en nuestra opinión, totalmente opuesto a lo que necesitamos, que es acabar con la política de pactos y organizar de forma inmediata un plan de movilizaciones contundente para hacer frente a la guerra declarada por la patronal y los capitalistas a los trabajadores.
Ante unos 700 cuadros y delegados del sindicato, Toxo explicó la difícil situación que padecen los trabajadores, y como muchas conquistas estaban siendo atacadas. Si bien habló en varias ocasiones de la necesidad de la movilización, y de los duros ataques que están padeciendo los trabajadores, en su discurso faltó una propuesta concreta de lo que iba a hacer el sindicato ante esto, como reclamaron posteriormente varios delegados en sus intervenciones.
Toxo dijo también que era necesario “acabar con la guerra de guerrillas” en alusión a las diferentes movilizaciones que se están realizando contra los recortes educativos en Madrid, Castilla - La Mancha, Galicia, etc. Pese a que a la dirección del sindicato le sería muy sencillo pasar de las palabras a los hechos y poner fin a esta estrategia, tampoco lanzó ningún mensaje en la línea de unificar todas estas luchas y ampliarlas al conjunto del estado, mucho menos mencionó la posibilidad de convocar una huelga general en el sector, tal y como ha propuesto el Sindicato de Estudiantes y es el sentir mayoritario del profesorado y de toda la comunidad educativa.
La asamblea se realizó en un clima bastante reflexivo, muy alejada de la crispación que marcó las últimas asambleas generales en Asturias. Entre las intervenciones de los delegados, destacaban las que plantearon la necesidad de tener un perfil socio-político y no centrado exclusivamente en el ámbito de la empresa, para combatir las consecuencias de la crisis también en el campo ideológico. Y también la necesidad de movilizarnos de forma decidida, buscando la unidad de acción siempre pero sin que eso fuera un lastre que paralizara la acción sindical.
Ningún pacto con el gobierno y la patronal
Entre las intervenciones más aplaudidas estuvo la del compañero Alejandro Fernández, miembro del Comité de Empresa de Correos y colaborador de El Militante, quien, tras analizar brevemente las características de la actual crisis económica, rebatió la idea de llegar a pactos con el gobierno y la patronal: “…la tarta se ha reducido y necesitan exprimirnos más para mantener sus beneficios. El único pacto que están dispuestos a firmar es el que desmantele derechos y precarice nuestras condiciones laborales”. Todo lo contrario, lejos de plantear ningún tipo de pacto “hay que tener confianza en los trabajadores y organizar la lucha de forma amplia y sostenida”. “La huelga general tiene que ser el inicio de un plan de movilizaciones cuyo objetivo sea echar atrás todos los ataques”. Y respondiendo al argumento de Toxo, que argumentaba que diez huelgas generales en Grecia no habían servido para solucionar la situación, indicó, entre la aprobación de los delegados, que “una huelga general aislada y sin continuidad no sirve para derrotar los ataques, claro que no. Tiene que ser parte de un plan de movilizaciones pero además tiene que ir acompañada de un programa: y entre otras cosas debemos reclamar dejar de pagar la deuda externa. Que no se pague ni un duro más a los banqueros”. El compañero concluyó haciendo un llamamiento a recuperar el espíritu de las Comisiones Obreras forjadas en la dura lucha contra la dictadura, para estar a la altura de lo que reclaman estos nuevos tiempos.
Estas mismas ideas fueron las que reflejamos en los cientos de hojas de El Militante distribuimos a la entrada de la asamblea. Además vendimos con muy buena acogida nuestro periódico. El reto es convertir esa simpatía en un compromiso más firme para defender estas ideas organizadamente en el seno de CCOO, pues estamos convencidos de que son más necesarias que nunca para reforzar el sindicalismo de clase, combativo y democrático capaz de hacer frente con éxito a los graves ataques a los que vamos a enfrentarnos en los próximos meses y años.