Hace un mes, y mediante burofax, la empresa de mecanizados Ariza, tras setenta años de historia, ha despedido a sus once trabajadores. Con la fábrica en proceso de liquidación los trabajadores han denunciado su situación por vía judicial y se están dirigiendo a toda la clase trabajadora de Vitoria-Gasteiz para pedir su apoyo y solidaridad ante este atropello. Con este fin acudieron a la manifestación del 27 de octubre de empresas en lucha. Prácticamente a la misma hora, pero en otro lugar, se llevó a cabo una manifestación del sector de la enseñanza convocada por la mayoría sindical. El Sindicato de Estudiantes que apoyaba ambas convocatorias intentó, sin éxito que se unificasen ya que la lucha de profesores, estudiantes y padres contra los recortes en educación y la lucha de la clase trabajadora contra los cierres y la destrucción de empleo son una y la misma lucha.
Esmaltaciones, continúa la lucha
Desde el anterior número de El Militante los trabajadores de Esmaltaciones San Ignacio han seguido puntualmente su intenso calendario de movilizaciones diarias para defender sus puestos de trabajo. Ante la demanda de los trabajadores, el fiscal está investigando de qué manera se gastaron los casi 30 millones de euros cobrados por la recalificación de terrenos de la antigua fábrica y su traslado al polígono de Júndiz, ya que las inversiones en nueva maquinaria fueron mínimas y la nueva fábrica se financió con un crédito de 15 millones de euros. Se sospecha que la empresa desvió parte del dinero a otras empresas del grupo. Dicha recalificación de terrenos, que generó esta importante plusvalía para la empresa, se llevó a cabo con el compromiso de mantener el empleo, por lo que el ayuntamiento y la diputación que controla el PP con el apoyo del PSE-PSOE están haciendo dejación de sus responsabilidades al no exigir a Esmaltaciones que cumpla sus compromisos y no destruya empleo.
Ésta es la exigencia de toda la clase trabajadora de Vitoria-Gasteiz que se siente estafada, una vez más, por las instituciones que ayudan a la patronal y abandonan a su suerte al trabajador, destruyendo fábricas y riqueza que ahogan el futuro de la juventud que suma cada día cifras escandalosas de paro.
Nacionalizar las empresas en crisis
Los trabajadores de Daewoo han estado acampados frente a Delegación de Trabajo para luchar contra el cierre y la deslocalización a Corea de la fábrica de frigoríficos. Las direcciones sindicales están orientando a los trabajadores a acogerse a una indemnización de 50 días por año y abandonar la lucha. El camino de pagar con indemnizaciones la paz social no es nuevo, pero no resuelve el problema de fondo: la defensa del tejido productivo y de los puestos de trabajo frente a una patronal voraz que sólo piensa en sumar mayores beneficios y unas instituciones a su servicio.
Ariza, Esmaltaciones San Ignacio y Daewoo son empresas rentables y que podrían mantenerse productivas si se nacionalizasen. Los propietarios de dichas firmas han preferido la deslocalización de la producción que mantenerlas abiertas para obtener mayores beneficios a costa del despido de los trabajadores y sus plantillas. La alternativa sindical y política desde la izquierda debía ser clara y transparente. Si los empresarios no quieren mantenerlas abiertas, que el gobierno intervenga, las nacionalice y capitalice con dinero público para mantener los empleos y que sean gestionadas por los propios trabajadores. Las cifras necesarias para salvar estos puestos de trabajo son mínimas. ¿Por qué la administración da dinero a los bancos una y otra vez en cantidades mil millonarias, creando una burbuja de deuda pública tremenda, en lugar de apoyar directamente a los trabajadores de empresas rentables y con problemas para mantener los puestos de trabajo?
Negociación colectiva
La clase trabajadora vitoriana se está movilizando igualmente por la negociación colectiva. La patronal del Metal ha decidido cargarse el convenio provincial y por primera vez desde 2005 todos los sindicatos presentes en la mesa de negociación provincial (UGT, CCOO, ELA y LAB) se han unido para llevar a cabo un calendario de movilizaciones que empieza el 4 de noviembre con una concentración y continuará hasta el 17 de diciembre con una manifestación. Es necesario recuperar las asambleas en fábricas y talleres donde se discuta el calendario de movilizaciones y la plataforma reivindicativa a defender. Las organizaciones sindicales deben comprometerse a no romper la unidad de acción y no negociar por separado con la patronal.
Michelín está igualmente llevando a cabo un calendario de movilizaciones. Quinientos trabajadores hicieron una primera concentración el miércoles 19 de octubre en la puerta de la fábrica, una semana después los concentrados ascendieron ya a 1.500. Unificar y coordinar las luchas. Ese es el camino para avanzar.