Desbordadas todas las previsiones, así lo cuantifica la Federación de industria de CCOO en su web y así lo manifestaban los propios mineros de la marcha en entrevistas realizadas a su llegada a Madrid.

Verde, blanca, negra, roja, una marea multicolor de apoyo a la lucha de los mineros en la que hemos participado miles de trabajadores madrileños de todos los sectores. Muchos trabajadores que no pudieron ir a la manifestación del miércoles en La Castellana si lo hicieron el martes por la noche para recibir la llegada de la marcha minera a Moncloa. La emoción del encuentro podía leerse en los rostros de los mineros y en el entusiasmo de los himnos, canciones y consignas de los que allí esperábamos ¡Madrid obrero apoya a los mineros! ¡Viva la lucha de la Clase Obrera! ¡Sí se puede! Fueron los gritos coreados.

El miércoles, centenares de miles de trabajadores madrileños y los venidos de las cuencas les acompañaban en la manifestación hasta el Ministerio de Industria.

Toda esta ola de solidaridad no es en absoluto una cuestión  romántica como lo presenta la derecha. La enormes simpatías que ha despertado el conflicto minero y la marcha a Madrid se deben a cuestiones más materiales, objetivas y prácticas de lo que le gustaría a la derecha, a la patronal y a su gobierno. En primer lugar el apoyo a los mineros en sus reivindicaciones. Pero lo más importante es que se han convertido en un referente de la lucha contra el gobierno del PP y sus enérgicas medidas para transvasar dinero a los banqueros recortando los gastos sociales.

Represión policial y nuevos recortes sociales

Por si el robo continuo que estamos sufriendo los obreros con los recortes sociales del Gobierno del PP no fuera bastante, los cientos de miles de trabajadores que nos manifestamos por Madrid tuvimos que sufrir las cargas indiscriminadas de la policía antidisturbios que se emplearon a fondo de forma salvaje, disparando pelotas de goma desde las furgonetas que circulaban a toda velocidad por el paseo de la Castellana.

Además mientras esto se producía en Madrid, Rajoy anunciaba un nuevo y más agresivo paquete de recortes en el Parlamento.

Nada de esto va a frenar a la clase obrera a la hora de responder a la ofensiva combinada de la patronal y su gobierno.

El deseo de continuar, unificar, extender y profundizar la lucha contra los recortes del Gobierno se ha expresado en el masivo apoyo a los mineros. Su resistencia (siete semanas en huelga además de la marcha a Madrid) ha convertido a los mineros en el orgullo de la clase obrera.

Pero ni los mineros por si mismos, ni los maestros y profesores, ni los sanitarios, ni los cinco millones de parados vamos a parar estos ataques en luchas aisladas. La patronal y su gobierno no va a dudar en utilizar el aparato represivo como lo han hecho en la lucha minera y en la misma manifestación en la Castellana disparando contra trabajadores, familias, niños y mayores.

¡Si se puede! Mineros, parados, empleados públicos, empresas con amenaza de cierre o ERE, estudiantes, pensionistas... ¡Si se puede! Si marchamos juntos. Esta es la lección que ha dado el apoyo a los mineros y en este espíritu deben apoyarse los dirigentes de los sindicatos mayoritarios para echar atrás los recortes del gobierno.

CCOO y UGT deben romper definitivamente con la estrategia sindical que vienen aplicando hasta el momento.

La negociación sin movilización da todas las bazas a la patronal y el gobierno; las luchas dispersas sector a sector, Comunidad Autónoma a Comunidad Autónoma, diluyen nuestra fuerza; los mineros han mostrado el camino; solo una rebelión social amplia y contundente puede frenar a la derecha. El siguiente paso debe ser la Huelga General de 48 horas. Tenemos fuerza y energía, es responsabilidad de CCOO y UGT organizarla para vencer.