La crisis del capitalismo y la política del PP están empujando a la sociedad a una situación de verdadera catástrofe. El paro ya afecta a casi 6 millones de personas; un 27% de la población (13 millones) está por debajo del umbral de pobreza; cada día 500 familias son deshaucidas por los bancos de sus viviendas; en 2012 los salarios han sufrido el mayor retroceso desde la caída de la dictadura; la contrarreforma laboral ha instaurado la dictadura patronal en las empresas y con el Ministro de Educación Wert la derecha quiere volver a la enseñanza del franquismo; se ha introducido el copago sanitario en varias comunidades y se recorta por enésima vez el salario de los empleados públicos.
El PP justifica sus brutales medidas afirmando que son necesarias para “salir de la crisis” y que “no podemos vivir por encima de nuestras posibilidades”. Sin embargo, es evidente que con los recortes se agrava la crisis y el desempleo y, aunque “no hay dinero” para educación y sanidad, sí lo hay, y en cantidades ingentes, para la banca y para las grandes fortunas, que son premiadas por defraudar al Estado. En este año de gobierno del PP ya se han trasvasado del erario público más de 60.000 millones de euros a la banca (sólo a Bankia se la regalado más de 27.000 millones), y el pago de intereses de la deuda pública (que va a parar a los bancos) se ha convertido en el capítulo más grande de los presupuestos generales de 2013.
De hecho, el PP está negociando un “rescate” con la UE para garantizar que la banca nacional y extranjera recibe puntualmente sus intereses usureros, y si se aprueba finalmente, vendrán más ataques y más duros. El PP sólo tiene una receta: aumentar escandalosamente los beneficios de los ricos y empobrecer a las familias trabajadoras recortando hasta el hueso sus derechos.
Además, frente a una contestación popular cada vez más extendida, la única respuesta del PP es la represión, con actuaciones policiales salvajes cada vez más frecuentes. De forma cada vez más abierta la derecha habla de la necesidad de restringir el derecho a manifestación, reunión, huelga e información. La derecha se llena la boca de “legitimidad democrática” para justificar sus ataques, pero nunca ha sido tan evidente para tanta gente que las decisiones fundamentales, tanto políticas como económicas, se toman fuera del parlamento y al margen de los gobiernos: se fraguan, se debaten y se impulsan desde los despachos de los grandes bancos y fondos de inversión; son ellos los que determinan realmente la vida de la inmensa mayoría de la sociedad al margen de cualquier control y sin haber sido elegidos por nadie.
14N: Por una huelga general combativa, participativa y con continuidad
Los trabajadores y sus familias, que somos la mayoría social, tenemos toda la legitimidad para luchar por una vida digna y por el futuro de nuestros hijos. Lo que está haciendo el gobierno del PP y los capitalistas es declararnos la guerra: ¡Pretenden acabar con todas las conquistas sociales arrancadas con la lucha! Y esta ofensiva tiene que ser respondida con una rebelión social. Además de legitimación, los trabajadores tenemos la fuerza para poder derrotar a la derecha.
La huelga general de 14-N convocada por CCOO y UGT era una exigencia de la base de los sindicatos, de las decenas de miles de trabajadores en lucha en numerosos sectores, de los jóvenes y estudiantes que recientemente han protagonizado una movilización histórica de 72h convocada por el Sindicato de Estudiantes y respaldada activamente por padres y madres. Para garantizar su éxito, la huelga general del 14N Debe ser organizada de manera combativa, sobre la base de asambleas en todos los centros de trabajo, democráticas, donde la clase obrera se pueda expresar, tomar iniciativas y cohesionarse. Además, los dirigentes de CCOO y UGT no deben enfocar el 14-N como una gran protesta para vaciar la presión de la caldera, no: el 14-N debe ser el inicio de una movilización ascendente y cada vez más contundente de la clase trabajadora hasta derrotar al gobierno del PP y sus salvajes recortes y contrarreformas. Si con el 14-N no es suficiente para alcanzar nuestros objetivos hay que convocar otra de 48 horas y de forma inmediata.
Socialismo e internacionalismo
Uno de los argumentos preferidos por la derecha es el de que “no hay más remedio” que los recortes y lanzan, desafiantes, la pregunta: “¿qué alternativa tenéis?, ¡estamos en una economía de mercado!”. Frente a esto los marxistas del El Militante decimos bien claro y alto que la crisis del capitalismo no se puede resolver con más capitalismo. Sí, hay una alternativa al desempleo masivo, a los recortes y a la falta de futuro: nacionalizando todo el sistema financiero y las grandes empresas, bajo el control democrático de los trabajadores, para poner en marcha un plan de inversiones y producción al servicio de la mayoría de la sociedad, aumentando masivamente el gasto social y suspendiendo el pago de intereses por deuda pública a los grandes bancos y especuladores. Sólo así se podrá implantar una auténtica democracia al servicio de la mayoría, no la actual farsa democrática donde mandan los banqueros. Hay que acabar con el control asfixiante que los banqueros y los grandes monopolios ejercen sobre la sociedad. Hay que garantizar que los recursos económicos, la tecnología y la ciencia estén al servicio de la mayoría de la población y no subordinadas al máximo beneficio de una pequeña minoría de parásitos. El capitalismo es una amenaza para la humanidad. Hoy más que nunca el auténtico dilema es: socialismo o barbarie.
Por primera vez en la historia, el 14-N, los trabajadores van a protagonizar una huelga general en toda la península ibérica, estaremos hombro a hombro con la clase obrera portuguesa, y tal vez también se puedan sumar los trabajadores griegos. ¡Este es el camino! Unificar a la clase obrera de toda Europa, por encima de las diferencias nacionales y culturales, y frente a la decadente Unión Europea capitalista, defender la Federación Socialista Europea.
¡Únete a la Corriente Marxista El Militante!
