REFLEXIÓN  SOBRE  LA  SUBCONTRATACIÓN

Las últimas compañías que quedan en la factoría desaparecen (Clece) o bien aplican o intentan aplicar recortes (Spril Norte, Acciona, Atenasa, ElectroRayma...), lo que en ambos casos supone más sufrimiento para los trabajadores. Después de muchos años de subcontratación masiva y desordenada, nos encontramos con una mínima presencia de compañías. Por eso es un buen momento para reflexionar y hacer balance del modelo de subcontratación imperante en los últimos 15 años en Navantia.

La comparación entre finales de los años 90 y la actualidad muestra con claridad que el resultado es un auténtico desastre, tanto para los trabajadores de las auxiliares como para los de la principal, se mire como se mire:

  1. Deterioro grave de las condiciones laborales, muy evidente en la industria auxiliar, pero también en la principal, como por ejemplo reflejan el abuso de la prolongación de jornada, el incumplimiento caprichoso del convenio por parte de la empresa o la congelación salarial de los últimos 5 años.
  1. Miles de despidos en la industria auxiliar desde hace un par de años, facilitados por este modelo de subcontratación.
  1. La situación de Navantia como empresa tampoco mejoró porque la subcontratación es una privatización encubierta. Las compañías no aportaron avances tecnológicos u organizativos, más bien al contrario. En la factoría ferrolana llegó a haber más de 100 compañías, una auténtica maraña que dificulta objetivamente la organización de la producción en cualquier empresa y que tiene repercusiones negativas en temas como la prevención de riesgos laborales.

La principal función de las compañías consiste en forrarse a costa de sus trabajadores y de la empresa pública. De hecho, hay muchos casos en que son meras intermediarias. Como explicó un representante de Acciona al comité de Acciona hace unos días: “Somos una empresa, no una ONG, venimos a ganar dinero. Todo el mundo sabe que cuando las cosas van mal los trabajadores son los primeros en sufrir las consecuencias”.

Evidentemente, la responsabilidad primera por todo esto la tienen los que tuvieron y tienen poder para implantar y mantener este modelo de subcontratación masiva y desordenada que sufrimos.

Pero como trabajadores debemos preguntarnos: ¿la actitud sindical ante todo esto fue la correcta? En nuestra opinión, los dirigentes sindicales aceptaron en la práctica el modelo impulsado por la empresa, permitiendo la existencia de dos mundos laborales diferenciados dentro de la fábrica, con trabajadores de primera y de segunda, como demuestra que la única acción sindical frente a los miles de despidos de estos últimos años fuera negociar los EREs desde la resignación y actualizar el contador de la puerta.

No podemos tolerar que empresas que durante décadas amasaron suculentos beneficios decidan despedir a trabajadores que en algunos casos, como en Atenasa, llevan 24 años trabajando para ella. ¿Qué futuro laboral le espera a los despedidos, sobre todo a partir de cierta edad? Son estos trabajadores, con su esfuerzo, los que crearon la riqueza, no los empresarios.

Los beneficios acumulados durante los años de vacas gordas tienen ahora que repercutir favorablemente en los trabajadores, tienen que servir para garantizar un empleo digno para todos. Esta debe ser la reivindicación ante cualquier ERE. No podemos aceptar la lógica del capitalismo de que los beneficios empresariales son lo primero; lo primero tienen que ser las personas. Si aceptamos la lógica capitalista, estamos condenados a aceptar los despidos y los recortes. Este es justo el problema que hay en el movimiento sindical: que muchos dirigentes aceptan la lógica de los empresarios. Es necesario abordar la subcontratación desde un enfoque totalmente diferente, un enfoque de clase, que significa:

  1. BASTA DE DESPIDOS Y DE RECORTES. Las respuestas de los compañeros de Spril Norte ante el ERE por disminución de beneficios anunciado por su empresa o la de las compañeras de Acciona deben ser la norma, no la excepción.
  1. BOLSAS DE TRABAJO PARA TODOS LOS DESPEDIDOS. Esta es una reivindicación sindical básica por dos motivos: a) Impediría que las empresas puedan utilizar el enorme nivel de paro para hundir las condiciones laborales a través de una “subasta” a la baja de los puestos de trabajo, en una futura situación de carga de trabajo; b) Impediría las listas negras de trabajadores reivindicativos.

La reivindicación de bolsas de trabajo favorecería también la participación en la lucha de los trabajadores despedidos, puesto que la verían como una medida concreta que les beneficiaría directamente.

  1. UNIFICACIÓN DE LAS LUCHAS DE TODAS LAS COMPAÑÍAS EN UNA MOVILIZACIÓN CONJUNTA contra los despidos y el deterioro de las condiciones laborales y por las reivindicaciones comunes a todos los trabajadores subcontratados. Evidentemente, esta movilización debe formar parte de la lucha común por la carga de trabajo para Navantia. En este sentido, la negativa del comité de empresa de Navantia-Ferrol a convocar la concentración de la semana pasada en solidaridad con los compañeros de Acciona fue algo totalmente vergonzoso e injustificable. El nuevo calendario de movilizaciones que está en preparación debe incluir alguna movilización dirigida específicamente a apoyar a los trabajadores de las diferentes compañías que están en lucha; de ser necesario, así lo defenderemos en la asamblea general.
  1. Recuperación del enfoque histórico sobre la subcontratación de las CCOO de la Bazán: los empresarios de las compañías son unos intermediarios parásitos que hay que eliminar porque su única función es obtener beneficios a costa de la explotación de los trabajadores. Este enfoque, que estuvo detrás del proceso de integración de miles de trabajadores de las compañías en la Bazán a lo largo de varias décadas a partir de 1978, significa hoy rechazar frontalmente la subcontratación y reivindicar la CONTRATACIÓN DIRECTA POR PARTE DE NAVANTIA.
  1. Formación de una sección sindical única de CCOO dentro de la factoría que aborde los problemas con una perspectiva de clase, superando así la división de los trabajadores causada por la subcontratación. Esta medida fue tomada en los astilleros de Saint-Nazaire por la CGT francesa (el sindicato mayoritario), con efectos muy positivos para los intereses de todos los trabajadores, tanto de la principal como de las compañías.

SECTOR CRÍTICO DE CCOO. Ferrol, 19 de febrero de 2014

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