Cientos de fascistas se han organizado durante los últimos días para llevar adelante pogromos en la localidad murciana de Torre-Pacheco contra la población magrebí. Se han reportado asaltos a locales regentados por inmigrantes, cacerías nocturnas y decenas de heridos. Estos neonazis, que se preparan a plena luz del día y a través de grupos de Telegram públicos, están pudiendo actuar con total impunidad gracias al acompañamiento y escolta policial que están recibiendo. Eso es, en 2025, nos estamos encontrando en el Estado español con escenas muy parecidas a las que vivía la población judía en Alemania en los años treinta del siglo pasado.
Vox y el PP apuntan, la policía y los fascistas disparan, y el PSOE y Sumar lo permiten
El pistoletazo de salida de esta cacería repugnante ha sido el bulo preparado por la maquinaria propagandística de la extrema derecha y difundido con ahínco por los grandes medios de televisión y radio, y los perfiles racistas que X potencia. Pero esta operación no ha sido espontánea ni empieza aquí. Esto es una estrategia de fondo y con vistas a futuro.
El incremento paulatino pero constante de la ofensiva reaccionaria sobre la población migrante ha sido un común denominador durante los últimos años por parte de los representantes políticos de la burguesía y de la extrema derecha a escala mundial. Los movimientos en las últimas semanas han sido muy claros acerca del punto al que pretenden llegar.
A la vez que se desarrollaba el Congreso del PP, la franquista Rocío de Meer, portavoz de Vox, proponía una deportación masiva de 8 millones de personas, apelando demagógicamente al “derecho a sobrevivir como pueblo”.
Conocidas estas declaraciones el cónclave del PP no se quedó atrás: Feijoo y Ayuso no se cortaron en reforzar el discurso para vincular violencia con inmigración y aprobar un programa político más racista si cabe. Las medidas que pretenden llevar a cabo son la retirada de los derechos mínimos a las personas inmigrantes, cierre masivo de centros con funciones sociales y una fuerte criminalización. Es decir, avanzar hacia un apartheid contra millones de trabajadores y trabajadoras a las que se pretende deshumanizar para arrebatarles sus derechos ciudadanos.
Los mamporreros de los señoritos y los capitalistas, estos fascistas con y sin placa, han respondido al silbido de sus amos: la dureza de sus ataques ha ido creciendo en las últimas semanas, como hemos visto en los centros de menores de Alcalá de Henares, Hortaleza (Madrid) o Marcilla. Pero en Torre Pacheco han dado un salto gracias a la impunidad total que disfrutan. Este cheque en blanco que les ha otorgado la policía, la judicatura, y también el gobierno central, explica las imágenes brutales que hemos visto de estos pogromos nauseabundos.
El compadreo de los agentes de la policía nacional con estos fascistas ha llenado las redes sociales con videos a cuál más repugnante. Mientras estos escuadristas daban palizas a inmigrantes, la policía municipal y la Guardia Civil han apuntado hacia los jóvenes magrebís que se defienden legítimamente ante sus agresores. La colaboración es tal, que se ha visto cómo son los propios policías los que piden perfil bajo a los neonazis y les plantean que ya se ocuparán ellos de la tarea.
Menudo discurso más peligroso el de este policía.
— José Vico 🔻🇵🇸🇿🇦 (@josevico4) July 13, 2025
Impresionante todo esto.
El gobierno sigue sin reaccionar.pic.twitter.com/erfvplDfF5
Mientras el aparato del Estado colabora con los fascistas en Torre-Pacheco, los obreros del metal en Cádiz, que luchan legítimamente por condiciones de trabajo dignas, han sido fuertemente represaliados. Los mandos policiales, dependientes del Gobierno central, tienen instrucciones muy claras de a quién hay que reprimir. Y se han empleado a fondo intentando sembrar el miedo en Cádiz a través de cargas violentas que han dejado varios heridos, 25 detenciones a huelguistas y 90.000 euros en fianzas.
Esta agenda represiva contra la izquierda es la otra cara de una misma moneda: la que ampara y protege a los fascistas. PSOE y Sumar son responsables de esta situación, y con sus políticas prácticas, que a cada paso echan por tierra sus bonitos discursos, no hacen más que poner una alfombra roja a la extrema derecha.
Los fascistas campando a sus anchas en Torre Pacheco, protegidos por la policía. La caza del inmigrante no tiene ninguna consecuencia. En cambio la huelga del metal en Cádiz, 25 detenidos y 90.000 euros de fianzas. Democracia capitalista en acción https://t.co/8WPCAAozcW
— Sindicato de Estudiantes 🇵🇸 (@SindicaEstudian) July 13, 2025
Movilización antifascista contra la violencia racista
Luchar contra el racismo y los pogromos con más militarización y presencia policial es como poner a las zorras a cuidar de las gallinas. Como hemos explicado, es precisamente el brazo armado del Estado el que presta cobertura a las bandas neonazis. Los efectivos antidisturbios de la Guardia Civil y la Policía Nacional ya hemos visto lo que han hecho en Torre-Pacheco: ellos son un foco irradiador de racismo, y en sus filas militan muchos fascistas con uniforme, tanto abajo como arriba.
Tampoco es ninguna solución posicionarse en contra de los discursos racistas de la derecha argumentando que los inmigrantes son ¡mano de obra muy necesaria! Claro, son necesarios y son explotados miserablemente por la clase empresarial de este país, que alienta esta ofensiva para arrebatarles todos sus derechos laborales, negarles vivienda y una vida digna.
Lo primero que tenemos que hacer es explicar la realidad, lejos de bulos, hipocresía y demagogia. Hay que ser claros: los más violentos son los señoritos, terratenientes y empresarios explotadores que nos someten a una vida de opresión, sin importar nuestro origen étnico. En el mismo Torre-Pacheco, en lo que va de año, se han denunciado a 14 patrones por 32 casos de abuso sexual y 5 de explotación laboral. Ellos y el polvo social repugnante en el que se apoyan, son los violentos a los que hay que combatir.
A los fascistas no se les va a derrotar con palabras suaves, apelando a la “democracia” o a ese “estado de derecho” que los consiente y los necesita para defender la propiedad capitalista. A los fascistas y sus organizaciones, parlamentarias y extraparlamentarias, los derrotaremos con la movilización más contundente y masiva de la clase obrera y la juventud, ocupando las calles y organizando la defensa activa de nuestros espacios con la mayor determinación.
Una lucha política que debe levantar un programa socialista para derogar de todas las leyes racistas, como la de extranjería, y que una en un solo puño a toda nuestra clase contra nuestros auténticos enemigos: los capitalistas y sus servidores.