La dirección de Metro de Madrid, controlada por el gobierno de Cristina Cifuentes, ha planteado su plataforma de convenio a los trabajadores. Aparte de intentar recortar muchos derechos adquiridos, destaca la propuesta de que los trabajadores se “comprometan a no ejercitar el derecho de huelga durante la vigencia del convenio colectivo, en los términos y condiciones que se acuerden”.
La desfachatez patronal no conoce límites, y ahora pretenden que los trabajadores renuncien no sólo a un derecho que costó mucho conseguir, sino a una de las mejores herramientas de lucha de que dispone la clase trabajadora.
El PP quiere reducir los salarios de sus trabajadores a través de recortes indirectos y dejarles atados de pies y manos frente a nuevos ataques, en los que Metro tiene una larga tradición (no olvidemos las denuncias por la última huelga que reclamaban indemnizaciones millonarias a los trabajadores). Cualquier cesión en este sentido sería no sólo nefasta para los trabajadores del metro, sino que sentaría un peligroso precedente para la clase obrera. Más allá de la contundente negativa que ha planteado el comité de empresa, lo que estos esclavistas modernos se merecen es preparar ya una respuesta contundente que les demuestre quién mueve realmente el transporte de Madrid.