La guerra desencadenada en Ucrania a raíz de la invasión rusa vuelve a poner sobre el tapete la crucial importancia de la cuestión nacional en la lucha de clases, y en las relaciones y los conflictos entre las potencias imperialistas. Por eso, la reedición por la Fundación Federico Engels del libro de Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación y otros escritos sobre la cuestión nacional, llega en un momento extremadamente oportuno.

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Puedes adquirir esta publicación en la LIBRERÍA ONLINE de la Fundación Federico Engels pinchando aquí. 224 páginas. 12 euros.

El chovinismo gran ruso de Putin contra el internacionalismo bolchevique

En su discurso televisado del pasado 21 de febrero el presidente de Rusia, Vladimir Putin, justificó la inminente invasión reivindicando abiertamente el pasado imperial de la Rusia zarista. El Imperio ruso, conocido como “la cárcel de los pueblos”, sometió a lo largo de casi dos siglos a numerosos pueblos y Estados previamente independientes utilizando la más brutal de las violencias.

La revolución de 1917, dirigida por el Partido Bolchevique con Lenin y Trotsky a su cabeza, terminó con esta situación de opresión. Además de repartir a los campesinos la tierra de los grandes terratenientes y de poner fin a la participación de Rusia en la espantosa matanza de la I Guerra Mundial, los bolcheviques reconocieron y pusieron en práctica el derecho democrático de las naciones a su autodeterminación.

Naciones como Finlandia, Georgia o Ucrania, sometidas hasta ese momento al yugo zarista, pudieron decidir libremente si seguían o no unidas a la nueva Rusia revolucionaria y socialista. Este hecho es de tal trascendencia histórica que Putin consideró necesario dedicar una parte de su discurso a atacar a Lenin y a los bolcheviques, acusándolos de ser los creadores de la Ucrania moderna “cercenando lo que históricamente es tierra rusa”.

Este ataque a Lenin no es ninguna casualidad. Putin sabe que, frente a su discurso imperialista, que envuelve en soflamas patrióticas la defensa de los intereses del puñado de oligarcas capitalistas que dominan Rusia desde la disolución de la URSS, las ideas de Lenin siguen siendo el arma más poderosa a disposición de la clase trabajadora y las oprimidas y oprimidos de todo el mundo.

Por eso, es imprescindible que quienes hoy luchamos contra la guerra y por un mundo libre de opresión, estudiemos los escritos de Lenin sobre la cuestión nacional. No solo nos ayudarán a entender mejor las raíces históricas de lo que está ocurriendo ahora en Ucrania, sino que nos dotarán de las ideas y del programa que necesitamos para poner un punto final al horror sin fin del capitalismo.

La revolución no es posible sin una posición correcta ante la cuestión nacional

Esta primera reedición de los escritos de Lenin sobre la cuestión nacional recoge sus ocho principales aportaciones a este tema. Excepto el último, los otros siete fueron escritos en los meses previos al inicio de la primera Guerra Mundial o durante su desarrollo.

Los primeros tres textos del libro, Acerca del programa nacional del POSDR, Notas críticas sobre la cuestión nacional y La «autonomía cultural-nacional», escritos en 1913, perfilan la posición de los bolcheviques sobre la cuestión nacional y polemizan con los socialistas austríacos que rechazaban el derecho a la autodeterminación.

Pero incluso entre los oponentes a la guerra el punto de vista de Lenin sobre la cuestión nacional tenía importantes detractores, entre ellos la extraordinaria revolucionaria alemana Rosa Luxemburgo, fundadora del Partido Comunista alemán y dirigente del levantamiento revolucionario de enero de 1919 en Berlín. Rosa Luxemburgo consideraba reaccionario el reconocimiento bajo el capitalismo del derecho de las naciones a la autodeterminación, y completamente innecesario tras el triunfo de la revolución socialista, ya que en el socialismo la opresión nacional desaparecería por si sola.

En el texto central de este libro, El derecho de las naciones a la autodeterminación, escrito entre febrero y mayo de 1914, Lenin responde a Rosa Luxemburgo con la más completa exposición y defensa del punto de vista marxista sobre la cuestión nacional. A pesar de haber sido escrito hace más de un siglo, el lector podrá comprobar su vigencia y su plena actualidad, especialmente tras los últimos acontecimientos.

En los siguientes tres textos, El orgullo nacional de los gran rusos, La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación y Balance de la discusión sobre la autodeterminación, escritos entre 1914 y 1916, Lenin comenta o resume diversos temas surgidos en los debates sobre la cuestión nacional.

El último de los textos, Contribución al problema de las naciones, o sobre la «autonomización», escrito en diciembre de 1922, cinco años después del triunfo de la Revolución rusa, tiene hoy una especial relevancia.

En aquel momento Lenin ya estaba gravemente enfermo y con serias dificultades para participar en la vida del Partido, pero cuando tuvo noticias de la actitud chovinista y agresiva de Stalin frente a los comunistas georgianos, que se oponían al proyecto estalinista de incorporación forzosa de Georgia en una república socialista federal integrada también por Armenia y Azerbaiyán, decidió hacer llegar su posición al XIII Congreso del PC ruso. Fue el inicio de un fuerte enfrentamiento de Lenin con Stalin, que decidió a Lenin a aconsejar a sus camaradas el cese de Stalin como secretario general.

Que Putin, en el discurso donde ataca a Lenin, defienda a la vez el legado chovinista de Stalin es muy revelador y, aunque no haya sido esa su intención, es un estímulo para abordar cuanto antes la lectura de este libro.

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