El régimen reaccionario de Zelenski reprime a los activistas de izquierda

El 25 de abril Bogdan Syrotiuk, militante socialista de la Joven Guardia Bolchevique-Leninista y colaborador de la web World Socialist Web Site, era detenido en su casa por la policía ucraniana. Este joven de 25 años y con graves problemas de salud ha sido incomunicado en condiciones inhumanas durante semanas en una prisión de la localidad de Nikolaev. Con pruebas y cargos inventados ha sido acusado de servir a los intereses de Rusia y, por tanto, de cometer “alta traición”.

Su único “delito”, por el que se enfrenta a una pena de entre 15 años y cadena perpetua, es el de haber denunciado de forma decidida el carácter imperialista de esta guerra y ser un conocido activista de la izquierda.

La realidad es que el régimen ultraderechista de Zelenski ha aniquilado cualquier tipo de oposición y los más mínimos derechos democráticos. Ya en marzo de 2022 ilegalizó a once partidos políticos de la oposición agarrándose a la misma excusa: ser “amigos” y mantener vínculos con Moscú. Previamente se cerraron los canales más importantes de televisión. Torturas y trato degradante, desapariciones forzadas, condiciones carcelarias que ponen en peligro la vida, detenciones arbitrarias, restricciones a la libertad de expresión y de asociación, censura, corrupción… son algunos de los hechos que se ve obligado a reconocer incluso su aliado y amo norteamericano, a través de un informe de la Oficina de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo del Departamento de Estado de abril de 2024.

Bogdan Syrotiuk es un preso político. Ha sido represaliado por combatir a este Gobierno dictatorial y por señalar el carácter imperialista de una guerra a la que el pueblo ucraniano ha sido empujado en aras de los intereses de la OTAN y el imperialismo estadounidense en su disputa por el dominio de Europa frente al otro bloque, también imperialista, que representa Rusia y China. Una guerra que nada tiene que ver con la defensa de la democracia o la liberación nacional de Ucrania.

Una represión que refleja también la debilidad y el nerviosismo de Zelenski ante un escenario de crisis política, derrotas militares, escasez de armamento y efectivos (solo el 20% de los hombres en edad de movilizarse están dispuestos a alistarse y más de 15.000 soldados han desertado o se han insubordinado) que le ha llevado a aprobar una nueva ley de reclutamiento más dura levantado una fuerte oposición entre los jóvenes afectados y sus familias.

La falsa acusación contra Bogdan, mostrándole como un “propagandista ruso” pese a su posicionamiento público contra el régimen capitalista y autoritario de Putin, es un intento de intimidar y silenciar toda oposición a la guerra. Es el mismo mecanismo mezquino y cínico que utiliza la Administración Biden en EEUU, y sus aliados europeos, cuando tildan de “antisemita” al movimiento de la juventud y la clase obrera que sale masivamente a las calles y acampa en las universidades contra el genocidio sionista en Gaza y contra sus cómplices.

Desde Izquierda Revolucionaria trasladamos toda nuestra solidaridad a Bogdan, a sus compañeros y familiares y nos sumamos a la campaña internacional para exigir su inmediata puesta en libertad sin cargos.

¡Basta de represión contra los activista de izquierdas!

¡Contra la guerra de los capitalistas, revolución socialista!

 

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