¡Los marxistas conectamos y avanzamos en la Juventud de Die Linke de Hamburgo!
En octubre de 2025, se fundó el Grupo de Trabajo Estatal de la Izquierda Revolucionaria (LAK RL) en el seno de la Juventud de Die Linke (Solid) de Hamburgo. Los miembros de Offensiv que formamos parte de la Juventud de Die Linke tomamos esta iniciativa ante el rápido crecimiento que la organización juvenil y el propio Die Linke han experimentado desde finales del año pasado. Cada vez más jóvenes se organizan activamente contra los recortes sociales impuestos por el Gobierno de Merz, el auge de la extrema derecha y el genocidio sionista en Gaza. Algo que ha generado un creciente interés en ideas explícitamente revolucionarias y marxistas.
Como comunistas revolucionarios, sabemos que nuestro programa marxista adquiere valor político si es acogido por las amplias masas de la clase trabajadora y la juventud. Aislado de la lucha de clases actual, no sería más que letra muerta. Por tanto, resulta crucial que estemos presentes con nuestras ideas y propuestas allí donde se desarrollan tendencias de izquierdas y donde surge la movilización activa contra la pobreza, las crisis y la amenaza de la guerra. Es decir, contra el capitalismo. La Juventud de Die Linke, Solid, se ha convertido en uno de esos espacios. En LAK, queremos aportar a los activistas de Solid las ideas y los métodos del marxismo revolucionario, ya que, teniendo en cuenta la situación actual en Alemania y en todo el mundo, es más necesario que nunca un movimiento juvenil militante y revolucionario.

Reunión estatal de la juventud de Die Linke Hamburgo: se aprueban resoluciones a favor del Socialismo y de Gaza
La importancia del apoyo a posturas abiertamente marxistas entre los activistas de Solid quedó demostrada en la reunión de los miembros del estado de Hamburgo el pasado 19 de octubre, donde LAK presentó dos mociones: una resolución sobre la necesidad del socialismo y una declaración contra el genocidio sionista en Gaza.
El término «socialismo» vuelve a estar sobre la mesa. Un reaccionario de derechas como Jens Spahn, líder del grupo parlamentario CDU/CSU en el Bundestag, advirtió hace apenas unas semanas sobre el peligro de Die Linke, planteando que buscaba implantar el «socialismo» y, por ende, «la dictadura del proletariado». En lugar de aprovechar esta oportunidad para introducir en el debate una alternativa revolucionaria frente al caos capitalista, la dirección del Partido se retractó y, utilizando la consigna de un «Socialismo Democrático», planteó como alternativa un nuevo tipo de capitalismo supuestamente más justo desde el punto de vista social, un capitalismo de rostro humano.
Sin embargo, la resolución de LAK aprobada sobre el socialismo es muy clara al respecto: la construcción de una sociedad socialista exige una ruptura revolucionaria con el orden existente, la expropiación y la planificación democrática de la economía, el autogobierno de la clase trabajadora mediante Consejos y, por consiguiente, un Estado diferente -una república socialista de Consejos- por la que ya lucharon Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Estos son los elementos fundamentales de una postura marxista.
Durante casi dos años, la dirección de Die Linke apenas se ha pronunciado sobre el genocidio contra el pueblo palestino en Gaza. Sin embargo, la moción de LAK en la asamblea estatal de Hamburgo sí señala a los responsables de la masacre: el Estado fascista de Israel y sus aliados occidentales —incluido el Gobierno Federal Alemán— sin cuyo apoyo financiero y material el genocidio no habría sido posible.
Las masas palestinas solo pueden contar en su lucha por su derecho a la autodeterminación con el apoyo de millones de activistas y trabajadores de todo el mundo, cuya solidaridad se ha puesto en evidencia en impresionantes protestas masivas que han recorrido decenas de países. La solución frente a las sangrientas masacres que se desarrollan en Oriente Medio desde hace décadas ante los ojos del mundo solo es posible mediante la lucha común de los trabajadores y oprimidos de todos los países. En Alemania, mediante la expropiación de las empresas armamentísticas y el cese del comercio de armas con Israel, y en Palestina e Israel, combatiendo el terrorismo del Estado sionista.
Ambas mociones de LAK —«Por el socialismo y el poder de los Consejos» y «Dos años de genocidio en Gaza: ¡Alto a la ocupación y al comercio de armas! ¡Libertad para Palestina!» — fueron aprobadas por una amplia mayoría de los más de 100 asistentes. Ahora deben ser publicadas y difundidas por la Juventud de Die Linke de Hamburgo como nuestra posición oficial. Gracias a esto, varios activistas conocieron el nuevo grupo de trabajo estatal y ahora participan en la construcción del mismo.
Primeros encuentros y actividades en las calles
El éxito inmediato logrado en esta asamblea estatal fue solo el punto de partida de nuestra actividad. A finales de octubre tuvo lugar un primer encuentro de la nueva corriente marxista revolucionaria de Solid Hamburgo, sentando las bases para dar los siguientes pasos.
En la manifestación de solidaridad con Palestina, que se celebró en Hamburgo el 8 de noviembre, camaradas de LAK participamos por primera vez con nuestra propia pancarta en el bloque de la Juventud de Die Linke (Solid). Nos proponemos mantener nuestra presencia en las calles y dejar claro que la crisis orgánica del sistema capitalista, que se manifiesta a nuestro alrededor mediante guerras y miseria social, exige respuestas radicales de la juventud trabajadora.

Invitamos a todas aquellos y aquellas interesadas, tanto dentro como fuera de Solid, a unirse a nosotras organizándose dentro de LAK y construyendo una fuerte corriente marxista que pueda ayudar a obtener un apoyo de masas para impulsar políticas revolucionarias.
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Resoluciones adoptadas por el Grupo de Trabajo Estatal de la Izquierda Revolucionaria (LAK) de las Juventudes de Die Linke (Solid)
Por el socialismo y el poder de los Consejos
Quien observe nuestro mundo actual verá una sociedad de clases profundamente dividida, plagada de desigualdad social, pobreza, crisis y guerras. A nivel mundial, aproximadamente 3.600 millones de personas —casi la mitad de la población mundial— viven por debajo del umbral de la pobreza. Más de 700 millones de personas padecen hambre. Con el rearme masivo de las principales potencias imperialistas, tanto de Oriente como de Occidente, el peligro de una nueva guerra mundial aumenta, y esto en un planeta que se precipita a una velocidad vertiginosa hacia una catástrofe ambiental, con un cambio climático sin precedentes y consecuencias para la humanidad y la naturaleza difíciles de prever. Al mismo tiempo, unos 3.000 multimillonarios poseen una fortuna conjunta de más de 16 billones de dólares. Fortuna que ha crecido en los últimos años más rápidamente que nunca.
Así pues, mientras las crisis, el empobrecimiento y la amenaza de guerra hacen la vida cada vez más insoportable para la gran mayoría de la población, una pequeña clase de multimillonarios se enriquece obteniendo beneficios extraordinarios. El mundo actual —el sistema económico y social capitalista global— es injusto, destructivo y no ofrece ningún futuro a la humanidad.
Ante esta situación, cada vez más personas buscan una alternativa. Incluso en Estados Unidos, según un estudio de YouGov de mayo de 2025, el 62 % de los encuestados de entre 18 y 29 años tiene una opinión favorable sobre el socialismo. En Alemania, decenas de miles se han afiliado a Die Linke, un partido que defiende ideas socialistas. Pero ¿qué es el socialismo?
El socialismo no se reduce a un gobierno de izquierdas que implemente mejores políticas sociales. Es un sistema radicalmente distinto que exige una ruptura total con el capitalismo y el aparato estatal que lo sustenta —una revolución de la clase trabajadora y de los pobres—. Solo así se podrá quebrar el poder de la clase dominante actual, de los dueños de bancos y multinacionales. Sus fábricas y empresas deben pasar a ser de propiedad pública, y la economía debe planificarse democráticamente según las necesidades sociales existentes.
El poder político y económico recaería entonces por completo en manos de las masas, que decidirían democráticamente sobre la política y la economía mediante consejos, comités y estructuras similares, tan descentralizadas como sea posible y tan centralizadas como sea necesario. En un orden así, donde la población trabajadora se autogobierna y donde la producción se orienta a las necesidades sociales en lugar de al beneficio individual, el desempleo, la pobreza y la destrucción ambiental podrían eliminarse en muy poco tiempo.
Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht ya lucharon por una república socialista de Consejos basada en este modelo. Sería algo completamente distinto a las dictaduras burocráticas de la URSS o la RDA, donde, si bien el capital carecía de poder y existía una economía planificada, una camarilla burocrática dominaba la sociedad, defendiendo sus privilegios y sofocando la democracia socialista.
Este sistema estalinista pudo consolidarse porque la revolución rusa de 1917 se mantuvo aislada en un solo país. El capitalismo, en cambio, es un sistema global cuya economía está interconectada internacionalmente. Incluso hoy, la construcción del socialismo podría comenzar en un solo país, pero solo podrá funcionar de manera sostenible a nivel internacional superando las fronteras nacionales y arrebatando la economía global al capital para someterla al control democrático de la población. Solo así se garantizará el socialismo y, a largo plazo, se posibilitará el surgimiento de una sociedad comunista sin clases a escala mundial.
La tarea de una organización juvenil socialista como Solid es organizar la resistencia de los jóvenes de la clase trabajadora contra el capitalismo y sus síntomas —pobreza, guerra, destrucción ambiental y muchos más— y ofrecerles una alternativa social por la que valga la pena luchar. Para nosotros en Solid, esta alternativa es el socialismo y el objetivo es una sociedad comunista libre de explotación y de opresión, tal como la concibieron Karl Marx y otros destacados pensadores del marxismo revolucionario.
¡Únete a Solid y lucha con nosotros por esta alternativa!
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Dos años de genocidio en Gaza: ¡Alto a la ocupación y al comercio de armas! ¡Libertad para Palestina!
Durante dos años, un genocidio con cientos de miles de muertos se ha estado perpetrando en Gaza a manos del gobierno imperialista israelí. Ni siquiera los últimos "planes de paz" —como los del presidente estadounidense Trump— garantizan su fin: prevén la transformación de Gaza en un protectorado colonial bajo el dominio de diversas fuerzas de ocupación, con un futuro incierto para los supervivientes del genocidio.
Este genocidio no habría sido posible sin la participación de los aliados occidentales de Israel y sus continuos envíos de armas. El Estado israelí, de ideología fascista, ha sido durante décadas el bastión del imperialismo estadounidense en Oriente Medio, defendiendo sus intereses en la región. Recibió su apoyo económico y militar, a pesar de las atrocidades, a pesar de los miles de prisioneros palestinos hacinados en cárceles israelíes, a pesar de la continua ocupación ilegal de los territorios palestinos por parte de los colonos, y a pesar de las decenas de miles de muertos en Gaza.
El genocidio israelí en Gaza se desarrolla en el contexto de una lucha interimperialista en la que Israel forma parte de un bloque con Estados Unidos y el gobierno alemán. Por tanto, cuando Merz expresa su preocupación por el sufrimiento del pueblo de Gaza —mientras Alemania es uno de los mayores exportadores de armas a Israel— ¡es un absoluto hipócrita! Al mismo tiempo, Rheinmetall obtiene ganancias récord de miles de millones de euros a costa de la masacre del pueblo de Gaza.
Por otro lado, cualquiera que salga a las calles a protestar contra el genocidio y sus cómplices es sometido a una brutal campaña de represión mediática, policial y judicial, y difamado como "simpatizante del terrorismo". Estos ejemplos demuestran que la resistencia contra el terrorismo de Estado israelí solo puede construirse desde abajo, contra quienes ostentan el poder: contra Merz, contra el gobierno alemán, contra el capital alemán.
Nuestra resistencia es una resistencia de izquierdas, internacionalista y de clase, de la clase trabajadora, que trasciende el chovinismo, el racismo y el fundamentalismo religioso. Nuestros modelos a seguir son los luchadores y huelguistas de todo el mundo, especialmente los estibadores de Francia, Grecia e Italia que se negaron a cargar armas para perpetrar el genocidio sionista. Y los cientos de miles que más recientemente demostraron en una huelga general sin precedentes en Italia que el pueblo palestino solo puede contar con los trabajadores y los oprimidos como sus únicos aliados.
¡La izquierda debe impulsar activamente esta lucha en el futuro y llevarla al parlamento! Las acciones de la camarada Cansın Köktürk en el Bundestag ejemplifican cómo los parlamentarios de izquierda deben utilizar el parlamento como plataforma para protestar contra el genocidio. Nos comprometemos a garantizar que Die Linke contribuya activamente a la construcción del movimiento propalestino, llevándolo a los centros de trabajo, a los sindicatos y a las calles.
Exigimos:
•¡Fin al bloqueo ilegal de la Franja de Gaza y reanudación inmediata de la entrega de ayuda!
•¡Ninguna ilusión sobre los "planes de paz" dictados por Israel y sus aliados que prevén la ocupación continua de Gaza, así como el desplazamiento y el asesinato de la población palestina!
•¡Ruptura de todas las relaciones institucionales, diplomáticas y económicas con Israel!
•¡Basta de represión contra el movimiento de solidaridad con el pueblo palestino! ¡Defendamos nuestro derecho a protestar!
•¡Fin inmediato de las exportaciones de armas y del transporte de material militar a Israel!
•¡Expropiación de Rheinmetall y de todas las empresas armamentísticas que se lucran con el genocidio!
•¡Por la unidad de los trabajadores y oprimidos de la región y una solución basada en una alternativa socialista!



















