El debate sobre la reforma sanitaria en EEUU ha dejado al descubierto
la calamitosa situación sanitaria que sufren millones de
estadounidenses, el sistema sanitario norteamericano es el más caro del
mundo y al mismo tiempo el más ineficaz: 47 millones de personas, el
16% de la población, no tienen ningún tipo de cobertura sanitaria, se
calcula que otros 50 millones cuentan con malos seguros que sólo cubren
parcialmente los gastos sanitarios. Esta situación provoca que cada año
mueran 45.000 personas por enfermedades que tienen cura.
El debate sobre la reforma sanitaria en EEUU ha dejado al descubierto la calamitosa situación sanitaria que sufren millones de estadounidenses, el sistema sanitario norteamericano es el más caro del mundo y al mismo tiempo el más ineficaz: 47 millones de personas, el 16% de la población, no tienen ningún tipo de cobertura sanitaria, se calcula que otros 50 millones cuentan con malos seguros que sólo cubren parcialmente los gastos sanitarios. Esta situación provoca que cada año mueran 45.000 personas por enfermedades que tienen cura.
La situación de los trabajadores jóvenes es especialmente dramática, sobre todo porque muchos tienen empleos temporales o precarios sin ningún tipo de derechos. El propio Obama en un discurso en la Universidad de Maryland reconocía que "uno de cada tres jóvenes adultos que tienen seguro médico, cuando sufren un accidente o una enfermedad seria caen en la bancarrota (...) casi el 40% del endeudamiento individual es el resultado del coste de las facturas médicas".
Un negocio para las empresas privadas
Obama no pretende crear un sistema nacional de salud dependiente del Estado, sino que se trata de una tímida reforma que seguirá dejando en manos privadas la sanidad y que al mismo tiempo incrementará los enormes beneficios de las aseguradoras médicas. Desde 2002 el precio medio de las pólizas sanitarias ha subido un 87% y los beneficios de las principales aseguradoras han aumentado un 428%. El mejor ejemplo de que la reforma de Obama será un negocio para las empresas privadas es que al día siguiente del anuncio del plan, los precios de las acciones de las aseguradoras médicas se dispararon, por ejemplo, las acciones de UnitedHealth pasaron de 17 centavos a 28,57 dólares, las de WellPoint de 96 centavos a 53,80 dólares, las de Aetna de 59 centavos a 29,84 dólares y las de Humana de 1,12 centavos a 39,19 dólares. También es significativo el cambio de discurso de Obama, al principio el objetivo de su reforma eran "los millones de personas que no tenían acceso a la sanidad" y después se tata de que "los costes sanitarios no socaven los beneficios de las empresas".
¿Reforma sanitaria?
Hasta ahora se han presentado varios planes de reforma sanitaria pero el que finalmente parece tener más probabilidades de seguir adelante es el propuesto por el senador demócrata Max Baucus. El proyecto se basa fundamentalmente en subvencionar los costes sanitarios y que su gestión siga recayendo sobre las aseguradoras privadas. Por ejemplo, una de las propuestas es que se concedan "ayudas a los menores de 25 años para que tengan la oportunidad de comprar pólizas sanitarias a bajo coste y así protegerles de la ruina económica si caen seriamente enfermos". Esta póliza sólo cubriría las enfermedades serias y el paciente tendría que costearse los viajes, pruebas médicas preventivas, medicinas, etc., se calcula que el coste de estas pólizas sería de cien dólares mensuales. Obama particularmente ha manifestado su preferencia porque los menores de 26 años estén cubiertos por las pólizas de sus padres, se calcula que el coste de este tipo de pólizas representaría un 20% de los ingresos familiares.
Otro de los puntos polémicos es la introducción de un impuesto del 35% sobre aquellas pólizas sanitarias que superen los 8.000 dólares por individuo y los 21.000 dólares por familia, eso significaría que el Estado ingresaría 215.000 millones de dólares en diez años, eso afectaría al 15% de las pólizas, pero, por otro lado, permitiría que los empresarios pudieran cargar estos costes a los trabajadores, es decir, se traduciría en una pérdida de poder adquisitivo. Además el plan Baucus tiene otra cara, la reducción del gasto directo en los programas Medicare, Medicaid y otros programas sanitarios federales destinados a pobres, ancianos y sectores más necesitados, concretamente representaría una reducción de 409.000 millones de dólares entre 2010 y 2019. En definitiva, esta "reforma" iría en detrimento de los sectores más desfavorecidos, un sector que por otra parte cada vez es más numeroso en una situación de crisis económica con el consiguiente incremento del desempleo y la pobreza.
La reforma sanitaria también representa el primer enfrentamiento serio entre Obama y los sindicatos que defienden la creación de un sistema nacional de salud similar al español o británico. Concretamente defienden lo que se conoce como HR 676 (sistema de pagador único), esta propuesta ha sido aprobada por 561 organizaciones sindicales en 49 estados, incluyendo el AFL-CIO, cuya dirección ya ha amenazado con retirar su apoyo al Partido Demócrata si sigue adelante con el "plan Baucus".
El anuncio de la reforma sanitaria ha vuelto a desvelar la extrema polarización política y social que existe en EEUU, por un lado la derecha que como sucedió antes de las elecciones ha desatado una campaña histérica contra el presunto "socialismo" de Obama y, por el otro, los millones de trabajadores que quieren una solución real a sus problemas. Miles de médicos, enfermeras, trabajadores se están manifestando por todo el país para defender un sistema sanitario público, las encuestas dicen que un 69% de los estadounidenses están a favor de este modelo sanitario. Hasta ahora los únicos beneficiados del sistema sanitario norteamericano han sido las grandes empresas relacionadas con la sanidad y es no cambiará con la "reforma" sanitaria de Obama.
La situación de los trabajadores jóvenes es especialmente dramática, sobre todo porque muchos tienen empleos temporales o precarios sin ningún tipo de derechos. El propio Obama en un discurso en la Universidad de Maryland reconocía que "uno de cada tres jóvenes adultos que tienen seguro médico, cuando sufren un accidente o una enfermedad seria caen en la bancarrota (...) casi el 40% del endeudamiento individual es el resultado del coste de las facturas médicas".
Un negocio para las empresas privadas
Obama no pretende crear un sistema nacional de salud dependiente del Estado, sino que se trata de una tímida reforma que seguirá dejando en manos privadas la sanidad y que al mismo tiempo incrementará los enormes beneficios de las aseguradoras médicas. Desde 2002 el precio medio de las pólizas sanitarias ha subido un 87% y los beneficios de las principales aseguradoras han aumentado un 428%. El mejor ejemplo de que la reforma de Obama será un negocio para las empresas privadas es que al día siguiente del anuncio del plan, los precios de las acciones de las aseguradoras médicas se dispararon, por ejemplo, las acciones de UnitedHealth pasaron de 17 centavos a 28,57 dólares, las de WellPoint de 96 centavos a 53,80 dólares, las de Aetna de 59 centavos a 29,84 dólares y las de Humana de 1,12 centavos a 39,19 dólares. También es significativo el cambio de discurso de Obama, al principio el objetivo de su reforma eran "los millones de personas que no tenían acceso a la sanidad" y después se tata de que "los costes sanitarios no socaven los beneficios de las empresas".
¿Reforma sanitaria?
Hasta ahora se han presentado varios planes de reforma sanitaria pero el que finalmente parece tener más probabilidades de seguir adelante es el propuesto por el senador demócrata Max Baucus. El proyecto se basa fundamentalmente en subvencionar los costes sanitarios y que su gestión siga recayendo sobre las aseguradoras privadas. Por ejemplo, una de las propuestas es que se concedan "ayudas a los menores de 25 años para que tengan la oportunidad de comprar pólizas sanitarias a bajo coste y así protegerles de la ruina económica si caen seriamente enfermos". Esta póliza sólo cubriría las enfermedades serias y el paciente tendría que costearse los viajes, pruebas médicas preventivas, medicinas, etc., se calcula que el coste de estas pólizas sería de cien dólares mensuales. Obama particularmente ha manifestado su preferencia porque los menores de 26 años estén cubiertos por las pólizas de sus padres, se calcula que el coste de este tipo de pólizas representaría un 20% de los ingresos familiares.
Otro de los puntos polémicos es la introducción de un impuesto del 35% sobre aquellas pólizas sanitarias que superen los 8.000 dólares por individuo y los 21.000 dólares por familia, eso significaría que el Estado ingresaría 215.000 millones de dólares en diez años, eso afectaría al 15% de las pólizas, pero, por otro lado, permitiría que los empresarios pudieran cargar estos costes a los trabajadores, es decir, se traduciría en una pérdida de poder adquisitivo. Además el plan Baucus tiene otra cara, la reducción del gasto directo en los programas Medicare, Medicaid y otros programas sanitarios federales destinados a pobres, ancianos y sectores más necesitados, concretamente representaría una reducción de 409.000 millones de dólares entre 2010 y 2019. En definitiva, esta "reforma" iría en detrimento de los sectores más desfavorecidos, un sector que por otra parte cada vez es más numeroso en una situación de crisis económica con el consiguiente incremento del desempleo y la pobreza.
La reforma sanitaria también representa el primer enfrentamiento serio entre Obama y los sindicatos que defienden la creación de un sistema nacional de salud similar al español o británico. Concretamente defienden lo que se conoce como HR 676 (sistema de pagador único), esta propuesta ha sido aprobada por 561 organizaciones sindicales en 49 estados, incluyendo el AFL-CIO, cuya dirección ya ha amenazado con retirar su apoyo al Partido Demócrata si sigue adelante con el "plan Baucus".
El anuncio de la reforma sanitaria ha vuelto a desvelar la extrema polarización política y social que existe en EEUU, por un lado la derecha que como sucedió antes de las elecciones ha desatado una campaña histérica contra el presunto "socialismo" de Obama y, por el otro, los millones de trabajadores que quieren una solución real a sus problemas. Miles de médicos, enfermeras, trabajadores se están manifestando por todo el país para defender un sistema sanitario público, las encuestas dicen que un 69% de los estadounidenses están a favor de este modelo sanitario. Hasta ahora los únicos beneficiados del sistema sanitario norteamericano han sido las grandes empresas relacionadas con la sanidad y es no cambiará con la "reforma" sanitaria de Obama.