CONCENTRACIÓN EN MADRID EL MARTES 19 DE MARZO A LAS 12h ANTE LA SEDE DE ACERINOX
C/Santiago de Compostela, 100 (metro Peñagrande)
Después de más de 43 días de huelga y ante la negativa de la empresa a atender a sus demandas, los 1.800 trabajadores y trabajadoras de la factoría de Acerinox de Los Barrios (Cádiz) han decidido viajar hasta Madrid para concentrarse ante la sede de esta multinacional.
Las demandas de la plantilla de Acerinox son las mismas que exigimos millones de trabajadoras y trabajadoras a lo largo del Estado español: recuperación del poder adquisitivo de los salarios, muy deteriorado por las subidas de precios de los últimos años, y mejora de las condiciones laborales, con especial atención en este caso a todo lo relacionado con la peligrosidad y penosidad del trabajo en una acería con hornos que funcionan a 1.500 grados de temperatura.
La empresa no solo se niega a mejorar las condiciones a pesar de sus inmensos beneficios de 228 millones en 2023. Quiere imponer como sea un nuevo retroceso en las condiciones de trabajo que implicaría más flexibilidad de la jornada laboral y la disponibilidad de la plantilla durante su tiempo de descanso. ¡Un ataque en toda regla a la conciliación con la vida personal y familiar!
Frente a la lucha de su plantilla, Acerinox ha desplegado su inmenso poderío. Se trata de una multinacional, cuyo principal accionista es la Corporación Financiera Alba, que agrupa los negocios de familia March, una familia que acumuló una de las mayores fortunas del país gracias al tráfico de armas y a sus negocios corruptos durante las dictaduras de Primo de Rivera y Franco.
Esta familia posee un imperio del acero, con fábricas en varios países de mundo, y eso le permite esparcir rumores amenazantes sobre posibles deslocalizaciones de la producción a otras plantas. Sus vínculos con el poder político y la judicatura son muy fuertes, como lo demostró el arsenal de medidas represivas desplegado contra la plantilla en las primeras semanas de huelga: detenciones, imputaciones, denuncias contra el Comité de Huelga, e incluso un juicio y condena fulminante a un año de cárcel a uno de sus trabajadores. ¡Qué vergüenza que un gobierno que dice ser de izquierdas actúe contra la clase trabajadora de la mano de los oligarcas de la Corporación Financiera Alba!
Pero si la familia March es poderosa, la clase trabajadora lo somos mucho más, a condición de que unamos nuestras fuerzas para pelear por los objetivos que nos son comunes. De momento la lucha ya ha dado su primer fruto: Acerinox reconoce al Comité de Huelga, acepta negociar, y da marcha atrás en su acoso judicial a los sindicatos. Es el momento de golpear con más fuerza y de recabar la solidaridad de toda nuestra clase.
Las compañeras y compañeros de Acerinox no piden nada distinto a lo que estamos exigiendo miles de trabajadores que ahora mismo estamos en lucha o a punto de empezarla. Los salarios cada día más bajos, la precariedad, unas condiciones de trabajo que se degradan día a día, etc. son problemas que nos afectan a todas y todos, tengamos un convenio propio, estemos sujetos a un convenio de sector, o incluso trabajemos sin la cobertura de un convenio colectivo. En los últimos años, sobre todo tras la crisis financiera de 2008, una gran parte de la clase trabajadora hemos visto empeorar nuestra situación. Pero también hemos visto como trabajadoras y trabajadores de sectores tan precarizados como el comercio textil o la limpieza han conseguido subidas salariales de más del 25% gracias a su firmeza y a su determinación frente a la patronal. ¡Estas luchas marcan el camino a seguir!
La fabricación de acero es vital para el funcionamiento de la producción en todos los sectores y para la vida cotidiana de todos y todas. ¿Es razonable que algo de tanta importancia esté en manos de un grupo de milmillonarios que solo piensan en engordar ¡aún más! sus beneficios? ¿Es razonable que para producir un bien básico como el acero haya que degradar cada año un poco más las condiciones de sus trabajadoras y trabajadores?
Desde Izquierda Revolucionaria pensamos que no. Defendemos que los sectores clave de la producción, como el acero, deben ser expropiados, bajo el control de la clase trabajadora, porque esa es la única forma de garantizar a la vez unas condiciones laborales dignas, la adecuada cobertura de las necesidades sociales y la imprescindible protección del medio ambiente. Lo que acaba de ocurrir con la planta de Airbús de Puerto Real, malvendida a una empresa china altamente contaminante, que sólo creará 40 puestos de trabajo, y el incumplimiento de los compromisos para reforzar el polo aeronáutico del Puerto de Santa María son una seria advertencia de lo que nos preparan los grandes capitalistas.
Damos todo nuestro apoyo a la lucha de las trabajadoras y trabajadores de Acerinox y llamamos a toda la clase trabajadora a apoyar su lucha.
¡La lucha de Acerinox es nuestra lucha!