Un proyecto sinónimo de desastre ecológico
Hace ya más de 15 años, en 2008, la Diputación Foral de Bizkaia lanzaba su “novedosa” idea de construir una segunda sede del museo Guggenheim, en Urdaibai, en plena Reserva de la Biosfera. De hecho, de llevarse adelante su construcción, estaríamos ante la única reserva de este tipo que contaría con un Museo, además, con dos sedes (Gernika y Murueta).
El proyecto presentado conllevaría la demolición de dos antiguas fábricas, Astilleros Murueta (ya ejecutada) y Dalía (adjudicada). Estas demoliciones se llevarían a cabo para construir, además del propio museo, una vía peatonal y ciclista de 6 km y las infraestructuras de un tren eléctrico que sirva de entrada a la comarca y al museo.
El Guggenheim en Urdaibai: un atentado contra el medioambiente
Todo ello construido en la única Reserva de la Biosfera de Euskadi, en la que se han documentado 250 especies de aves migratorias que a lo largo del año utilizan sus marismas. A esto habría que sumarle un ecosistema muy rico, hogar de especies animales en peligro de extinción como el visón europeo y de valiosas poblaciones vegetales, como la vid silvestre.
Un primer estudio de impacto realizado por la Diputación muestra el peligro directo que supone el proyecto del Guggenheim Urdaibai: “tal y como se ha configurado el proyecto, afectaría al hábitat del visón europeo, al hábitat de las tortugas autóctonas, del pez espinoso y al hábitat de numerosas especies de avifauna protegidas [...] con un consecuente impacto sobre el hábitat de diversas especies de flora amenazada”.
Y estas son sólo las consecuencias más inmediatas del proyecto. El Guggenheim Urdaibai va encaminado a convertir Busturialdea en una comarca de turismo masificado en torno al nuevo museo, que traería 150.000 turistas entre junio y septiembre, el triple de los 45.000 residentes a día de hoy. Para este nuevo modelo serán necesarios nuevos hoteles, viviendas turísticas, restaurantes etc. Todos ellos negocios que se caracterizan por su gran rentabilidad para unos pocos, mientras mantienen condiciones laborales míseras para sus trabajadores y trabajadoras.

Un proyecto a medida de las grandes empresas y las corruptelas del PNV
Cabría pensar que la construcción de este museo privado se va a llevar a cabo por la propia fundación Guggenheim, pero nada más lejos de la realidad, el macroproyecto estará financiado fundamentalmente por dinero público: de los 130 millones de euros de inversión inicial, 40 serán aportados por la Diputación de Bizkaia, otros 40 saldrán del Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de España (que ya ha respaldado legalmente el proyecto, rebajando la protección medioambiental a sólo 20 metros de la costa frente a los 100 que estaban establecidos hasta ahora) y los 50 restantes correrían a cargo del Gobierno vasco, que lo anunciará pasadas las próximas elecciones, pese a que el proyecto pueda estar ya en marcha en esa fecha.
La gran movilización social que está despertando este proyecto ha generado grietas incluso entre el aparato del PNV. Por un lado, se sitúan los sectores que van a por todas con este devastador proyecto, pensando en hacerse de oro en pocos años, mientras que, por otro lado, los sectores más vinculados a los ayuntamientos de la comarca, que ven peligrar su futuro electoral de seguir apoyando el proyecto.
Otro de los efectos de la presión es la paralización de la adjudicación de las obras a la empresa Gaimaz Infraestructuras y Servicios desde octubre de 2024, tras la demanda popular interpuesta. Eso sí, todo ello con la correspondiente indemnización a la empresa, cuyo director comercial, Josu Legarreta, es exparlamentario del PNV, exalto cargo de la diputación, exdirector general de Empleo y Formación y exdirector general de Relaciones Municipales.
Pese a que muchos y muchas (supuestamente progresistas) se deshagan en elogios al partido y nos lo presenten como un aliado para construir “proyecto de país”, el PNV continúa siendo el partido de los capitalistas vascos. La situación desesperada que soporta la comarca desde hace décadas es el mejor ejemplo del resultado de las políticas de saqueo del territorio y del dinero público que los sucesivos Gobiernos del PNV y el PSE han mantenido. Tal y como señala el periodista Alberto Uriona “el PIB [en Urdaibai] está un 18% por debajo de la media de Euskadi, el peso de la industria se sitúa cinco puntos inferiores y en 2021 llegó a ser la segunda comarca de Euskadi con más paro”[1].

En 2023 se licitó el programa “Herri Txiki Aukera Handi” (pueblo pequeño gran oportunidad) a 97 S&F, una firma de consultoría ligada a figuras importantes del PNV y que, como plantea El Salto, consta ya de un historial de 80 adjudicaciones de la CAPV. Entre otros, el “Plan de Desarrollo, Viabilidad e Impacto del Proyecto Guggenheim en Urdaibai”, por el que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) multó en 2021 a la consultora con casi 70.000€ y a sus directivos Leandro Ardanza (hermano del exlehendakari José Antonio Ardanza), Joseba Egia y Marta Zamacona (exsecretaría General de Acción Exterior del Gobierno vasco en el Departamento de Asuntos Europeos) por 118.000€, en la operación Cártel Norte, cuyas adjudicaciones de contratos públicos ascendían a 18 millones de euros[2]. Por otro lado, en el marco del informe “estudio sobre usos museísticos compatibles con la Ley de Costas” ya fueron multadas las consultoras Idom y Deloitte con 640.000 y 3.990.000 euros respectivamente[3].
Este hilo mafioso continúa en 2024. Como denuncia el periodista vasco Ahotzar Zelaieta, después de una encuesta de la diputación, que a pesar de estar diseñada para ocultar el descontento ha fracasado, la misma entidad plantea un “Plan de comunicación, diseño e implantación de formato interactivo del relato turístico de Urdaibai” que realizará la empresa Nauk Consulting por 128.260€, empresa que abandonó su antiguo nombre (Bmasi Strategy) y a su antiguo director Sabin Azua (ex PNV y hermano del exvicelehendakari Jon Azua) tras su imputación en la operación Cártel Norte[4].
Defendamos la Reserva de Urdaibai con la lucha en las calles
Los planes para llevar adelante este atropello son una cruda lección: bajo el sistema capitalista, el beneficio de unos pocos hace completamente imposible poder garantizar una vida digna en un mundo digno para la mayoría. Apoyarse en la legalidad como punto principal es un camino sin salida. Como se ha demostrado en el propio proyecto del Guggenheim Urdaibai, los poderosos pueden hacer y deshacer la legislación para asegurar sus beneficios. Así funciona la legalidad burguesa.

La experiencia histórica de las luchas contra los macroproyectos antiecológicos en Euskal Herria nos enseñan cuál debe ser el camino para acabar con la amenaza que supone Guggenheim Urdaibai: la lucha contra las centrales de Lemoiz[5] y Garoña, el movimiento antinuclear, el embalse de Itoiz, la autovía de Leizarán, el TAV y más recientemente los macroproyectos eólicos[6] y el macroproyecto de Aroztegi[7]. Cuando estos movimientos han alcanzado victorias, el punto crucial ha sido la lucha de masas, las manifestaciones con decenas de miles, la construcción de comités para coordinar y extender la lucha a los diferentes herrialdes y la participación activa del movimiento obrero parando la economía con una huelga general, como las huelgas en repulsa del asesinato de la activista ecologista Gladys del Estal a manos de la guardia civil, en el marco de la lucha del movimiento ecologista contra la central nuclear de Lemoiz.
El gran impacto que tuvo la impresionante movilización del 18 de octubre de 2024, la más grande en la historia de la comarca[8], ha obligado al PNV a recular, y no ha tenido más remedio que ir retrasando el arranque del proyecto con enrevesados argumentos y cortinas de humo que nadie se cree, como el “proceso de escucha”. Pero a nosotros y nosotras no nos engañan: los dirigentes jeltzales y los grandes capitalistas vascos tienen mucho miedo a una movilización de masas que los ponga contra las cuerdas y buscan enfriar el ambiente de rebelión social ganando algo de tiempo.
Precisamente, lo que ha demostrado la experiencia es que es el momento de levantar una poderosa movilización ecologista en todo Euskal Herria, unificando todas las luchas abiertas y plantando cara a los macroproyectos anti ecológicos del capitalismo vasco con una gran manifestación nacional. Una manifestación que plantee una alternativa al saqueo de la Reserva de Urdaibai y un plan alternativo: el desarrollo de un modelo de turismo medioambiental sostenible y potencie los impresionantes recursos de la zona: naturales, ornitológicos e históricos.
Es la hora de construir una organización que luche por un ecologismo de combate y revolucionario, que plantee abiertamente la expropiación de los grandes capitalistas y la puesta de todos sus recursos al servicio del mantenimiento del medioambiente.
Urdaibai ez dago salgai!
Guggenheim Urdaibairi ez!
Borroka da bide bakarra!
Notas:
[1] Urdaibai lleva 25 años esperando un plan de revitalización económica
[2] Las instituciones vascas adjudicaron 1,2 millones a cinco consultoras del cártel tras ser multadas por manipular contratos
[3] La consultora que manipuló el contrato de viabilidad del Guggenheim Urdaibai diseñará el plan de Busturialdea
[4] Así son los operativos del Gobierno Vasco para acelerar la implantación del Guggenheim Urdaibai
[5] Jexus Aranceguiri elkarrizketa, Ezker Iraultzaileko militantea
[6] Oiongo Udalak (EH Bildu) astakeria “ekologikoa” onartu du Toloño mendilerroan
[7] Aroztegiko Elkartasun Komiteari elkarrizketa. "Herri honek ez ditu inposizioak eta bidegabekeriak onartuko"
[8] Guggenheim Urdaibai STOP reúne 4.000 manifestantes en Gernika