“Conseguir una vida libre de opresión pasa por acabar con este sistema. El capitalismo no se puede reformar”

El Sindicato de Estudiantes ha jugado en los últimos años un papel muy destacado en la lucha de la juventud en defensa de la educación pública, contra la violencia machista y la justicia patriarcal y por el derecho a decidir del pueblo catalán. Entrevistamos a Coral Latorre, militante de Izquierda Revolucionaria y elegida secretaria general en el XIX Congreso del SE celebrado el pasado mes de febrero.

El Militante.- ¿Qué valoración hacéis de vuestra lucha en estos últimos años?

Coral Latorre.- La batalla librada por el Sindicato de Estudiantes ha sido un factor muy importante para romper la estrategia de paz social impuesta desde arriba por los dirigentes sindicales y de la izquierda política que se han centrado en las instituciones, olvidando que nuestra principal fuerza está en la calle. Las huelgas y movilizaciones que hemos organizado en defensa de la enseñanza pública demostraron que el ¡Sí se puede! está plenamente vigente. Logramos tumbar uno de los mayores ataques a la educación pública de los últimos cuarenta años, las reválidas franquistas.

También protagonizamos movilizaciones históricas contra la represión franquista y por la república en Catalunya, defendiendo el derecho democrático del pueblo catalán a decidir. Hemos impulsado la batalla por los derechos de las mujeres trabajadoras, y lo hemos hecho codo con codo con luchas emblemáticas como la de los pensionistas. Todas esas movilizaciones hicieron posible tumbar al odiado Gobierno del PP y demuestran que sólo con la lucha en la calle, no en los parlamentos, podremos conquistar una vida digna. Como hemos gritado muchas veces: gobierne quien gobierne los derechos se defienden.

EM.- El 8-M la huelga general feminista volvió a ser histórica. ¿Qué papel jugó el Sindicato de Estudiantes?

CL.- La fuerza que demostramos el 8-M millones de oprimidas, acompañadas por centenares de miles de nuestros compañeros, fue absolutamente espectacular, incluso más que el año anterior.

Sin duda, la juventud jugó un papel de primer orden en esta jornada, y la huelga y movilizaciones convocadas por Libres y Combativas y el Sindicato de Estudiantes fueron un éxito rotundo. No sólo contribuimos a paralizar la educación y a que cientos de miles de jóvenes salieran a las calles, también combatimos la campaña con la que la burguesía trata de hacer de este movimiento algo inofensivo y asimilable al sistema. Levantamos con fuerza la bandera del feminismo revolucionario y anticapitalista, denunciamos a los responsables de nuestra opresión —los capitalistas y explotadores, hombres y mujeres—, señalamos que somos las jóvenes y mujeres trabajadoras las verdaderas protagonistas de esta batalla y lanzamos un mensaje muy poderoso a PP, Cs y Vox: vamos a ser millones en las calles contra su ofensiva franquista que pretende acabar con los derechos de las mujeres, los trabajadores y la juventud.

La participación masiva en esta jornada no es ninguna casualidad: es un reflejo del ambiente de radicalización y combatividad que se respira entre la juventud. Lo volvimos a ver una semana después cuando otra vez tomamos las calles bajo el lema: “si el planeta fuera un banco ya lo habrían rescatado” o “el problema es el sistema”, en la huelga estudiantil europea contra el cambio climático del 15 de marzo.

EM.- Además de en el Sindicato de Estudiantes, estás afiliada a Izquierda Revolucionaria. ¿Qué mensaje mandarías a la juventud?

CL.- Los jóvenes, los trabajadores y los sectores oprimidos de esta sociedad, entendemos la amenaza real que supone el bloque reaccionario. Son los fieles representantes del sistema capitalista, un sistema que nos condena a los recortes, a la privatización, la austeridad, la precariedad, salarios de miseria, desempleo masivo, a la violencia machista e incluso a la destrucción de nuestro planeta.

Para frenar todos estos ataques no es suficiente con votar el próximo 28 de abril. Por supuesto, contribuiremos con todas nuestras fuerzas a la derrota electoral del Trío de Colón, pero sabemos que la forma de vencer a la derecha y extrema derecha es con la movilización, la lucha en la calle y la organización. La única manera de solucionar nuestros problemas y conseguir una vida libre de opresión y explotación es acabar con este sistema. El capitalismo no se puede reformar ni endulzar: la destrucción del planeta, las guerras imperialistas, la muerte de centenares de miles de refugiados en el Mediterráneo o en la frontera con EEUU…, son una muestra de la violencia y destrucción que provoca. Por eso yo formo parte de Izquierda Revolucionaria, para levantar una alternativa revolucionaria a la barbarie a la que nos condena el capitalismo y luchar por la transformación socialista de la sociedad. Una sociedad en la que todos los recursos fundamentales y la riqueza generada por la inmensa mayoría de la población, la clase trabajadora, estén al servicio de la mayoría y no de una ínfima minoría de parásitos y especuladores. Eso significa terminar con la propiedad privada de los medios de producción y planificar la economía poniéndola bajo el control democrático de los trabajadores.

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