La nueva Ley de Universidades de Ayuso va a agravar significativamente la situación de endeudamiento e infrafinanciación de las universidades públicas. Nos encontramos ante lo que puede ser el golpe de gracia para las universidades madrileñas.

El recién filtrado borrador de esta ley confirma lo que ya se había ido conociendo hasta ahora. La CAM recortará el 30% del presupuesto de las universidades, porcentaje que deberá ser sustituido por financiación de inversores privados.

Un recorte tan salvaje va a llevar a la universidad hasta tal punto que una gran parte de las actividades de enseñanza e investigación no se van a poder llevar a cabo.

La UCM ya se está planteando eliminar los grados y másteres con menos demanda y en universidades como la URJC ya se han suprimido estudios como el de lenguaje de signos. Las salidas de campo en carreras como biología o se van a dejar de hacer o se va a obligar a los alumnos pagarlas, es posible que aumenten las tasas de matriculación y se va a recortar el gasto energético. Por no hablar de la falta de profesores, de material y del cada vez más deplorable estado de las infraestructuras.

Además, al obligar a las universidades a buscar financiación en lobbies, va a propiciarse la privatización de muchos de los espacios y servicios públicos. Y el Consejo Social, organismo compuesto por diferentes empresas privadas, va a tener aún más poder del que ya tiene a día de hoy. Podrán influir directamente en la gobernación de la universidad, pudiendo aprobar o vetar propuestas como los presupuestos. En definitiva, privatización, privatización y más privatización.

La actividad investigadora se verá condicionada a los intereses económicos y políticos de empresas privadas, dificultando toda investigación que no genere beneficios económicos directos o que esté políticamente comprometida de alguna forma. Todo esto también supondrá un ataque a la libertad de expresión y de cátedra.

Pero, por si fuera poco, todos esto viene acompañado de un aumento salvaje de la represión en los campus porque saben que los trabajadores y estudiantes de la universidad no vamos a quedarnos mirando mientras Ayuso destruye nuestra educación pública.

Hacia la huelga general educativa. ¡No hay tiempo que perder!

En la manifestación del 23F y en su convocatoria demostramos toda la fuerza que tenemos en la Universidad y en el resto de sectores educativos. Dimos un golpe encima de la mesa y siguiente paso está claro. En las asambleas por la pública de las distintas facultades hay organizados cientos y cientos de activistas y son miles los estudiantes y trabajadores que están esperando la siguiente convocatoria para volver a golpear.

UCM por la Pública, CGT, CNT, y todos los sindicatos y asociaciones combativos de la Universidad tenemos una gran obligación por delante: poner todas las cartas encima de la mesa y utilizar el único lenguaje que entienden estos reaccionarios, clasistas y privatizadores: la huelga general.

Extendiendo el vínculo que existe con otros sectores educativos y plataformas como Menos Lectivas, del PLEI… tenemos que avanzar hacia la convocatoria de una huelga general educativa antes que termine el curso. No hay excusas ni tiempo que perder.

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