Esta lucha debe continuar hasta vencer ¡Ni un paso atrás!
Los sindicatos del metal de Bizkaia han anunciado cinco días de huelga para la semana del 30 de septiembre al 4 de octubre retomando la lucha iniciada en mayo. En la convocatoria confluyen los sindicatos ELA, LAB, CCOO, UGT, ESK, CGT, CNT y USO en unidad de acción. Los objetivos propuestos por los sindicatos mayoritarios del sector pasan por conseguir un nuevo convenio que no se renueva desde 2011, recogiendo reivindicaciones de la tabla presentada el 10 de mayo: subidas salariales, hacer frente a la precariedad reduciendo la eventualidad y las ETTs, derecho a la subrogación, igualdad entre mujeres y hombres y medidas para garantizar la salud laboral. En lo que va de año 32 trabajadores han perdido la vida en el trabajo en Euskal Herria, la mayoría en la industria.
El 23 de mayo de este año los sindicatos iniciaron 5 jornadas de huelga que fueron un rotundo éxito con un seguimiento del %80, que tanto la patronal como los medios afines al PNV intentaron minimizar. La incidencia fue especialmente importante en las empresas subcontratas, donde la precariedad laboral es más cruda y sacó a las calles a los trabajadores más jóvenes junto con los veteranos. Las movilizaciones reflejaron de una forma muy directa el entusiasmo y la fuerza que despertó esta lucha entre los trabajadores del sector, reuniendo más de 10 mil, con un arrojo y una combatividad excepcional en las manifestaciones.
Sin duda, tanto las patronales FVEM y Confebask como el Gobierno Vasco del PNV y PSE son muy conscientes de las implicaciones que tiene este conflicto. Aunque la patronal del metal presente beneficios récord, no quieren ceder un milímetro en la precariedad impuesta en el sector durante los últimos años, que se ha agravado especialmente con las reformas laborales. Es más, piden aumentar la flexibilidad en la contratación y aspectos regresivos en las bajas. Pero, sobre todo, lo que intentan evitar por todos los medios es una victoria clara de los trabajadores que anime y sirva de ejemplo para el resto de sectores y movimientos sociales. Es por lo que se han unido en santa alianza las patronales con el PNV y el Gobierno Vasco, para intentar sacar el conflicto de las calles y cerrarlo en despachos a cambio de nada, a la vez que mandan a la Ertzaintza en un acoso permanente a los piquetes y las manifestaciones.
El PNV lleva a la industria vasca a la crisis a costa de las familias trabajadoras
La patronal argumenta su bloqueo ante estas reivindicaciones más que justas, alegando la competitividad del sector en el mercado internacional, “la actual incertidumbre en los mercados” y el peligro de una nueva recesión. Pretende culpar a los trabajadores que todos los días sacan adelante la producción de la crisis a la que están llevando estos empresarios a la industria vasca, destruyendo los puestos de trabajo para engordar sus beneficios. Esta es exactamente la posición que mantienen sus representantes políticos directos del PNV.
Lo cierto es que han sido las políticas capitalistas aplicadas por el PNV los que han llevado al desmantelamiento industrial en Euskal Herria, y amenazan hoy con una nueva oleada de cierres. Según las estadísticas oficiales de los 423.000 empleos en la industria vasca que existían en 1975 en 2018 había tan sólo 194.000. Tan sólo entre 2017 y 2018 la industria de Bizkaia ha perdido 16.000 puestos de trabajo. Esto se debe a una política industrial exclusivamente para los intereses de los empresarios donde han contado con todas las facilidades para llevar al cabo cierres, deslocalizaciones, EREs y ERTEs y despidos, garantizando sus beneficios a base de instaurar el paro, la pobreza y la exclusión social.
El Gobierno Vasco ha vendido acciones de empresas que fueron producto de grandes inversiones de dinero público una vez que fueron rentables a grandes compañías extranjeras como Acería Compacta de Bizkaia (Arcelor-Mittal Sestao), Gamesa, Euskaltel, ITP, Cementos Lemona o Naturgas. Ha sido complice del cierre de empresas como muebles Xey con 170 trabajadores en plantilla (30% de las acciones eran públicas), la papelera CEL con 254 trabajadores (40% de las acciones eran del GV) y el Astillero La Naval, producto de la privatización de los astilleros del Gobierno Español en 2006, donde el PNV pactó su cierre en una empresa viable que afectaba a más de 2000 puestos de empleo. Con electrodomesticos Fagor entrego la compañía por 40 millones de euros en preconcurso por vía de fondos públicos que nunca se recuperó, donde el grupo catalán CNA ha despedido a la totalidad de la plantilla que estaba en producción. que su cierre afecto con acciones públicas del gobierno autonómico Empresas como muebles Xey, la papelera CEL.
Hay que unificar las luchas ¡Hace falta una huelga general!
Los trabajadores del metal de Bizkaia han sacado a la superficie la tremenda fuerza de la clase trabajadora y su disposición para luchar. Hoy es más necesario unificar las luchas y avanzar hacia una huelga general. Este es el único camino donde el chantaje y el bloqueo que las patronales están imponiendo en todos los sectores, junto con las declaraciones de nuevos recortes sociales que ha puesto encima de la mesa la Unión Europea y el Ibex 35, y que por supuesto están dispuestos a aplicarlas tanto el gobierno español en funciones del PSOE como el gobierno vasco del PNV-PSE. El 21 de septiembre los sindicatos del metal han convocado una manifestación para que el conjunto de la clase trabajadora, la juventud y los pensionistas a la que desde Izquierda Revolucionaria y Sindicalistas de Izquierda llamamos a participar.
Dentro de la lógica del sistema capitalista no hay ninguna solución. Los trabajadores no vamos a pagar las crisis que provoca la burguesía. Es necesario construir una alternativa revolucionaria que luche por la trasformación socialista de la sociedad, para acabar definitivamente con la dictadura de un puñado de grandes empresarios. Cuando los trabajadores nos ponemos en huelga, demostramos quien es realmente el que pone en marcha la sociedad. La fuerza que han demostrado las trabajadoras de residencias, de limpieza, del Metal de Bizkaia, del papel y artes gráficas de Gipuzkoa… demuestran que sí hay fuerzas. Por eso necesitamos unificar estas luchas en una sola, en una huelga general en Euskal Herria. Necesitamos un sindicalismo de clase, combativo y democrático, que impulse y unifique la lucha de la clase obrera, confrontando con la patronal y no cediendo ante su chantaje.