Los días 8 y 21 de mayo se celebraron dos nuevas jornadas de huelga masivas del profesorado madrileño contra la situación de degradación de la educación pública bajo el Gobierno de Ayuso: por la reducción de las horas lectivas, por la reversión de los recortes, contra las privatizaciones...
Tras los exitosos paros de febrero, convocados en solitario por Menos Lectivas y el sindicalismo combativo, CNT, STEM y CGT, la Comunidad de Madrid (CAM) decidió romper las negociaciones en la mesa sectorial, e intentar así darnos una lección. Sin embargo, lejos de amedrentarnos han conseguido todo lo contrario.
La huelga supuso un nuevo salto adelante, con un seguimiento cercano al 70%, pese a unos servicios mínimos abusivos; con decenas de piquetes a las puertas de colegios e institutos y con manifestaciones masivas bajo las banderas de las asambleas y del sindicalismo de clase, democrático y combativo. Aunque esta vez los sindicatos de la mesa sectorial, y especialmente CCOO, se vieron obligados a convocar fruto de la enorme presión por abajo del profesorado y las asambleas, la realidad es que se volvió a organizar e impulsar por Menos Lectivas, CNT, STEM y CGT. Además, el profesorado contó con la solidaridad de las y los estudiantes, llamados a la huelga por el Sindicato de Estudiantes.
Construyendo una nueva alternativa sindical en la educación pública
Esta lucha ya se ha convertido en un ejemplo de cómo se combate a la derecha y de cómo se rompe con una paz social que solo supone retrocesos para las y los trabajadores. Tras meses de negociaciones interminables en la mesa sectorial —por supuesto sin informar a las y los profesores— la huelga de tres días de febrero, a la que se opusieron activamente CCOO, UGT y el resto de la mesa sectorial, rompió con una situación de parálisis que solo beneficiaba a Ayuso y a su consejero de Educación.
Menos Lectivas y los sindicatos alternativos —con solo 7 delegados de los 209 que hay en la educación pública madrileña— han levantado, con la participación de decenas de activistas en los centros, constituyendo asambleas democráticas donde discutir la estrategia sindical y las acciones a llevar a cabo y, sobre todo, dando confianza al movimiento y al profesorado, una nueva marea verde para combatir los planes de Ayuso. Años de degradación de las condiciones laborales, de destrucción de nuestra educación pública y de inacción de los dirigentes sindicales de la mesa sectorial han terminado estallando.
Estas dos nuevas jornadas de huelga en mayo eran importantes para acabar el curso señalando a la CAM que si no se sienta a negociar y si no cumple las exigencias del profesorado, representadas por Menos Lectivas y el sindicalismo alternativo de combate, el próximo curso comenzará como ha acabado este, con nuevas huelgas y movilizaciones masivas. ¡Hemos demostrado que tenemos una enorme fuerza para dar esta batalla!
La convocatoria de la huelga, en esta ocasión también por los sindicatos de la mesa sectorial, fue un paso adelante. Aunque hay que señalar: un paso adelante impuesto desde abajo, gracias a la huelga de febrero y gracias a que numerosos afiliados de dichos sindicatos, especialmente de CCOO, están cada vez más contagiados de esta nueva marea verde y de la necesidad de romper con una estrategia sindical de paz social completamente fracasada. Un buen ejemplo de que el freno impuesto por los dirigentes de CCOO y UGT puede ser superado.
Comenzar el curso paralizando las aulas
Tras cinco jornadas de huelga y con el verano a la vuelta de la esquina, ahora toca hacer balance y, sobre todo, prepararse para el comienzo de curso.
Hay que seguir fortaleciendo el movimiento asambleario, democráticamente, tanto en cada centro como a nivel general, de la CAM, incorporando a más compañeras y compañeros, y fortaleciendo a los sindicatos combativos que estamos impulsando esta lucha. Es necesario que hablemos con todas y todos los profesores y animarles a afiliarse a la CNT, que está demostrando con claridad ser la alternativa más combativa en el sector.
A la vez es necesario preparar una gran asamblea general, convocada desde que volvamos a los centros el 1 de septiembre, tanto de profesorado como del resto de sectores de la comunidad educativa, Sindicato de Estudiantes, AMPAs y otros sectores que debemos unir a la lucha (clases de refuerzo, PLEI...).
Hay que discutir y proponer un calendario de huelgas muy contundentes con el arranque de curso, a lo largo del mes de septiembre, convirtiendo este conflicto laboral en una conflicto social en el que se vuelquen miles de familias obreras que padecen en su día a día las consecuencias de la destrucción de la educación pública.
Huelgas participativas y combativas, como las que hemos hecho, con piquetes en cada colegio e instituto, y con manifestaciones masivas que nos hagan conscientes de la enorme fuerza que tenemos. Necesitamos fortalecer la Caja de Resistencia con una campaña para recaudar miles de euros que nos permita sostener la lucha.
Debemos tratar de extender la huelga a todos los sectores de la educación pública madrileña, llegando a las y los trabajadores de la limpieza o comedores, decisivos para que la educación pública funcione y que padecen, en general, peores condiciones laborales. Y coordinarnos con otros sectores en lucha, como la sanidad pública madrileña, poniendo encima de la mesa la perspectiva de una huelga general de los servicios públicos en la Comunidad de Madrid. ¡Hay condiciones para ello!
Solo así, con la lucha y con estos métodos, podremos vencer y lograr nuestras reivindicaciones.