Nissan presentó el 16 de junio un nuevo Expediente de Regulación de
Empleo de 581 despidos en la factoría de Zona Franca en Barcelona, que
sumado al plan de 200 despidos con opción de reingreso en 2012 y los
150 con opción de reingreso por producción, en total 931 empleos están
en peligro. Tras más de seis meses desde que la multinacional retirara
el ERE de 1.680 despidos, los trabajadores tienen que volver a salir a
la calle.
Nissan presentó el 16 de junio un nuevo Expediente de Regulación de Empleo de 581 despidos en la factoría de Zona Franca en Barcelona, que sumado al plan de 200 despidos con opción de reingreso en 2012 y los 150 con opción de reingreso por producción, en total 931 empleos están en peligro. Tras más de seis meses desde que la multinacional retirara el ERE de 1.680 despidos, los trabajadores tienen que volver a salir a la calle.
La lucha contra el ERE en 2008
La lucha de los trabajadores de Nissan consiguió que la multinacional retirara el ERE de 1.680 despidos en diciembre de 2008, por la masiva participación de la plantilla en las acciones que durante seis semanas llevaron a cabo y porque se convirtió en un referente para decenas de miles de trabajadores y jóvenes.
Sin duda muchos trabajadores respiraron tranquilos al conocer la noticia de la retirada del ERE de extinción, pero en lugar de evitar los despidos tal y como decían los dirigentes sindicales, en realidad creaba las condiciones para su imposición. Desde nuestro punto de vista la firma del ERE temporal por parte del comité de empresa, y sobre todo abandonar la lucha en la calle y centrar todas las esperanzas en al mesa de negociación fue un error.
A finales de febrero los dirigentes de los sindicatos CCOO, UGT y USOC llegaron a un acuerdo con la empresa, según el cual se aceptaban sus argumentos en cuanto al excedente de plantilla: sobran 1.400 trabajadores. Se prolongó el ERE temporal hasta el 31 de julio, tiempo en el cual se deben acordar despidos "no traumáticos", a través de prejubilaciones y bajas voluntarias.
Según la prensa, a finales de marzo 649 trabajadores se habían acogido al plan de bajas voluntarias y prejubilaciones. A pesar de todo, siguen sobrando 1.000 trabajadores según los cálculos de la empresa, y de ahí el actual plan de despidos.
¿Sobran trabajadores?
Los dirigentes sindicales están insistiendo en que es necesario volver a la mesa de negociación y acordar un plan industrial, un plan de viabilidad. Pero para la multinacional este plan consiste única y exclusivamente en más sacrificios para los trabajadores, incluyendo nuevos despidos.
El único plan de viabilidad realista, la única manera realista de mantener el empleo en Nissan, o en cualquier empresa amenazada de cierre o despidos, es la nacionalización de la empresa bajo control de los trabajadores. Lo que debería hacer el gobierno central o la Generalitat es hacer Nissan una empresa pública para mantener el empleo, en vez de aceptar los despidos y entregarles millones de euros de dinero público, dinero que sale del bolsillo de los trabajadores.
Consideramos que los dirigentes sindicales, además de exigir que el Departament de Treball rechace el ERE, deberían rechazar el excedente de plantilla que impone la empresa y asumir la nacionalización de Nissan como reivindicación central para evitar que la Administración se lave las manos y hacerles directamente responsables de lo que suceda. Esto sólo se conseguirá a través de la lucha.
Por un plan de lucha contundente
Durante el mes de junio se han celebrado dos concentraciones de trabajadores en Barcelona, pero es necesario un plan de lucha concreto que, partiendo de la experiencia de la lucha de 2008, suponga dar pasos adelante. En caso contrario, hay un peligro real de que la participación de la plantilla en la lucha no aumente, sino que disminuya. Ante todo es necesario lanzar una ofensiva de movilizaciones orientada a presionar a la administración, tanto la catalana como la estatal, para que rechacen el ERE.
Para lanzar una ofensiva así es necesaria la participación de todos en la lucha. En primer lugar, hay que hacer que las asambleas de trabajadores de NISSAN sean el foro en el que se expongan, se contrapongan y se votan las diferentes propuestas.
Hay que luchar por el mantenimiento de la unidad de la plantilla, y esto sólo se puede conseguir a través de las asambleas democráticas y decisorias. Las asambleas tendrían que ser de toda la plantilla, no por sindicatos, cada sindicato por su lado.
Hay que organizar un comité de lucha, un comité de huelga, un comité de fábrica, como se le quiera llamar, para organizar lo que se ha decidido previamente en la asamblea. Un comité abierto a la participación de trabajadores de Nissan, miembros o no del comité de empresa, elegidos democráticamente y revocables en cualquier momento por la asamblea de trabajadores. De esta forma se consigue ampliar el núcleo de trabajadores que organiza todos los detalles de la lucha.
Hay que llevar la lucha hacia fuera, hacia el conjunto de la clase obrera. Es necesario extender el conflicto de Nissan para convertirlo en un conflicto político de primer orden, que se convierta en un aglutinador de la lucha de los trabajadores contra los despidos y recortes en el metal y el resto de sectores.
¡Hay que unificar el movimiento! Los dirigentes sindicales deberían convocar una HUELGA GENERAL DE LA AUTOMOCIÓN, que prepare el camino para la convocatoria de una Huelga General de 24 horas.
Contra los despidos en Nissan
Nacionalización bajo control obrero
La lucha contra el ERE en 2008
La lucha de los trabajadores de Nissan consiguió que la multinacional retirara el ERE de 1.680 despidos en diciembre de 2008, por la masiva participación de la plantilla en las acciones que durante seis semanas llevaron a cabo y porque se convirtió en un referente para decenas de miles de trabajadores y jóvenes.
Sin duda muchos trabajadores respiraron tranquilos al conocer la noticia de la retirada del ERE de extinción, pero en lugar de evitar los despidos tal y como decían los dirigentes sindicales, en realidad creaba las condiciones para su imposición. Desde nuestro punto de vista la firma del ERE temporal por parte del comité de empresa, y sobre todo abandonar la lucha en la calle y centrar todas las esperanzas en al mesa de negociación fue un error.
A finales de febrero los dirigentes de los sindicatos CCOO, UGT y USOC llegaron a un acuerdo con la empresa, según el cual se aceptaban sus argumentos en cuanto al excedente de plantilla: sobran 1.400 trabajadores. Se prolongó el ERE temporal hasta el 31 de julio, tiempo en el cual se deben acordar despidos "no traumáticos", a través de prejubilaciones y bajas voluntarias.
Según la prensa, a finales de marzo 649 trabajadores se habían acogido al plan de bajas voluntarias y prejubilaciones. A pesar de todo, siguen sobrando 1.000 trabajadores según los cálculos de la empresa, y de ahí el actual plan de despidos.
¿Sobran trabajadores?
Los dirigentes sindicales están insistiendo en que es necesario volver a la mesa de negociación y acordar un plan industrial, un plan de viabilidad. Pero para la multinacional este plan consiste única y exclusivamente en más sacrificios para los trabajadores, incluyendo nuevos despidos.
El único plan de viabilidad realista, la única manera realista de mantener el empleo en Nissan, o en cualquier empresa amenazada de cierre o despidos, es la nacionalización de la empresa bajo control de los trabajadores. Lo que debería hacer el gobierno central o la Generalitat es hacer Nissan una empresa pública para mantener el empleo, en vez de aceptar los despidos y entregarles millones de euros de dinero público, dinero que sale del bolsillo de los trabajadores.
Consideramos que los dirigentes sindicales, además de exigir que el Departament de Treball rechace el ERE, deberían rechazar el excedente de plantilla que impone la empresa y asumir la nacionalización de Nissan como reivindicación central para evitar que la Administración se lave las manos y hacerles directamente responsables de lo que suceda. Esto sólo se conseguirá a través de la lucha.
Por un plan de lucha contundente
Durante el mes de junio se han celebrado dos concentraciones de trabajadores en Barcelona, pero es necesario un plan de lucha concreto que, partiendo de la experiencia de la lucha de 2008, suponga dar pasos adelante. En caso contrario, hay un peligro real de que la participación de la plantilla en la lucha no aumente, sino que disminuya. Ante todo es necesario lanzar una ofensiva de movilizaciones orientada a presionar a la administración, tanto la catalana como la estatal, para que rechacen el ERE.
Para lanzar una ofensiva así es necesaria la participación de todos en la lucha. En primer lugar, hay que hacer que las asambleas de trabajadores de NISSAN sean el foro en el que se expongan, se contrapongan y se votan las diferentes propuestas.
Hay que luchar por el mantenimiento de la unidad de la plantilla, y esto sólo se puede conseguir a través de las asambleas democráticas y decisorias. Las asambleas tendrían que ser de toda la plantilla, no por sindicatos, cada sindicato por su lado.
Hay que organizar un comité de lucha, un comité de huelga, un comité de fábrica, como se le quiera llamar, para organizar lo que se ha decidido previamente en la asamblea. Un comité abierto a la participación de trabajadores de Nissan, miembros o no del comité de empresa, elegidos democráticamente y revocables en cualquier momento por la asamblea de trabajadores. De esta forma se consigue ampliar el núcleo de trabajadores que organiza todos los detalles de la lucha.
Hay que llevar la lucha hacia fuera, hacia el conjunto de la clase obrera. Es necesario extender el conflicto de Nissan para convertirlo en un conflicto político de primer orden, que se convierta en un aglutinador de la lucha de los trabajadores contra los despidos y recortes en el metal y el resto de sectores.
¡Hay que unificar el movimiento! Los dirigentes sindicales deberían convocar una HUELGA GENERAL DE LA AUTOMOCIÓN, que prepare el camino para la convocatoria de una Huelga General de 24 horas.
Contra los despidos en Nissan
Nacionalización bajo control obrero